Huellas que se perderán

Con la eliminación de los partidos municipales y comunales se archivarán para siempre algunas situaciones de por sí curiosas, por no decir que trasuntan algún tufillo de irregularidad. Es que con el proyecto del Poder Ejecutivo para barrer del mapa institucional estas organizaciones se perderán las “huellas” originales sobre posibles anormalidades en la conformación de las estructuras existentes o de las cientos que ya han desparecido. Pasarán al olvido y no habrá motivos para abrir algunas investigaciones. ¿De qué hablamos? Puntualmente de la cantidad de afiliados que tienen los partidos municipales, algunas que realmente son llamativas. Y obligan a los interrogantes.

Vaya una pregunta y una respuesta para que se entienda la intención, o el trasfondo del tema: ¿es posible que en un distrito estén afiliados a partidos políticos el 55% del total de sus electores? Aunque con cierto apresuramiento alguno se anime a contestar que no, hay que decir que sí, y que eso pasa en Tucumán. Más adelante veremos en qué caso. Entonces vale preguntar, además: ¿acaso es raro que exista ese porcentaje de electores de todo un distrito (provincial, municipal o comunal) que esté afiliado a una organización política? Antes de contestar, veamos qué dice la ley 5.454 (Orgánica de Partidos Políticos).

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En su artículo 13 fija que “el reconocimiento definitivo (para un partido político) se obtiene al acreditar la afiliación de un número de electores no inferior al cuatro por mil del total de los inscriptos en el registro de electores del correspondiente distrito”. Bajo esa condición, actualmente hay 70 partidos provinciales que en total concentran 295.630 afiliados, sobre un padrón de 1.120.000 electores, según datos de la última elección de 2015. La relación entre votantes y afiliados es del 26%, lo que parece un porcentaje normal, o creíble.

Es decir, uno de cada cuatro votantes adheriría a una organización política provincial. A partir de esta situación, aquel 55% parece toda una anormalidad, o un exceso de fervor partidista distrital de los ciudadanos, o bien una situación que podría contemplarse como irregular. ¿Cómo comprobar cuál de todas es? Cuando se barran todas las estructuras municipales y comunales, estos archivos serán olvidados, se volverán pasado. Por eso vale la pena no dejar pasar esta cuestión del número de afiliados -aunque tedioso-, porque es un hecho que hace a la transparencia de la gestión pública.

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Ya vimos la curiosa situación de los “apoderados múltiples”, esas personas que llegaron a manejar cuatro, 9, 16, 26 y 31 partidos políticos a la vez (¿esos partidos tenían los mismos afiliados?, pregunta que no se podrá responder cuando se elimine toda existencia de estas estructuras) o del reconocimiento de la personería jurídica de 288 partidos tan sólo 60 días antes de los comicios del 23 de agosto de 2015. Esos partidos fueron habilitados en la fecha tope para poder participar en la elección provincial con sus propios candidatos.

Un cifra notable si tenemos en cuenta que de esos comicios participó un total de 586 organizaciones políticas. ¿Se habrá verificado que no se repitieran nombres de afiliados en varias de estas organizaciones?, ¿se habrán efectuado los cruzamientos para que “salten” los repetidos? Sólo queda intentar aproximarnos a una respuesta a partir de prestarle atención a las rarezas, como aquel 55%. Después de varias reglas de tres simple, observamos las siguientes relaciones entre electores y afiliados en algunas municipalidades (tomando como datos los valores proporcionados por la Junta Electoral Provincial en 2015): Aguilares, 30%; Alderetes, 35%, Bella Vista, 38%; Banda del Río Salí, 39%, Concepción, 41%, Famaillá, 40%, Lules, 35%, Monteros, 32%, Yerba Buena, 39% y Tafí Viejo con el famoso 55%.

En esta última ciudad se presentaron 141 listas, o sea 141 partidos políticos, la mayoría acoples. Otros municipios que superaron la línea de los cien fueron Bella Vista (101), Concepción (103) y Yerba Buena (101). Esos porcentajes son más que curiosos y obligan a preguntar si no ocurrieron algunas irregularidades en la inscripción de estos partidos políticos. Cuando desaparezcan los partidos municipales y comunales, a causa de la aprobación del proyecto del oficialismo, no será atractivo indagar sobre si realmente hubo esa cantidad de personas afiliadas. Quedarán las dudas, pero no las huellas.

Además, valga señalar que de los 586 partidos reconocidos al 1 de abril de 2016, tan sólo quedan en pie 357, por cuanto 229 de ellos han perdido la personería política por falta de vida interna. Ergo, al no haber habido más organizaciones reconocidas por la JEP desde entonces a la fecha, sólo se eliminarían 287 estructuras partidarias con la propuesta del oficialismo, quedando en pie únicamente las 70 provinciales.

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