Aquellas obras del pasado

Juan Manzur debe rendir un examen en marzo; el tercero desde que es gobernador de Tucumán. Y su mensaje de apertura del período ordinario de la Legislatura será el de un piloto de tormentas que, desde hace dos años, no goza de un salvavidas financiero federal para ejecutar obras públicas o acumular fondos para épocas duras. Si esa es la orientación del discurso gubernamental, claramente habrá un reproche hacia la Casa Rosada.

El cambio de signo político ha mostrado que Tucumán ya no es uno de los distritos mimados por el poder central, más allá de que sea el sexto en importancia electoral en el país. La distribución de recursos del Plan Belgrano, difundida para este 2018, es una clara muestra que la provincia dejó de ser el eje de la región en materia presupuestaria. Puede aducirse falta de presentación de proyectos de infraestructura, por parte de la gestión Manzur, pero hoy la prioridad en obras tiene el norte hacia otros destinos.

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Sin embargo, la potenciación de un mensaje de esa naturaleza marcaría también fuertes diferencias con su antecesor, José Alperovich, que sí gozó del calor kirchnerista durante 12 años. Manzur fue parte de ese período de vacas gordas, como también su compañero de fórmula Osvaldo Jaldo, en su rol de ministro del Interior. La holgura financiera es cosa del pasado.

La distribución del Presupuesto es reveladora. Del gasto nacional destinado a Tucumán, ocho de cada 10 pesos son usados para la atención de las jubilaciones, pensiones y planes sociales en todas sus variedades. Si se toma en cuenta las partidas para construcción de viviendas y para ejecución de obras viales directas, sólo el 1,4% del total de erogaciones tiene ese destino. En la Casa de Gobierno hacen números respecto de esa preocupante situación. Sólo en materia de viviendas, Tucumán recibía poco más de $ 2.000 millones anuales hasta 2015 y, para este año, esa partida ha caído a $ 467 millones. “No se ha ejecutado una vivienda en esta gestión; las que están haciéndose corresponden a planes anteriores”, dicen a coro Manzur y Jaldo. Sus colaboradores fueron más apocalípticos con el cálculo. Creen que, sólo en materia de trabajos públicos, en los dos años de administración macrista, a la provincia le ha significado no menos de $ 24.000 millones de asignación presupuestaria.

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¿En qué gasta el distrito su presupuesto local? Tomando el ejercicio 2018, de los $ 67.504 millones asignados, el 56,7% de las erogaciones serán usadas para pagar salarios a casi 100.000 agentes públicos. Sólo un 10% se destinará al plan de trabajos públicos y a erogaciones de capital. El dinero presupuestado sólo sirve para atender lo urgente. Nada más. Manzur lo sabe. Y está preocupado. Un gobernador que no inaugura sostenidamente obras no tiene visibilidad ni consideración pública. La máxima se potencia porque el año que viene la dupla gobernante tendrá que renovar los votos frente a la sociedad. Y necesitará obras. Pero el contexto nacional no contribuye para cumplir los grandes anhelos de infraestructura. El mandatario potenciará, en su mensaje, algo que Alperovich predijo que ya no sería noticia: mantener la regularidad en el pago de los salarios al sector público. No es un dato menor. Chubut, Entre Ríos y San Juan, por mencionar algunos distritos más comprometidos, tienen serios inconvenientes financieros, mientras la Nación no ha dado señales de salvataje financiero. De hecho, la inesperada visita de la catamarqueña Lucía Corpacci ha Manzur tuvo como principal tema de debate la situación fiscal de las provincias y las exigencias federales para alcanzar el equilibrio fiscal en un marco de responsabilidad en el manejo del gasto y de la deuda.

Ningún gobernador realiza análisis públicos acerca del desenvolvimiento de la economía nacional. Particularmente, en el endeudamiento del país. Sin embargo, en privado, hay preocupación. Un cambio de calificación en la nota para la Argentina implicará la apertura de puertas de entidades financieras para créditos a tasas bajas. Manzur espera ese momento. Cree que, hasta julio o agosto, puede haber definiciones en tal sentido. Si los vientos soplan a favor, Manzur apelará al endeudamiento externo para ejecutar obras, algo que necesitará para alimentar su posible lucha por la reelección en las elecciones de 2019.

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