“El cuerpo de piel y huesos pasó de moda”

“El cuerpo de piel y huesos pasó de moda”

LA GACETA / FOTO DE ANALÍA JARAMILLO.- LA GACETA / FOTO DE ANALÍA JARAMILLO.-
09 Septiembre 2017

Hay chicas que les sacan fotos a su plato de comida para subirlas a Instagram y hay chicas que lo hacen para enviárselas a Alejandra Lazarte, la profe, la coach, la consejera y confesora. La imagen de lo que no a muchas les gustaría ser, al menos en cuanto al físico, que es precisamente su campo.

La foto de alejandra es la de una mujer excesivamente fuerte, para algunos masculina, de las chicas que tranquilamente le podrían dar miedo a un hombre. “Es que el modelo de belleza de la mujer raquítica, de piel y huesos ya fue. Eso era hace 20 años. El buen cuerpo de ahora es el fitness, un cuerpo que tenga relieve, que denote firmeza, que se diferencien claramente los músculos: la cola separada de las piernas, los hombros del brazo, cada músculo bien definido”, asegura y cuenta entre sus victorias el haber llevado por ese camino a más de 100 chicas. “He cambiado más de 100 cuerpos. Mi trabajo principalmente es recuperar el autoestima de las chicas y a partir de ahí comenzar a construir el cuerpo que ellas quieren”, asegura.

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Determinación

El cuerpo que ellas quieren quizás no sea el de Alejandra Lazarte, la modelo fitness, la que por estos días está viajando a Las Vegas a competir en el campeonato Olimpia, un certamen como los físicoculturismo, aunque ella compite en categoría fitness: cuerpos más estilizados, no con músculos agigantados y antinaturales. Pero si no quieren su cuerpo, quizás lo que admiran, la razón de su magnetismo, sea su determinación, su disciplina, su constancia, todas las cualidades que difícilmente se entrenen en un gimnasio.

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Alejandra les habla, las sacude, las apura, las hace transpirar con entrenamientos de varias horas, les pide que les manden fotos de lo que comen, las alienta por las redes sociales. Ha logrado convertirse en mucho más que una personal trainer, especializada casi exclusivamente en mujeres y su exposición también despierta críticas: “los que más me critican son los hombres, las chicas me adoran... No sé, tal vez me tengan miedo los hombres por cómo soy, o porque hago que las chicas recuperen la confianza en sí mismas...”, ironiza. O no.

La mayoría recurre a ella para bajar de peso. “Yo las agarro desde el primer momento y que terminen con los engaños. Nada de que no sé por qué estoy gorda, que no se inventen hipotiroidismo ni nada. Lo primero es admitir que están gordas porque comen mal, no hay nada más lindo que poder decirse la verdad a uno mismo. Y después, trabajo para que se saquen de la cabeza eso de que una chica gorda no puede correr, no puede entrenar, no puede tener fuerza. Empezar de a poco sí, pero empezar de inmediato. Dieta y gimnasio, ninguna de las dos cosas hacen magia por separado”, finaliza.

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