Tucumán tiene que prenderle velas a Cuyo

Tucumán tiene que prenderle velas a Cuyo

El equipo provincial le ganó con bonus a Salta, pero no recibió la mano que necesitaba de Córdoba.

CUERPO A CUERPO. Nicolás Proto intenta ganar terreno sobre la defensa salteña. A Tucumán le costó encontrar el camino en Limache, pero cuando lo hizo, fue implacable. la gaceta salta / foto de marcelo miller CUERPO A CUERPO. Nicolás Proto intenta ganar terreno sobre la defensa salteña. A Tucumán le costó encontrar el camino en Limache, pero cuando lo hizo, fue implacable. la gaceta salta / foto de marcelo miller
26 Noviembre 2017

La que se presentaba como una oportunidad de relajar tensiones entre tucumanos y cordobeses por la llamada “guerra del azúcar”, desatada a partir de la ordenanza que limita el consumo del producto en bares de Córdoba, fue al final de cuentas una oportunidad perdida. Porque los “Naranjas” no sólo necesitaban ganarle a Salta para llegar a la última fecha del Campeonato Argentino con buenas chances de ser campeones; también debían esperar que Córdoba -traccionado por sus propias aspiraciones- frenara al líder Buenos Aires en Villa Warcalde.

Finalmente, fue una jornada de sabores encontrados: dulce como el azúcar por un lado, amarga como el fernet por el otro. Porque Tucumán cumplió llevándose de Salta un triunfo de 40-24 con bonus incluido (el máximo botín posible), pero los “Dogos” fallaron al perder el control de un partido que difícilmente podría haber empezado de manera más favorable, tomando una ventaja de tres tries antes de completar el primer cuarto de hora.

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Curiosamente, en esos momentos en que todo parecía simple para Córdoba, Tucumán tenía dificultades para quebrar la defensa salteña. De hecho, el primer golpe lo dio Salta, con el try de Eliseo Morales, pero los “Naranjas” ajustaron detalles y lograron pasar al frente con las conquistas de dos “serpientes”: Nicolás Sbrocco y Santiago Resino.

Al igual que contra Cuyo, Tucumán salió mucho más decidido en el segundo tiempo y redujo a los “Mayuatos” a la mínima expresión, moviendo la bocha, generando quiebres y estirando la ventaja en el score con tries de Lucas Cartier, José Barros Sosa y Tomás Albornoz, que además aportó las conversiones. El problema es que a medida que se iba aclarando el panorama tucumano, se iba oscureciendo el cordobés: Buenos Aires empezó a reducir su desventaja paso a paso y para cuando terminó el partido de Tucumán con el try de Agustín Cortés, las “Águilas” estaban a sólo un try convertido de llevarse la victoria. Con los “Naranjas” todavía en el césped de Jockey salteño pegados a la radio y al celular, ocurrió lo que parecía impensable al principio: Matías Freyre empujó a la defensa cordobesa y asestó el try, dejando en el pie de Lucas Frana la posibilidad de transformar la derrota en victoria y un casi tricampeonato. Y el apertura no falló.

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Desde el principio, Tucumán supo que el precio que iba a tener que pagar por haber dejado vivir a Buenos Aires en lugar de liquidarlo en ese primer partido era encomendarse a que alguien fuera capaz de frenarlo en alguna de las cuatro fechas restantes. Rosario estuvo cerca, pero no pudo; Salta, más allá de impedirle sacar bonus, tampoco; y Córdoba permitió en su casa que las “Águilas” remontaran una desventaja de 19 puntos y ganaran por uno, quedando así fuera de carrera. El título es ahora un asunto sólo entre Buenos Aires y Tucumán.

Esto, al menos desde el punto de vista matemático, porque la realidad indica que Buenos Aires ya empieza a probarse el traje de campeón. Cuyo, que enfrenta hoy a Rosario con la única motivación de no salir último, perdió sus tres partidos y parece muy difícil que derrote a Buenos Aires, que ganó los cuatro que jugó y tiene un título al alcance de la mano. Con ganar por un tanto le alcanzará a las “Águilas”, ya que aunque los “Naranjas” lo igualen en puntos, tiene a su favor haber ganado el cruce entre ambos.

A Tucumán sólo le resta vencer a Rosario y rogar que los mendocinos se iluminen.

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