Cartas de lectores
05 Marzo 2018

ESTADO DE INDEFENSIÓN

En una casa robaron dos millones. En un semáforo cercano al Cristo un sujeto descendió de su moto, destrozó el vidrio del auto y tomó una cartera, luego miró desafiante a los conductores de los autos que lo contemplaban azorados y se fue tranquilamente.Durante el último domingo un sujeto en una moto realizó un raid delictivo atacando a cinco mujeres a quienes despojó de sus celulares y dinero en efectivo. Tucumán, según estadística mencionada en LA GACETA está a la punta de las provincias azotadas por el delito.No contabilizo los actos de violencia contra policías y civiles y los episodios no denunciados. Jamás soñé que mi provincia iba a ser tierra de nadie y mucho menos que gente de bien se vería obligada a salir con sevillanas o armas para defenderse en el Far West.

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Isabel Santiago Casbas

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EL MUNICIPIO DE LULES

En los primeros días de enero publiqué mi situación como pequeño comerciante, atravesando serias dificultades económicas para poder continuar con la actividad, que fuera iniciada por mi madre hace ya ocho años, y por los continuos incrementos en los servicios y la caída en las ventas. Dije que, de no variar esto, me obligaría a cerrar las puertas. Lamentablemente, esto ocurrió el 4 de febrero, y quedaron tres familias sin empleo, entre las que está la mía. Ahora bien, a mi entender, sumado a la situación general que me causa frustración, veo que el municipio de Lules no tiene un solo programa que fomente, ayude y proteja la actividad comercial. Incluso no actúa ejecutando medidas contra el ilegal ingreso de mercadería que llega desde Bolivia en micros que se estacionan frente a la plaza principal y a escasos metros del despacho del intendente. Esta mercadería que ingresa ilegalmente es la que luego compite con quienes pagamos nuestros alquileres, sueldos, aportes, impuestos, tasas y contribuciones y nos perjudica directamente, dado que quedamos en desventaja comercial. Cuando se solicitó la aplicación de medidas, un funcionario municipal informó que “carecen de personal para esos controles”. Y aquí se produce mi malestar, porque todos conocemos que el municipio abona mensualmente a más de 3.000 personas distintos montos de dinero sin que desarrollen tarea alguna. Es lógico que ante esa cantidad de gente, el 24% del padrón, sería imposible lograr presentismo porque no existe un lugar físico para que puedan hacerlo y desarrollar alguna tarea que sea útil a la comunidad. Bajo el rótulo de contratados y de supuestas ayudas, esas más de 3.000 personas que no son otra cosa que, rehenes políticos, deben hacer largas y vergonzantes filas para cobrar en las instalaciones del club de fútbol local, en lugar de hacerlo en un centro de pagos, lo que pone en manifiesto la aberrante situación de ser uno de los municipios que más personas sin tarea tiene en la Argentina (canal Todo Noticias, 23 noviembre 2017). Es así que en lugar de hacer obras donde se podría dar oferta de trabajo o de fomentar la creación de fuentes laborales. Los dineros públicos se pierden y son usados para fines electorales nada más.

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Verónica Cabrera Guzmán

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CAMINO AL AEROPUERTO

El viernes pasado, llevé en mi taxi a un señor de origen colombiano que vino a Tucumán por razones de trabajo. Me comentaba sobre el estado calamitoso en que se encuentra la ruta hacia el aeropuerto Benjamín Matienzo, con demasiada maleza a los costados, e hizo referencia a las banderas despedazadas en cada columna del alumbrado. Y como corolario de esta realidad, y con semejante ola de calor, a las 9.30 de la mañana, estaban encendidas todas las luces. La verdad es que la ciudad de Alderetes deja mucho que desear.

Daniel Leccese

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Los Pizarro

En los faldeos del Aconquija muchos pueblos adornan las colinas pero ninguno con la prosapia y la belleza de Los Pizarro, ubicado a seis kilómetros al oeste de la ciudad de La Cocha. El Río San Ignacio nace la unión de numerosos arroyos en la cumbre de las Higuerillas (Catamarca), y entra en nuestra provincia por la Quebrada de la Cumbre del Potrerillo, donde cae la Cascada más alta de Tucumán con sus 86 metros y sigue su curso hasta llegar al Dique Los Pizarro, obra maestra de ingeniería que hizo construir en los años treinta el gobernador, Luis F. NouguÉs. El riego dotó de progreso a Huasa Pampa, norte, Los Pizarro, San Ignacio, El Retiro, Monte Grande, etcétera. Y mejoró mucho con la construcción de la represa al oeste de Los Pizarro. Las acequias y los canales de riego traían agua límpida que también se usaba para bebida, pero hoy, al atravesar el pueblo de Los Pizarro, las acequias están invadidas por los desechos cloacales que arrojan algunos vecinos desaprensivos cuya egolatría les impide razonar sobre el daño que hacen. Es hora de que las autoridades dejen de mirar para otro lado y corten de raíz este flagelo que no sólo ensucia la vida de los habitantes ribereños sino que nos denigra como seres humanos.

Amado Apud


Lídoro Quinteros 67


San Miguel de Tucumán


“ANIMAL FULGURANTE”

El término mula, que es hasta usado en forma despectiva, se refiere a un noble animal que en América fue muy utilizado desde la llegada de los españoles. Las usaron en las explotaciones mineras, como transporte de carga y silla, y fuerza motriz de los molinos. Durante la actividad comercial originada en el Virreinato, la mula fue una pieza vital de cuanto comercio apareciera en América del Sur, por su capacidad, aguante, marcha por caminos escarpados y estrechos y/o empinadas montañas, donde la temperatura varía durante la noche y el día a extremos. Las tropas de mulas con cargamento desfilaron por centurias por los caminos del Inca, del Obispo y El Palomar, conectando comercialmente a nuestro país con Bolivia y Perú. La cría de mulas llegó a ser en los siglos XVII y XVIII uno de los comercios más rentables. Santiago del Estero y Tucumán, pródigos en pasturas naturales y agua, fueron los más requeridos para el engorde y crecimiento de tropas de miles de mulas, las que luego eran arriadas rumbo a los mercados de venta y remates en Sumalao (Salta) y La Tablada (Jujuy), ferias en las que se llegaron a vender un promedio de 30.000 mulas en un año. Del comercio y explotación de las mulas vivieron criadores, ganaderos invernadores, comerciantes, mineros, industriales, peones, amansadores, arrieros y troperos. Cuando se expandió la agricultura, las mulas se convirtieron en su motor impulsor; estuvieron presentes en desmontes, cultivos, cosechas, fletes, etcétera. Ejemplo de ello fueron las zafras azucareras en toda su dimensión, que tuvieron en las mulas su soporte primordial hasta que irrumpió la tecnología. Además, en las explotaciones forestales con sus obrajes, cientos de carros a mula cumplían un papel determinante para el suministro del combustible leñero, lo que permitía que todos los ingenios azucareros pudieran moler. Sin olvidar que los ejércitos patriotas, encabezados por San Martín y Belgrano, entre otros, tuvieron en las mulas un valioso recurso para trasladar soldados, artillerías, provedurías y hasta combates. La mula aún espera su reconocimiento a través de una estatua. El historiador José A. Carrazzoni calificó a la mula como “el animal fulgurante del siglo XVII”..

Ysmael Díaz


Mario Bravo 247


Banda del Río Salí

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