El camino de la improvisación libre en la música

El camino de la improvisación libre en la música

El dúo de Tomás Cabado y Gabriela Areal sostiene una búsqueda estética basada en la ética

PRIMER DISCO. Areal-Cabado lanzó este año “pliegue”, en soporte digital. PRIMER DISCO. Areal-Cabado lanzó este año “pliegue”, en soporte digital.
15 Diciembre 2017

ACTÚA HOY

• A las 22.30 en Charco Espacio Experimental. Entrada al sobre

No hubo sintonía en las dos primeras sesiones de improvisación. Pero cuando comenzaron a abordar composiciones propias, Tomás Cabado y Gabriela Areal encontraron un punto de cercanía que los llevó a conformar un dúo. “Intentamos desarrollar una práctica que involucra ideas sonoras sutiles, a veces abstractas, pero muy precisas y sencillas”, sostiene el guitarrista.

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La cellista completa la idea: “hubo un momento en el que tocar piezas con atril y partitura no nos funcionó más y volvimos a improvisar, porque nuestras decisiones estéticas son más bien decisiones políticas y éticas”. “Empecé en esta técnica en un curso en el que me decían ‘escuchá y tocá cuando te parezca’. Lo que hacemos parte de ciertas ideas que más tienen que ver con cómo es ser dos personas tocando, con cómo relacionarnos a través del sonido”, remarca.

Los músicos experimentales concluirán esta noche, con un recital en Charco Espacio Experimental, una estancia en Tucumán que incluyó un taller de improvisación libre. En base a esa definición estética, su música no queda atrapada en un estilo determinado. “Lo que tocamos es bastante identificable y es evidente que no se trata de eclecticismo ni de cambios o contrastes sonoros. Nos importa encontrar un territorio común y cultivarlo, tanto en lo referido a los sonidos como a la forma en que los desenvolvemos en el tiempo y al espacio que nos damos el uno al otro para escucharnos”, señala Cabado.

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“Hay una invitación hacia el público para que tenga una escucha activa en nuestros recitales, donde la música suele ser muy suave y necesita que el otro esté ahí dándonos lugar”, afirma Areal, a lo que su compañero acota: “nuestra actividad involucra mucho silencio y momentos de actividad que se intercalan con otros de inactividad, por lo que la atención va y viene de la música a otras cosas”.

Lo experimental

Para el guitarrista, la música experimental argentina está siempre relegada y se la confunde con la contemporánea o la de raíz institucional universitaria. “Lo que hacemos no tiene que ver con los conservatorios y universidades, ni con ciertos vicios que vienen de la música clásica sino con concebir prácticas desde un uso radical del sonido, que lleva a repensar el rol del compositor y de los intérpretes. En las piezas debe haber un factor que dé una igualdad de condiciones en la producción musical, y que llame a su vez a todos a pensar en lo que implica producir sonido socialmente”, asevera.

“El término experimental se usa bastante para agrupar lo que no es jazz, rock, ni música contemporánea… -alerta Areal-. No es música hecha para ganar concursos ni plata, y tampoco tiene una tradición que la sostenga. El lugar que tiene se lo da la gente que quiere esta música, con la que hablamos de ella y con la que nos encontramos en búsquedas parecidas, compartiendo un código”.

Esas identidades les permitieron realizar giras por Europa y por Brasil, que se intensificaron al lanzar su disco digital “Pliegue”, grabado en una sola noche y en una sola toma de cada tema. “Existe una especie de red muy dispersa de gente alrededor del mundo interesada en las mismas ideas que nosotros. De hecho, antes de viajar conocimos la música de muchos artistas que empezamos a admirar; después los contactamos y resultó ser que eran muy abiertos, amables y queribles, muy involucrados en lo que hacen de una forma bastante incondicional”, destaca Cabado.


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