Tito Sánchez, flamante campeón del Rally Provincial en la clase A-6

Tito Sánchez, flamante campeón del Rally Provincial en la clase A-6

El joven piloto agregó una perla más a una prolífica cosecha de triunfos y campeonatos, no sólo de la familia de su papá, sino también de su mamá

CON FRESCURA. Tito Bernabé Sánchez visitó la redacción de LA GACETA. “Nunca había venido, ojalá vuelva”, dijo. la gaceta / FOTO DE INÉS QUINTEROS ORIO CON FRESCURA. Tito Bernabé Sánchez visitó la redacción de LA GACETA. “Nunca había venido, ojalá vuelva”, dijo. la gaceta / FOTO DE INÉS QUINTEROS ORIO

Domingo 29 de octubre de 2017, Rally de Concepción. Tito Bernabé Sánchez despliega una sonrisa tan amplia como su triunfo en la clase A-6 del Campeonato Provincial. Uno a uno llegan los abrazos, las palmadas, los besos. Un “¡dale campeón!” empieza a escucharse. Él, el muchachito de 18 años cumplidos en julio, el estudiante del último año del secundario del Colegio de la Consolación, el hijo de Víctor Hugo Sánchez y Judith Posse (¡vaya apellidos “fierreros” para la “Perla del Sur”!), era centro de una escena típica de final de temporada. Su victoria cerca de casa le había dado vía libre al título. Pero había mucho más que eso. Es que, como tuviera el destino marcado, con su logro pasaba a convertirse en la punta de un iceberg familiar, de ilustres antecedentes en el automovilismo.

Que su papá, a quien el ambiente de las carreras conoce como “El Cóndor”, haya sido un gran referente del rally (su último título se remonta a 10 años atrás), es todo un tema. Que su mamá haya probado también en la década del ‘90 las sensaciones de subirse a un coche de carreras, es otro. De fondo, asoma una doble herencia tremenda, en la que sus tíos también hicieron un aporte a la causa que, en el caso de uno de ellos (en rigor, tío segundo), se convirtió en la flor y nata de las referencias de la especialidad en Tucumán. Claro, la mención es para Roberto Sánchez, hoy intendente de Concepción.

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“No me pesa el apellido, por el contrario, soy un afortunado de tenerlo. Es algo único pertenecer a esta familia”, dice Tito, sin perder su naturalidad. Esa misma que le permite decir con una sonrisa cómplice que siente que su forma de manejar es “más tranqui que la de mi viejo, aunque heredé de él las ganas de encarar cada cosa que hace, y los modos”.

-¿Tenés algo de Roberto?

- Algunos me dicen que la prolijidad al manejar. Pero no sé, yo hago lo mío. Papá siempre me pide eso. Y también me dice que a cada carrera las encare con inteligencia.

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Entre tanto referente para dar consejos, marcar errores, compartir secretos, Tito es una esponja que, sin embargo, impone sus reglas al momento de estar enfundado en su buzo de piloto, los guantes en las manos y el casco cubriéndole la cabeza. “Es ‘nuevito’, está ganando experiencia. Yo veo que va mejorando carrera a carrera, y por eso está ganando seguido.” Así lo ve Carlos Russo, su navegante y también “autor” en el taller de Juan Bautista Alberdi del VW Gol (foto arriba) con que el juvenil corredor se luce en los caminos.

“A principios de año me había trazado como objetivo hacer experiencia arriba del auto. Las cosas se fueron dando de manera paulatina, y fui sumando puntos que me permitieron ponerme arriba de la tabla. Eso me dio más confianza y llegué a esto, a ganar mi primer campeonato de rally” reseñó su temporada el piloto que, siendo pequeño, lejos estaba de pensar que lo suyo sería seguir el derrotero de velocidad que habían trazado sus familias paterna y materna.

Tito, antes de sumar cuatro títulos en karting más este flamante en el rally, jugó, y muy bien, al tenis. Y también se lució en el pádel. Pero llegó el día en que los motores sonaron fuerte. Y no sólo en rally: una moto de enduro le sirvió para mantener la “carburación” de cuerpo y alma. “Salgo a andar con amigos, con mi papá. Con él, incluso, participé del último Rally Transmontaña. Me encantó.”

Así como el papá lo define como un chico “mudo mudo nomás, parecido a mí, con un corazón así de grande y un talento innegable”, su mamá rompe su habitual reticencia a formular declaraciones cuando le piden hablar de “su” Tito. “Es un buen hijo. Yo no quería que haga automovilismo, porque sé de qué se trata. Pero también sabía que en algún momento iba a hacerlo, y hoy digo que está yendo por el buen camino. Con Víctor, con mis hermanos, sufrí esto de las carreras. Pero no es lo mismo haberlos visto a ellos corriendo, que hacerlo cuando Tito está en competencia.”

Las mieles del campeonato no quitan espacio al análisis de qué pasará con este nuevo Sánchez campeón. “Correr siempre fue caro, exige sacrificios. Con mi hijo habrá que seguir en la lucha. La idea es mejorar, pero de ninguna manera volvernos locos. Si no se puede dar un paso adelante, seguirá con el mismo auto” analiza Víctor Hugo el futuro del incipiente nuevo referente familiar en el rally.

Como corolario de lo vivido, el campeón desliza sus sensaciones. “Es raro estar en el lugar en que me encuentro ahora. Siento el mejor de los apoyos de la familia, lo que se decida dentro de ella será lo mejor para mí”, asegura. ¿Y mientras eso pase, qué harás?, se le pregunta. Tito, la sonrisa tan ancha como aquella que mostró aquel domingo de gloria, dijo con simpleza: “me voy a concentrar en disfrutar mis últimos días del colegio secundario, descansar un poco y luego prepararme para empezar la universidad. Quiero estudiar Agronomía.”


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