De Jujuy a Tierra del Fuego: las historias de quienes dejaron todo por amor a la Selección

De Jujuy a Tierra del Fuego: las historias de quienes dejaron todo por amor a la Selección

TUCUMÁN. Los fánaticos del “Decano” disfrutan a pleno. TUCUMÁN. Los fánaticos del “Decano” disfrutan a pleno.

La derrota ante Croacia llenó de pena a miles de argentinos que, desde todas las provincias del país, viajaron a Rusia para alentar al equipo.

Sorprendentes, divertidas, bizarras, encantadoras, algunas inconfesables. Las historias de la pasión argentina fusionan toda la geografía nacional. Circulando por Rusia hay representantes de todas las provincias. Es cuestión de afinar la puntería para descubrirlos. En algunos casos los delatan las tonadas, en otros todo se hace más fácil gracias a las banderas. Claro que hay protagonistas a los que cuesta un poco detectar, pero con paciencia se logra. A fin de cuentas, todos están unidos por el amor a la Selección. Este viaje recorre el país de punta a punta; de Jujuy a Tierra del Fuego; de Argentina a Rusia. Llegaron a Nizhni Novgorod felices e ilusionados. Emprendieron el regreso tristes y frustrados.

Buenos Aires. “Esta bandera estuvo en la final de la Copa Davis que le ganamos a Croacia. ¿Cómo no iba a traerla?”, pregunta Pedro Bove mientras la familia despliega la celeste blanca. Son de Mar del Plata, y junto a Pedro posan su esposa, Itatí, y sus hijos, José y Justo. “Tenemos ocho hijos -revela Itatí-: siete varones y una mujer. ¿Por qué vinieron ellos? Porque son los más chicos”. José lanza el dardo perfecto: “somos los únicos que no estamos trabajando”.

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Capital Federal. Eran compañeros del Colegio Santa Cruz, así que esta excursión por tierras rusas tiene mucho de gira de estudios para Juan Rovira, Agustín De Simone, Augusto Otero, Alejandro Vázquez y José Massara, que luce una careta de Messi y pide: “poné que somos todos de Boedo”.

Catamarca. “Yo jugué en San Martín”, informa Andrés Chazarreta, y de inmediato comenta que es primo de Héctor Chazarreta, “El Diablo”, aquel extraordinario volante que brilló en varios clubes. Andrés dirige un equipo de fútbol de abogados y los acompaña en el periplo mundialista. Al grupo lo integran Sergio Robledo, Diego Maramba, José Albornoz, Coqui Moreno, Luis Barocat y “Ñato” Petek. Son de la capital catamarqueña.

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Chaco. En Presidencia Roque Sáenz Peña nació Felipe Rodríguez. De allí emigró a Buenos Aires y de allí pasó a Europa. Recaló en Madrid, pero viaja permanentemente por España. “Soy vendedor”, explica. “¿De qué?” “Vendedor”, recalca con una sonrisa. “¿Fotos?” “Por ahora no”.

Córdoba. Como buenos cordobeses, son verborrágicos y no paran de hablar. Los Segura, Víctor y Hernán (padre e hijo), sostienen la bandera de Talleres. “Perdoname, no puedo salir en esa foto. Soy de Instituto”, explica Sebastián Nahas. Él y Hernán son amigos y organizaron un viaje de 45 días por Europa. “Esta es la fiesta de los rusos. Están felices pero cuando termine el Mundial volverán a su rutina”, opina Sebastián.


Corrientes. “Cuando vas a un Mundial le agarrás el gustito”, apunta Rubén González. Él disfrutó a pleno en Brasil 2014 y convenció a sus amigos Víctor Cardozo -está con su hijo, Juan Cruz- y Marcelo Vera de que venir a Rusia era impagable. La banda es grande: son 14, y a los correntinos se les sumaron algunos formoseños.

Chubut. Diego es un nombre de fantasía. No quiere decir la ciudad en la que vive porque -apunta- los chubutenses son pocos y se conocen mucho. Para conocer de qué va esta historia, hay que seguir viaje a Santa Cruz...

Entre Ríos. Desde Concordia llegó una delegación familiar: Marcelo Móndolo, su esposa, Marina, y sus hijos, Mariana, Manuela, Mateo y Matías. Sí, los seis tienen nombres que empiezan con eme. Fueron al Mundial pasado en una combi y desde entonces la decisión estaba tomada: había que volver.

Formosa. Fernando Di Falco y Ruth Sanabria lucen felices. De pocas palabras, la pareja se abraza para la foto y define en una palabra las vivencias en Rusia: “ma-ra-vi-llo-so”.


Jujuy. Cuenta Martín Coldeni que emigró desde San Salvador de Jujuy a Córdoba cuando era bebé, debido a que sus padres se separaron. Siguió el derrotero de su mamá y hace muchos años que no vuelve a la provincia para visitar a su familia. Revela que tiene parientes en La Quiaca, pero que no los conoce. Va de acá para allá con una banderita argentina que lleva su nombre y, muy chiquito, se lee “Jujuy” en un costado.

La Pampa. Los representantes pampeanos pasan a toda velocidad, porque quieren entrar rápido al estadio. Son tres jóvenes de veintitantos y se nota que la noche previa al partido fue intensa. Casi a los gritos, entre la multitud, informan que son de General Pico y prometen un contacto por Whatsapp que nunca llegó.

La Rioja. A Félix Centeno y a su esposa, Julia, los preocupa que hayan “perdido” a su hijo, Félix junior. Él tiene la bandera con el dibujo de la provincia. “Ya va a llegar”, le dice Julia a su marido. “Anda todo el día con el Tinder”, agrega el papá.

Mendoza. La de Francisco Scaccia y Aldana Ligorria es una historia de amor. Viven en Godoy Cruz, en el Gran Mendoza, y este viaje significa el cumplimiento de dos sueños. Él quería presenciar un Mundial; ella, conocer Europa. “Nos casamos en noviembre pasado y pedimos que en lugar de regalos nos dieran el dinero -explica Aldana-. Con eso y con nuestros ahorros lo pudimos hacer”.

Misiones. Jorge Roa es un personaje. Recorre las inmediaciones del estadio con la camiseta de Guaraní Antonio Franco y recuerda con nostalgia a Antonio Vidal González, gran figura en el San Martín de los 80. “Jacinto Roldán también jugó en Misiones”, apunta Matías Salazar. Oscar Pelinski completa la banda de posadeños, cuya travesía es digna de una película. Les tomó dos meses llegar a Rusia e incluyó un viaje a dedo entre Foz do Iguazú y Río de Janeiro, donde se pasaron 20 días vendiendo hamburguesas. “Dios sabe cómo haremos para llegar a San Petersburgo”, sostiene Jorge.

Neuquén. Cristian Illanes y Carla Rizzo dejaron a los chicos en casa (Bautista, Emilia y Conrado). “Él se fue al Mundial de Brasil con cuatro amigos, así que esta vez venía conmigo”, enfatiza Carla. “Después de esto me gané el derecho a viajar solo a todos los Mundiales que vienen”, indica Cristian. “¿Y eso de dónde lo sacaste?”, retruca ella.

Río Negro. La bandera dice Cipolletti, pero sólo Julio Yáñez es oriundo de la ciudad. Guillermo Petz y Mario Drovetta acompañan al rionegrino, que se sacó 1.000 fotos en la peatonal de Nizhni antes de peregrinar al estadio.


Salta. Sosteniendo una de las banderas más admiradas de la jornada está Roberto Lescano, juez integrante de una Cámara del Crimen del Poder Judicial salteño. Su hijo -también llamado Roberto- es cardiólogo en el Hospital Italiano de Buenos Aires y agarra el otro extremo. En el medio asoma Ezequiel Echazú, odontólogo. Es un dibujo del segundo gol de Maradona a los ingleses, a la derecha asoman las Malvinas y la leyenda es potente: “Yo conservo el deber de la memoria”.


San Juan. La familia López es oriunda de Caucete, pero sus integrantes están repartidos por el resto de San Juan y por provincias vecinas. También se dispersan al momento de la entrevista, al punto de que fue imposible juntarlos para la foto.

San Luis. Melisa Diéguez, su hija, Silvina, y Ricardo (un amigo de la familia) portan la bandera con San Luis escrito en rojo. “Los nombres sí, la foto no”, solicita Ricardo, que vivió en Europa durante muchos años y sentencia: “esta no es la Rusia que yo conocí. Es otro país”.

Santa Cruz. ¿Querían saber el final de la historia que comenzó en Chubut? Recordemos a Diego, el del nombre de fantasía. Va de la mano con Daniela, otro nombre de fantasía. Se encontraron en Rusia después de maniobrar por aeropuertos y ciudades distintas. Por trabajo, él viaja permanentemente a Río Gallegos. El resto es fácil de conjeturar. Las trampas de la vida…

Santa Fe. Sa Pereira es una localidad de 1.500 habitantes, a 70 kilómetros de la capital santafesina. Viven de la agricultura, de una fábrica de baterías y de una quesería. Desde allí llegaron Claudio Leiva, su hijo Joaquín (14) y Efraín Malizia. “Acá la gente es increíble -cuenta Efraín-. Recién habíamos llegado a Moscú, estábamos desorientados, y nos salvó una señora. No sólo nos llevó al subte y nos dio las indicaciones. ¡Hasta nos compró los boletos!”

Santiago del Estero. Ariel Gutiérrez es un hombre de suerte. Se ganó el viaje a Rusia, con pasajes y entrada a los estadios, en un sorteo que hizo la empresa de electricidad en la que trabaja. Vino con su amigo Hernán Jiménez. Desde Nizhni le mandó saludos a su esposa, Patricia, a sus cinco hijos, y a todos los afectos que quedaron en La Banda.


Tierra del Fuego. “Soy de Ushuaia. Te pido por favor que no pongas mi nombre. ¿Foto? Menos”. “Pero de esa manera la historia no es verosímil”. “¿Qué querés? ¿Qué me triture la AFIP?”

Tucumán. El cierre tenía que ser con parte de la legión de tucumanos que invadieron Rusia. En este caso, identificados como hinchas de Atlético, y mientras cantan en la previa del partido, se agrupan para la cámara Sergio Dávalos, Agustín, Miguel y Francisco Paz Posse; Matías y Jerónimo Argañaraz; y Guillermo Salazar.

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