He aquí la verdad final

He aquí la verdad final

26 Noviembre 2017

> LA MISA DE HOY

PBRO. MARCELO BARRIONUEVO

Querido hermano: quiero poner este texto esencial del juicio final y personal de cada hombre, desde donde debe analizarse toda la historia de la humanidad. Todo lo demás sale y vuelve hacia esta última realidad. Leamos detenidamente y retomando la conciencia de lo que se ños enseña.

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“En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: cuando venga en su gloria el Hijo del Hombre y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria y serán reunidas ante él todas las naciones. El separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras. Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda. Entonces dirá el rey a los de su derecha: venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, estuve enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme. Entonces los justos le contestarán: Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte? Y el rey les dirá: os aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis. Y entonces dirá a los de su izquierda: apartaos de mí, malditos; id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis. Entonces también estos contestarán: Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel y no te asistimos? Y él replicará: os aseguró que cada vez que no lo hicisteis con uno de estos, los humildes, tampoco lo hicisteis conmigo. Y estos irán al castigo eterno y los justos a la vida eterna” (Mateo 25,31-46).

Estas serán la preguntas de Dios a cada uno y sobre ellas hemos de rendir cuenta. Meditemos cada uno de esos versículos y saquemos conclusiones sobre lo que hicimos bien, lo que hicimos mal y lo que NO hicimos y deberíamos haber hecho.

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Procuremos recordar que, como dice San Juan de la Cruz, “al final de la vida se nos juzgará en el amor”.

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