Cartas de lectores
08 Enero 2018

Agravio inaceptable de caparrós

Increíble. Martín Caparrós, un intelectual “muy menor” se permite el lujo de ningunear despectivamente a uno de los grandes próceres argentinos, al menos uno de los más auténticos, dentro de una dolorosa Historia nacional tan llena de complejas personalidades y confusas actitudes (ver LA GACETA 08/10/ y 31/12/17). Este individuo, acerca del cual es difícil discernir si pertenece al mundo de la literatura o de la farándula, con una chabacanería insoportable pretende, porque demuestra no tener la altura intelectual para concretarlo, agraviar la excelsa figura de Manuel Belgrano que para él “lo único que había hecho era crear la bandera”, acto que además desvaloriza con el infantil argumento de que esos colores ya habían sido usados con anterioridad, dando el ejemplo de que los Borbones ya tenían una banda celeste y blanca. Para el más infeliz de los educados, con una mínima cuota de raciocinio, no escapa que esos sencillos colores de nuestra gloriosa enseña son y han sido reiteradamente usados, por supuesto, al paso del tiempo más que con frecuencia, con asiduidad, por su belleza y practicidad. Sin ir más lejos, siguiendo tan pobre argumento, Belgrano también habría robado la idea a los entusiastas patriotas French y Beruti. Pero parece que el raciocinio no es precisamente el fuerte de este “intelectual” porque no ha sido capaz de captar el real sentido de la adjudicación unánime de la creación de nuestra insignia nacional al sacrificado general-abogado y que es, nada menos, el fortísimo simbolismo de otorgarle al ejército y al pueblo de una nación de dificultosa formación en esos momentos cruciales, un fantástico emblema de unidad y fortaleza, que represente a la Patria naciente. Por lo cual no es aceptable la objetividad exhaustiva de tan atrevido crítico, ya que surge, a la vista de cualquiera, que formalmente lo que Belgrano creó fue un paño dividido por mitades en colores celeste y blanco y no la que finalmente nos representa de tres bandas con la blanca en el medio, e incluso con el posterior agregado del sol en el centro desde hace pocas décadas. Pero a nadie se le ocurre, por una diferencia de verticalidad u horizontalidad en las bandas de los colores, discutirle el merecidísimo título de “creador de nuestra enseña patria”. Agrava esta insólita e injusta crítica, a la que calificaría de irresponsable por su evidente falseamiento de la realidad, el desconocimiento histórico que evidencia Caparrós acerca de la decisiva actuación de Belgrano en el Noroeste de nuestro País, ya que su decidida y valiente oposición a las fuerzas coloniales, con victorias y derrotas, las contuvo definitivamente, a pesar de la precariedad de recursos para la guerra a que el centralismo porteño le había sometido arbitrariamente. Y que no se argumente que los invasores no volvieron a cruzar la frontera del Alto Perú por la genialidad de San Martín de haberlos ido a combatir desde Chile hasta la propia capital del imperio español en Sud América, Lima, porque esos acontecimientos ocurrieron muchos años después. Sepa el señor que el único territorio argentino, salvo el del combate de San Lorenzo, en que se desarrolló la guerra de la independencia fue el heroico Noroeste, precisamente en Tucumán, Salta y Jujuy. Y en este aspecto y muchos otros de trascendencia para la integridad nacional, la figura de Belgrano es gigantesca. Pero lo desconoce y lo desprecia insolentemente. Para colmo pone en tela de juicio la honestidad del gran defensor de la Patria en cuanto “supone” que no se corrompió. Es muy pequeño este espacio para informarle a este “personaje” la gravitación invalorable de Belgrano en la conformación de nuestra Nación, pero no puedo aceptar que afirme, con tanto desparpajo e ignorancia, que los argentinos “reinventamos a Belgrano convirtiéndolo en prócer”… “cuando hace 40 años era de segunda” … y que “cada época tiene el prócer que corresponde” mezclando en tono de mofa a Rosas, Perón, Evita, Cristina y los militares, en su deleznable pretensión de descalificar la excelsa figura del Prócer.

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Ramón García Zavalía

Marcos Paz 241, San Miguel de Tucumán

Hace 90 años moría Juan b. Justo

El 8 de enero de 1928 moría en su quinta de Los Cardales, Juan B. Justo. Había nacido el 28 de junio de 1865. Médico eminente, doctorado con honores en 1888 en Buenos Aires, viajó luego a Austria y a Suiza donde se especializó en neurocirugía y adoptó para nuestros hospitales el método aséptico, desde lo cual se evitaron muchas muertes de pacientes quirúrgicos por las malas condiciones de higiene, que muy pocos tomaban en cuenta. La adopción de la asepsia le valió a Justo ser considerado por la Academia uno de los 10 héroes de la medicina argentina, junto con las figuras de la talla de Rawson y Ramos Mejía, entre otros. Pero el apotegma justista de “manos limpias y uñas cortas”, fue mejor predicado desde otras de sus creaciones: el Partido Socialista que fundó en 1896 y que orientó hasta su muerte, y luego de ella por sus discípulos Nicolás Repetto, Enrique Dickmann (el resistido primer parlamentario judío de la Argentina), Américo Ghioldi, el tucumano Mario Bravo, Alfredo Palacios. La Cooperativa “El Hogar Obrero”, en 1905 que mediante el quehacer solidario solucionó el problema de vivienda sin intervención del Estado a miles de trabajadores, la “Sociedad Luz” y la Biblioteca Obrera que luego llevó su nombre y que llegó a ser la más importante de América Latina con 100.000 volúmenes hasta que la destruyó la tiranía en 1953, la misma noche en que ardieron la Casa Radical, el Partido Demócrata y el Jockey Club. Luego de traducir “El Capital” de Carlos Marx del alemán al castellano (tratado que muy pocos marxistas leyeron), fundó el diario “La Vanguardia”, en 1894, para lo cual se desprendió de la medalla de oro con que lo había premiado la Universidad y de su coche de médico. Difusor del ideario de la libertad, llegó a tener una tirada de 200.000 ejemplares, lo que hoy -70 años después- seguiría siendo un éxito editorial, hasta que en 1947 fue clausurado por “ruidos molestos”. Entonces, no había como hoy tantos “defensores de la libertad de prensa”. La prédica de Justo, sostenida luego de 1928 por sus seguidores, fueron siempre incómodas a los totalitarismos y la demagogia. Cuando fundó el Partido Socialista fue el primero en el país -le siguió el Demócrata Progresista en 1914- en darse una Carta Orgánica admirablemente democrática, una Declaración de Principios y un programa mínimo y otro máximo. En el Partido de los trabajadores las ideas y el civismo tenían mayor preponderancia que el caudillismo de comité. Justo llegó a la Cámara de Diputados por primera vez en 1913, renovando su banca por el voto popular en 1914 y 1918; hasta entonces el Parlamento argentino era “una reunión amable de personas que no querían contradecirse”. A instancias suyas, comenzó a estudiarse punto por punto el presupuesto nacional, que solía aprobarse “a libro cerrado”. A él se deben las leyes de indemnizaciones por accidentes de trabajo, superándose así el arcaico concepto de la culpa aquiliana del Código Civil, la jornada de ocho horas, la reglamentación del trabajo de mujeres, la protección de la niñez, las leyes de colonización y fomento agrícola, la primera ley nacional de cooperativas, entre otras. Polemista implacable, severo estudioso de los problemas del país, respetado y admirado aun por sus adversarios, tuvo destacado protagonismo en el Senado desde 1922 hasta su muerte. No menos importante fue su labor como escritor, siendo su obra cumbre “Teoría y Práctica de la Historia” de 1909, pero no menos valiosas “La Moneda”, “Educación Pública”, “Internacionalismo y Patria” entre otros títulos. Si bien fue un marxista científico, su línea política se entronca con el revisionismo de Bernstein, que décadas más tarde daría origen a los modernos partidos socialdemócratas europeos, parlamentarista, adherente al constitucionalismo liberal alberdiano, propulsor de la libertad económica, la iniciativa privada, el no intervencionismo ni proteccionismo económicos, la separación de la Iglesia del Estado, el laicismo y otras ideas del liberalismo. Mariana Chertkoff, una de las mayores luchadoras por los derechos femeninos, fue su primera esposa. En la vida interna del Partido Socialista, las mujeres tenían iguales derechos y obligaciones que los afiliados varones. Enviudado de ésta, se casó con la también médica Alicia Moreau en 1922. Se vinculó con Tucumán siendo todavía practicante de medicina al asistir a los enfermos en la epidemia del cólera de 1886, razón por la que, sumadas a las ya expuestas, nuestro Concejo Deliberante en 1936 resolvió homenajearlo denominando Juan B. Justo a la prolongación de la avenida Avellaneda al norte, ilustre nombre que hasta hoy lleva. Por cierto, no esperamos homenajes oficiales a este prócer cívico, atípico político de trayectoria inmaculada, estadista señero. Dijo de él Alejandro Korn, el filósofo de la libertad creativa, en el acto de cremación de sus restos: “la figura de Juan B. Justo, en este país adepto a la mitomanía y a la prebenda está, lamentablemente, destinada al fracaso”. Cuántos males y desgracias se hubiera evitado la República, si hombres de su estatura cívica hubiesen regido sus destinos.

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Víctor J. Chocobar

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Para atacar a la corrupción

El ex gobernador bonaerense Oscar Alende, perteneciente a la UCR y fundador del Partido Intransigente (PI), decía que el procedimiento a aplicar contra un hecho que conspirare contra la democracia era sumar, juntar, unir, movilizar, congregar e incorporar a todas las personas que conjugan principios comunes. Y daba en la tecla “respecto de qué hacer ante prácticas de corrupción, que las defino como “aquellos hechos que atentan contra la vida en democracia y la justicia distributiva de un determinado país”. En su mensaje de presentación del texto final de la Convención contra la corrupción en la ONU, Kofi Annan destacaba a la corrupción como el primer obstáculo para salir de la pobreza. La Argentina suscribió esta Convención y lo que está pendiente es una mejor organización interna para honrar los objetivos y propósitos del texto. En este sentido, planteo estas propuestas centradas en el mejor funcionamiento de los partidos políticos y las agencias estatales de control de la actividad estatal. 1) Propongo formar secretarías partidarias (especie de fiscales partidarios), para el control interno, ya que la “alarma temprana” debe surgir de la propia organización partidaria y la consecuente rápida reparación. 2) Debe extenderse en las praxis política la práctica habitual de publicar gastos, aportes y donaciones de afiliados y no afiliados. 3) Parte de las reformas debe contemplar los mecanismos de justicia reparatoria, es decir, darle oportunidad a la persona pública Partido Político, en el cual hubiere existido una práctica de hecho de corrupción tenga la oportunidad de saneamiento, y devolución de las cantidades de dinero mal habido, defraudado o robado. 4) Reforma del sistema de representación popular en la categoría de Concejales de Municipios. Respetuosos de la clásica única remuneración, que debe siempre imperar, permitiendo -como lo estableció Córdoba- el representante “tiempo completo” y el de “tiempo parcial”, con distintas remuneraciones. El de tiempo parcial conserva la actividad que venía desempeñando antes del mandato popular. Tucumán está en mora en cuanto a la implementación de los municipios autónomos. 5) También debería generarse un contralor preventivo y publicar las distintas licitaciones en páginas virtuales, de los tribunales de cuentas, colegios profesionales, de las cámaras de la construcción, del sindicato de la rama laboral correspondiente, en particular: obras públicas y servicios públicos.

Bernardo Lobo Bugeau

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La realidad y el Campo Norte

Los ambientalistas de Conciencia Ambiental Tucumán hacemos nuestros los conceptos vertidos por LA GACETA en su editorial del 006/01/18, con el título “Basura e inseguridad en Campo Norte”, tan bien enfocada desde un punto de vista profesional, tal cual es la realidad que está a la vista de todos. Acá no se está inventando nada. Y se refleja con contundencia en los últimos párrafos de la publicación, donde se manifiesta que “la realidad muestra una vez más que una buena parte de la clase dirigente no solo no está a la altura de los proyectos que pueden mejorarles la vida a las personas, sino que sigue privilegiando sus propios intereses”, lo cual pareciera que remarca, con esos dichos, una frase muy conocida por todos los tucumanos: “Sí, es verdad, lo dice LA GACETA”. Campo Norte, una muestra más de la desidia y el desinterés de la clase política que tan sólo aparece en épocas electorales. Esos tiempos parece que “son mágicos”. Casi todos son capaces de “tomar mate” con doña Juana o con don Juan, caminan hasta el último rincón, ¿pero qué les pasa en esos momento por la mente? Es como que solo les importara la continuidad en el poder o implementar las formas de volver hereditario los cargos públicos. Son capaces de mostrar lo que todos ven por una banca, pero claro, para un familiar directo, no para un militante, sólo ven los intereses particulares. Luego, pasan las elecciones y ¡plash! Se esfuman como por “arte de magia” nuevamente, y todo vuelve a “la realidad”, como ocurre con el proyecto y promesas para Campo Norte, que es uno de esos resultados. Ahora bien, por decir esto, nosotros los ambientalistas somos anti-sistema; somos los innombrables, a los que no hay que acercárseles porque “no vaya a ser que pidan que limpien Tucumán”, que pidan agua para la gente. “No vaya a ser que pidan que dejen de depredar los cerros, o que pidan que se solucione de una vez por todas las inundaciones del sur”. Mientras tanto Tucumán, el ex Jardín de la de República, sigue siendo la Provincia más descuidada por falta de limpieza e higiene. Desde los ingresos a la capital mostramos nuestras miserias. Tucumán está arrodillado en lo referido al medio ambiente. Y los funcionarios -por lo menos es lo que muestran en la realidad-, no están a la altura de las circunstancias: “Sí, es verdad, lo dice LA GACETA”.

Pedro Martínez

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El empleo y la reforma laboral

El presidente Macri enfatizó que su objetivo de reducir la pobreza es a través del fomento del empleo. “Creemos en el trabajo como eje del proyecto de vida de las personas. Necesitamos más y mejores trabajos para millones de argentinos. Entonces avancemos hacia un esquema de reglas de juego que fomenten el empleo privado formal”, remarcó. Para el Presidente, “la mafia de los juicios laborales” es uno de los principales enemigos de la creación de trabajo en nuestro país. En el proyecto de ley de reforma laboral remitido por el Gobierno al Congreso se establecen las relaciones individuales de trabajo, que implican una modificación del régimen del contrato de trabajo, impulsa cambios en los contratos a tiempo parcial, subcontrataciones y licencias. La norma contempla puntualmente que “el empleador está facultado para introducir todos aquellos cambios relativos a la forma y modalidad de la prestación del trabajo, en tanto esos cambios no importen un ejercicio irrazonable de esa facultad ni alteren modalidades esenciales del contrato ni causen perjuicio material y moral del trabajador”. En el proyecto de la reforma laboral, el artículo 44 establece la figura del contrato a tiempo parcial, “en virtud del cual el trabajador se obliga a prestar servicios durante un determinado número de horas al día o a la semana, inferiores a las dos terceras partes del horario semanal habitual de la labor de la actividad”. En este caso, la remuneración no podrá ser inferior a la proporcional que le corresponda a un trabajador a jornada completa. De estas reformas o modificaciones quedarán exceptuados los dependientes de la administración pública nacional, provincial y municipal, el personal de casas particulares, los trabajadores agrarios y los trabajadores autónomos económicamente dependientes, y los trabajadores y colaboradores independientes. En su momento, Macri hizo una mención aparte al sindicalismo, al que invitó a “dialogar” y le exigió “obras sociales bien administradas para mejorar la calidad de vida de los trabajadores”. Además, pidió a la Confederación General del Trabajo (CGT) sentarse a dialogar porque en la Argentina hay muchas obras sociales y organizaciones sindicales. Al final expresó: “convoco a los gremialistas a dialogar y a echar luz sobre esta situación, así entre todos podamos trabajar para generar más trabajo”. “Queremos obras sociales fuertes y bien administradas para mejorar la calidad de vida y la atención a la salud de los trabajadores y sus familias”, completó. Argentina, en un giro político después de casi 13 años de kirchnerismo, sigue siendo Argentina, sigue el país del peronismo, con los sindicatos más fuertes de latinoamérica. El borrador del proyecto de ley presentado al Congreso busca disminuir los costos laborales para alcanzar competitividad mundial, pero a costa de la flexibilización de la jornada laboral y el otorgamiento de más libertades a los empresarios. De todas maneras, ninguna reforma que afecte a los trabajadores pasa a su aprobación sin problemas.

Julio A. Gómez

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¿Hay una nueva señalización?

No sé si se trata de un tema que le concierne a la Municipalidad de la capital o a las empresas concesionarias del transporte urbano de pasajeros. Está proliferando un nuevo sistema de señales de paradas de colectivos, que se suma a los escasos, destruídos e inútiles (por su diseño y funcionalidad) refugios. Esta señalización podrá ser moderna, postmoderna, futurista, minimalista, en realidad calificarla resulta difícil. Clavada en los árboles o con un anillo que asfixia al árbol. Digno de la Ciudad Histórica. Supongo que este novedoso sistema debe contar con el apto ambiental del Consejo Provincial de Economía y Ambiente (Cpea) y/o contar con el aval de la Sociedad Amigos del árbol, del Colegio de Ingenieros Agrónomos y Zootecnistas y las numerosas ONGs relacionados con temas ambientales. Al estar clavada en los árboles, éstos hacen las veces de refugio al dar sombra. Por seguridad, no los utilice los días de tormentas eléctricas ni con vientos. No vaya a ser que suceda un accidente y después todos se lavarán las manos. Es notable la falta de control en todos los aspectos que ofrece la ciudad, que no sólo es el microcentro o dentro de las cuatro avenidas. En nuestra capital cada habitante hace lo que le parece y mejor le conviene. Esta ciudad tiene apenas 90 kilómetros cuadrados. Todos estos desórdenes se solucionarían con funcionarios capaces, con una férrea fiscalización y sanciones. Pareciera que los funcionarios nunca salieron del microcentro. O si salieron, no ven los problemas. Pero creo que con dos pasadas del “vehículo pedagógico” se soluciona el tema. Lo que no creo es ver este vehículo en la puerta de la Municipalidad, solicitando que cumpla su parte de la Ley de Tránsito Nº 24.449 y modificatorias.

Héctor Francisco

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