“Faltan voces jóvenes en la poesía argentina”, afirma Alfonso Nassif

Define la poesía como “la segunda conciencia del pueblo” y afirma que la humanidad ha elegido la poesía como arte porque lleva hacia todas las direcciones humanas. “Es liturgia en el rezo, es emoción en el canto, y es espíritu del hombre en lo demás”, sostiene Alfonso Nassif, destacado poeta de Santiago del Estero y doctor Honoris Causa de la Universidad Nacional de esa provincia.

Nassif vino a Tucumán para participar del II Festival de la Palabra, que se está llevando a cabo esta semana en el Centro Cultural Virla con la participación de unos 270 escritores de todo el país.

Respecto del encuentro, Nassif destaca que es un hecho poco frecuente que diferentes colectivos de escritores se reúnan. “Lo común es que las reuniones se hagan en grupo, no así generalizadas”, dice y subraya la importancia de este tipo de eventos.

“En este conglomerado, la gente empieza a conocerse, por eso su importancia es tanto social como literaria, y se basa, fundamentalmente, en la posibilidad del intercambio. Se conocen los libros que producen otros escritores, la gente se toma las direcciones y hasta se organizan visitas. Se abren las posibilidades de la difusión de las obras propias y de otros”, afirma.

“Siempre son significativos estos encuentros porque siempre uno conoce a alguien afín a sus teorías, a su forma de escribir, a su forma de pensar”, agrega.

Poesía en el NOA

Nassif, que el año pasado concluyó una extensa antología de poesía del NOA, de unas 900 páginas (que todavía no ha sido publicada), afirma que esta región nunca estuvo atrasada en materia de poesía. Y resaltó el trabajo de grupos como La Brasa en Santiago del Estero; Calíbar en La Rioja, Tarja en Jujuy y La Carpa en Tucumán.

En ese contexto dijo que faltan voces jóvenes en la poesía argentina y que no se ha superado, por ejemplo, a poetas como el salteño Manuel J. Castilla o la santiagueña María Adela Agudo. “Tal vez porque se aniquiló a una generación de gente pensante. Los que hubieran sido hijos de esa generación -los desaparecidos- hoy estarían dando sus frutos”, asevera.

Al despedirse, profundiza en su personal definición de la poesía diciendo: “muchos dicen que los poetas vivimos de sueños, sin embargo vivimos de realidades como: el tema, que es todo lo que existe y lo que no existe; el idioma, al que hay que saber manejar y utilizar; y el espíritu del hombre, que es el sacerdocio que ejerce el poeta. Y de esas tres realidades surge el arte”.