Atlético fue una versión deshilachada del que brilló en la Copa Argentina y empató con Arsenal

Atlético fue una versión deshilachada del que brilló en la Copa Argentina y empató con Arsenal

PELIGROSO. El “Tucu” Rodrigo Contreras fue el futbolista de Arsenal que más complicó a la defensa de un Atlético, que lució lejos de su mejor nivel. En el Monumental, la fiesta no pudo ser completa. la gaceta / foto de DIEGO ARáOZ PELIGROSO. El “Tucu” Rodrigo Contreras fue el futbolista de Arsenal que más complicó a la defensa de un Atlético, que lució lejos de su mejor nivel. En el Monumental, la fiesta no pudo ser completa. la gaceta / foto de DIEGO ARáOZ
18 Noviembre 2017

Faltó el gol y ninguno de los dos equipos mereció llevarse la victoria. Ni Arsenal, que poco y nada tuvo para ofrecerle al espectáculo, ni el propio Atlético, cuya meta era festejar la histórica clasificación a la final de la Copa Argentina y a la Libertadores 2018 con un nuevo triunfo. Pero nada.

No hubo manera de destrabar el cero. Salvo por alguna que otra intención aislada, en su mayoría nacidas de alguna contra, ninguno de los dos propuso algo serio como para convertirse en el dueño de la noche. Si el aplausómetro del “José Fierro” fuera determinante, entonces Atlético fue apenas superior a los de Sarandí. Pero para que eso suceda hubo que esperar el tramo final de un partido cortado, impreciso.

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Incluso, dio la impresión de que el dueño de casa pasó por varios estados. Pareció el “Decano” un paciente diagnosticado con múltiples personalidades. Ninguna positiva, claro.

Por ejemplo, al inicio regaló demasiado espacio en la cancha. Arsenal no lo supo aprovechar. Entonces, al ver que siendo generoso no era lastimado, Atlético tampoco salió a tomar la posta. Las tres líneas estuvieron dispares, anchas largas, inconexas. Además dio la impresión de que faltó pimienta, concentración, como luego se quejó por TV Luis Rodríguez sobre lo que el grupo produjo. También se notó a varias piezas importantes afectadas por el cansancio.

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En su defensa, este plantel viene acumulando millas como para ganarse una vuelta al mundo en Primera Clase sin poner un peso de su bolsillo. Jugar tanto suele ser complicado. No es un buen negocio.

Siempre un salvador

Pablo Santillo se destacó por un par de intervenciones interesantes. La más llamativa fue tras un hermoso tacazo de Ismael Blanco sobre el cierre del juego que se estrelló en su humanidad. En ese lapso, el del ocaso, fue cuando más comprometido se vio al “Decano”. Es decir, cuando las papas comenzaron a quemar el tiempo.

Pero es sabido que jugar apurado no siempre da dividendos. Favio Álvarez bajó tanto a buscar la pelota que casi era la opción de salida de Alejandro Sánchez, apenas con un toque corto. Estando tan lejos de su zona de confort, Favio le hacía un favor a Arsenal. Aparte, los otros que suelen aportar una cuota de magia estuvieron como bloqueado, jugando con el freno de mano. Se olvidaron la galera.

Se fue el partido con Arsenal y el 0-0 terminó siendo un castigo para los de arriba y una mención especial para Jonatan Cabral y Rafael García, los que supieron responder cuando la visita intentó invadir la cueva al “Oso”.

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