Plazas para armar y desarmar

Plazas para armar y desarmar

El proyecto “aUPA”, de dos arquitectas tucumanas, ganó un premio de una fundación holandesa. El llamado apuntó a propuestas innovadoras y favorecedoras del desarrollo sano de los niños que se crían en contextos urbanos. Ya empieza a tomar forma en Tucumán.

IMÁGENES DE UN DOMINGO DIFERENTE. Los chicos del barrio Juan XXIII descubrieron los atractivos de un patio de juegos que apareció como por arte de magia en el barrio. Y lo aprovecharon a pleno. Cada terreno libre de la ciudad es un escenario potencial para esta iniciativa. IMÁGENES DE UN DOMINGO DIFERENTE. Los chicos del barrio Juan XXIII descubrieron los atractivos de un patio de juegos que apareció como por arte de magia en el barrio. Y lo aprovecharon a pleno. Cada terreno libre de la ciudad es un escenario potencial para esta iniciativa.
02 Septiembre 2017

El proyecto “aUPA”, de dos arquitectas tucumanas, ganó un premio de una fundación holandesa. El llamado apuntó a propuestas innovadoras y favorecedoras del desarrollo sano de los niños que se crían en contextos urbanos. Ya empieza a tomar forma en Tucumán

Si pudieras ver la ciudad desde una elevación de 95 centímetros, la altura media de un niño sano de tres años, ¿qué harías de manera diferente? ¿Cómo organizarías los barrios, el espacio público, las áreas verdes, el transporte y otros servicios para la primera infancia? ¿Qué cambiarías o mejorarías en la ciudad? Esos interrogantes fueron planteados por la fundación holandesa Bernard van Leer en su Urban95 Challenge, una iniciativa que trabaja para favorecer el desarrollo sano de los pequeños que se crían en contextos urbanos. “aUPA”, proyecto impulsado por dos tucumanas, respondió las preguntas y resultó ser uno de los ganadores. El premio consiste en herramientas para desarrollar el proyecto, con el apoyo económico de la fundación (7.700 euros).

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María Lombana y Verónica Mansilla, arquitectas y docentes de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional de Tucumán, proponen a partir de “aUPA” mejorar la crianza de los chicos más allá del ámbito doméstico y de las redes personales. Para eso plantean un nuevo tipo de instalaciones al aire libre, que emergen y desaparecen, diseñadas para involucrar a los niños y a sus cuidadores en experiencias de calidad en espacios públicos. En el período de prueba, que ya están concluyendo, realizaron diferentes intervenciones, como la del domingo pasado en el predio que rodea el centro de monitoreo del 911, en el barrio Juan XXIII.

En el marco de los festejos por el Día del Niño, “aUPA” se sumó en La Bombilla a un evento organizado por los facilitadores del Programa Primeros Años. Lombana y Mansilla, con su intervención pop-up (viene de la palabra “emerger”) desplegaron una serie de elementos lúdicos realizados con materiales descartables, como túneles, autos y alfombras interactivas, que fueron probados por más de 250 niños. El resultado se reflejó en la cara de los chicos: muchas sonrisas, iluminadas por el sol de la siesta dominguera.

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El proyecto pretende aumentar la cantidad espacios públicos de calidad que permitan ampliar los espacios de crianza fuera de casa. Eso potencia el cuidado colectivo y la socialización de los chicos y, al mismo tiempo, fomenta los vínculos de ayuda mutua. Detallan las profesionales que en Tucumán hay aproximadamente 1.200 propiedades sin uso, entre terrenos no edificados y construcciones abandonadas. Esos espacios se vuelven susceptibles de convertirse, al menos temporalmente, en recursos espaciales de calidad.

“Esta propuesta otorga la posibilidad de ‘autogestionar’ un espacio propio amigable con la crianza mediante una colección de mobiliario urbano pop-up, que puede desaparecer y reaparecer en distintos puntos de un barrio al ser fácilmente manipulable por una sola persona. Así, instantáneamente cualquier vacío urbano se convierte en un lugar para la crianza infantil”, detalla Lombana a LA GACETA.

En resumen, “aUPA” tiene tres patrones de intervención: primero irán generando una práctica innovadora para ofrecer espacios abiertos saludables cerca de casa (gratuitos y públicos) y abiertos a la espontaneidad; segundo, producirán un mobiliario urbano pop-up amigable con los chicos; y tercero, incorporarán contenido al espacio (redes de apoyo para la crianza) para retejer el entramado social a favor de los niños y de sus cuidadores. Sobre el último punto, Lombana detalló que ya hablaron con los responsables del Programa Primeros Años, con el grupo Catorce Almas (a cargo de Fernando Ríos), con el municipio capitalino, con Desarrollo Social de la Provincia y firmaron un convenio con el Sindicato de Amas de Casa. Las redes se están tejiendo para que la ciudad sea más amigable con la primera infancia.

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