Cartas de lectores
06 Diciembre 2017

Jaldo y la testimonial I

Parece que era necesario que firmara un documento ante escribano para que su palabra pueda ser confiable. Quedó en una simple manifestación de campaña, de aquellas que sirven sólo para conseguir algunos votos desprevenidos o ingenuos. Premeditación que no cumpliría con su palabra, aunque bajo la consigna que respeta la voluntad popular, no tuvo tapujos para avanzar sin pausa y con mucha prisa. Fue astuto, por supuesto no tanto como el “Chapulín colorado”, pero al punto tal que, como en mi caso que nunca lo votaría, me detuve a valorar su decisión de ponerse la campaña del frente oficialista al hombro, y liberar a Manzur del escarnio de una derrota con su abanderado Yedlin. Lo resolvieron faltando unas horas para el cierre de listas. Hubo premeditación para el engaño y así trabajaron “todos”, sosteniendo un engaño, confundiendo a los ciudadanos y, lo que es peor, manipulando la “tucumaneidad” con su remanido eslogan de “gran defensor” de los intereses de los tucumanos. No creo en equivocarme en sostener que Jaldo perdió una gran oportunidad de ser diferente. De ser un político con mayúsculas, de aquellos que “daban su palabra” y esta valía más que mil firmas y miles de testigos. Su palabra hoy ya no es creíble, y por supuesto ahora más que nunca deberá contar con un buen escribano a mano porque, salvo aquellos que son la corte de aplaudidores y beneficiarios de sus planes, no le creemos más. Somos los que confiamos en el estado de derecho, en la vida democrática, respetamos a las instituciones y sostenemos nuestras decisiones. Somos los que corregimos nuestros desaciertos y amamos la política como una auténtica organización de servicio. Es por eso que no le creemos más. Y sin duda adelanto lo que será un buen título del futuro libro sobre este hecho: “Jaldo, el defensor que no fue”.

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Rolando Silvestre Argañaraz

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Jaldo y la testimonial II

“La presencia mía y la de los legisladores (que me acompañan) es una muestra del respaldo de la Cámara, que es incondicional a la gestión del gobernador”. Transcripción del examen del ciudadano Osvaldo Jaldo publicado por LA GACETA el 4/12/2017. Materia que rindió: “Instrucción Cívica. Sistema Republicano de Gobierno”. Nota obtenida del tribunal examinador: 0 (cero, aplazo).

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Carlos Duguech

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Jaldo y la testimonial III

“Dime de qué te ufanas y te diré quién eres”, reza un viejo y sabio refrán. “No defraudaré a los tucumanos”, “soy respetuoso de la voluntad popular”, “no seré un candidato testimonial”, se empeña en decir Osvaldo Jaldo en la nota publicada en LA GACETA (05/12), al justificar su decisión de engañar a los que lo votaron como diputado para integrar el Congreso de la Nación y decidir que no asumirá. Lamento, señor vicegobernador, no poder sentirme orgullosa desde tanto tiempo atrás de quienes, como usted, deben representarnos. De verdad, uno no puede creer tanta mentira, tanta hipocresía, tanto cinismo, después de hacer una campaña tan mentirosa acusando al Gobierno nacional de lo que a ustedes les corresponde hacer. Los afiches de propaganda esparcidos por toda la provincia anunciaban que usted sería quien defienda a los tucumanos a nivel nacional. Si aquí “tanto lo necesitan”, ¿por qué aceptó representarnos allá? Es indignante ver cómo se las arreglan para descalificar a la oposición y reciclarse para seguir siendo los hacedores de una provincia llena de pobres, sin reglas ni normas de convivencia donde todo vale; donde en cada esquina de semáforo está plagada de niños, jóvenes y madres mendigando una moneda; los robos y la inseguridad que nos han quitado la libertad de estar seguros en las casas, en los trabajos y en la calle. Como verán, señores gobernantes tucumanos, es imposible no sentirse defraudada y engañada ante tanta impunidad. Y repito, lo lamento. ¡Cómo quisiera poder sentirme orgullosa de ver actitudes republicanas indelegables, sinceras, confiables, éticas, y gritarlo a viva voz!

María F. Aráoz

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Jaldo y la testimonial IV

Como siempre, los candidatos políticos que pregonan “defender a Tucumán” son testimoniales. Sí, aunque a Jaldo se le llene la boca de justificaciones, ha sido un candidato testimonial y ha engañado a todos los ciudadanos. Tucumanos, ¿se acuerdan lo que dijo este señor? “No voy a ser candidato testimonial”, y ahora, que declaró que no asumirá como diputado nacional, ¿cómo se sienten los que fueron engañados después de haberle dado su voto? Es vergonzoso lo que estos candidatos que se dicen peronistas, hacen en esta provincia.

Juana María Farías

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Jaldo y la testimonial V

“No contaban con mi astucia/Lo hice intencionalmente/Todos mis movimientos están fríamente calculados/Síganme los buenos” (el “Chapulín tucumano”). Vieron que se puede tropezar muchas veces con la misma piedra, aun cuando estemos advertidos de que el camino es rocoso. ¿Qué pensarán hoy los ciudadanos que confiaron su voto al candidato que aseguraba que iba a cumplir con el pueblo que lo eligió, “Un candidato que nos defienda en Buenos Aires”? Los candidatos testimoniales, al parecer, no son un delito electoral, pero no todo lo que no es un delito es un valor ético democrático; de cualquier manera no deja de ser un fraude a los votantes, a la voluntad popular. Los candidatos testimoniales tienen de por sí la intención de no asumir al cargo. Se postulan como candidatos, son elegidos con los votos, y luego renuncian; pero previamente, cuando arman la nómina, acuerdan secretamente que no asumirán los cargos y que serán reemplazados por quienes continúan en el orden de la lista. Esta es una política indigente de moral, éticamente responsable de sus incompetencias con la verdad, de su falta de palabra y de sus travestismos políticos. Las testimoniales fueron y son una falta de respeto a la inteligencia de la gente que los votó. Por eso es hora que no se agreda más al ciudadano con mentiras que denigren su fe. La única testimonial que vale es la de vida; la que se da con el ejemplo y el respeto a la palabra empeñada. Si se es candidato para un cargo y es elegido, se debe iniciar y terminar el mandato para el cual se comprometió sin recurrir a argumentos falsos o argucias legales que puedan modificar la voluntad de la ciudadanía. Si no, será una inaceptable manipulación de las instituciones. El “todo vale” y “la trampa” se instalan como pauta cultural que de a poco va carcomiendo la confianza de la sociedad. Es sumamente grave la degradación de los valores democráticos. Hay funcionarios en todos los partidos que no son capaces de adaptarse a la convivencia, dando ejemplo. Algunos tienen principios y, cuando no les conviene, tienen otros.

Pablo José Giunta

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Los aumentos de la luz y el gas

Al ministro Aranguren y al Gobierno nacional les resulta fácil decidir los aumentos de los servicios tan necesarios como la luz y el gas, que benefician a las empresas sin importarles la difícil situación económica que nos crea a los millones de argentinos que percibimos sueldos cada vez más devaluados, que no llegan a cubrir la cada vez más cara canasta familiar. Para ustedes, los gobernantes, funcionarios y políticos que nos prometieron “pobreza cero”, quiero decirles que nos mintieron descaradamente. Para pedirnos el voto juraron ante la Biblia defender y protegernos de todos los abusos que violen nuestros derechos. Pero no cumplieron esa promesa, como ya es costumbre entre nuestros gobernantes. Dichosos de ustedes, los gobernantes, que podrán disfrutar de una Navidad con una mesa abundante. Pero deberán acordarse en ese momento que hay millones de pobres que brindarán con una copita de sidra regalada por una mano generosa, porque no les alcanza para más.

Juan Carlos Monasterio

Pje. Luis Beltrán 1.452

San Miguel de Tucumán


ACLARACIÓN

El que suscribe, Carlos José Díaz Márquez, escribano público, y con respecto a la publicación realizada en la sección Policiales del 30/11, con el título “Piden que se investigue a dos barrabravas de San Martín”, se menciona al final a una lista de nombres a investigar, entre los que se me incluye como Carlos Díaz Márquez. Digo que dicha información y de la manera en que está presentada es lesiva a mi buen nombre y honor, debido a que mi única relación con el tema en cuestión es debido a mi intervención en mi calidad de escribano público, titular del registro N° 53, y lo único pasible de investigar son los actos notariales que pude haber autorizado y que en sede judicial se tiene pleno conocimiento, por haberse informado todo lo que se me puede haber requerido. Tengo 38 años de ejercicio de la profesión y con un legajo impecable, según lo puede corroborar en el Colegio de Escribanos de Tucumán. Por lo cual insisto en que la publicación referida es lesiva de mi buen nombre y honor y atentatoria a mi función de fedatario público, dado que por mi función me es dado intervenir en todo tipo de casos y situaciones. Por lo cual hago reserva de las acciones y derechos que me competen y solicito mayor prudencia y respeto por la función que me es dado desempeñar en las publicaciones públicas que realicen.

Carlos J. Díaz Márquez

Las Piedras 897

San Miguel de Tucumán

N. de la R.: La publicación a que hace referencia describe el alegato pronunciado por el fiscal federal Pablo Camuña en el marco del juicio oral contra el denominado Clan Ale, y en esta nota se refiere a los barrabravas Sergio “Flay” Roldán y un tal “Gordo Sopa”. Además pide investigar a una lista de personas, entre las que menciona a Carlos Díaz Márquez. Se trata de un juicio oral y público y LA GACETA ha reflejado las palabras del fiscal. Por otra parte, Carlos José Díaz Márquez (h), también escribano e hijo del primero, envió una carta a LA GACETA en la que indica que “jamás tuve intervención ni profesional ni humana con respecto a las personas y los temas que se abordan en la publicación” y solicita que LA GACETA “cese y se abstenga de difundir contenidos lesivos hacia mi persona”. Al respecto, cabe la misma aclaración en relación al alegato del fiscal Camuña.

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