El segundo semestre puede llegar a traer sorpresas a la economía

El segundo semestre puede llegar a traer sorpresas a la economía

25 Junio 2017

PABLO AGUSTÍN PERO / Economista y consultor

La caída en los niveles de inflación, que comenzó a verse con los números de mayo, quedará más clara. La inflación acumulada del primer semestre del año sería algo superior al 11%, mientras que la del segundo semestre sería menor al 7%, para terminar totalizando en el año una inflación acumulada de entre 19% y 21%. En otras palabras, se confirmará una inflación mensual promedio de 1%, transparentando que la inflación que está sufriendo la economía en el día de hoy es de 15% anualizada, y no de 30%. Que todos abramos los ojos a los nuevos valores de la inflación mensual servirá para disminuir las expectativas inflacionarias, generando un círculo virtuoso.

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El salario real, o sea el poder de compra, que solo creció durante un par de meses en 2016, y mostró una leve caída en los primeros meses de 2017, volverá a crecer, en forma suave y sostenida hasta fin de año. Para fin de año, el poder de compra alcanzará los niveles obtenidos (con una economía anabólica y artificialmente potenciada) en el tercer trimestre de 2015. Esta recuperación del salario será la meta de la primera parte, la parte más dura, del proceso de ajuste que está encarando el Gobierno nacional. Un ajuste que a veces ha sido tildado de insuficiente, o incluso de inexistente por aquellos han mostrado cierta falta de sensibilidad social; el mismo ajuste que significó un trago amargo para los hogares de ingresos medios bajos, y para otro sector (tanto laboral como empresarial) que dependió fuertemente del modelo económico imperante en el período 2002-2015. El ajuste no se acaba en diciembre de 2017, continúa, con más recortes a subsidios en 2018, pero con una economía que ya está en el sendero de crecimiento.

El crecimiento ha vuelto, ya llevamos casi un año de aumento trimestre a trimestre del producto bruto interno. La recesión, comenzada en julio de 2015, terminó en julio de 2016. La economía ha estado recuperándose desde entonces, en forma muy suave y dispareja. El ritmo del crecimiento sigue siendo suave, tan suave que aún no puede ser percibido por los agentes individuales, pero cada vez son más los sectores que abandonan los números rojos de caídas, y se suman a los “brotes verdes”, buscados con lupa por el Ministerio de Hacienda. Los últimos datos del Indec confirmaron que el primer trimestre de 2017 fue de crecimiento, al igual que los dos anteriores, y que la tasa de crecimiento fue mayor, aunque tendiente a estabilizarse. También se observa un atisbo de recuperación en el sector industrial, uno de los más golpeados por el nuevo modelo (el más golpeado es el textil). El punto más interesante de este último informe es que la participación de la inversión en el total del producto a comenzado a crecer, algo que no pasaba desde 2011. La inversión es el ingrediente principal para asegurar el crecimiento sostenible. Desde julio en adelante, con la recuperación del salario real, la actividad empezará a ser más clara para la población.

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El mercado laboral también reacciona, para agosto de este año, o antes, la cantidad total de empleados será récord en la historia argentina. No será suficiente, ya que la fuerza laboral se ha incrementado, tanto porque creció la población, como porque más personas se incorporaron a la búsqueda activa de trabajo. Habrá que esperar para poder afirmar que el mercado laboral se encuentra indiscutiblemente mejor que en épocas anteriores.

Por último, el segundo semestre también traerá las elecciones, y con ellas posiblemente algunas sorpresas. Sorpresas que podrán sacudir el barco de la economía nacional. Sin embargo, inclusive desde la más alta dirigencia política, se ven señales de que el nuevo sendero trazado no va a bifurcarse, y el norte pretendido por los electores en la última elección nacional seguirá siendo el nuevo rumbo del país: un país donde la primera mayoría (de los votantes, no de un solo partido político) entiende que mejores niveles de producción y bienestar no vienen gratis, sino con más inversión, más esfuerzo, y menos corrupción.

Claves de lo que se viene
El segundo semestre del año estará marcado a fuego por lo político. Pero la economía también juega, al punto que puede llegar a definir el resultado de la elección, plantea a DINERO el economista Adrián Ravier. Estos son sus probables escenarios. 
 
inflación
más de lo esperado; menos de lo previsto
La baja en la inflación es un punto a favor del gobierno de Macri, si bien el gradualismo no permitirá alcanzar los resultados esperados. En el segundo semestre se confirmará la baja en la inflación núcleo, mientras se suspenderán temporalmente la quita de subsidios, dejando el IPC apenas arriba del 20%. Se incumplirá la meta, pero la sociedad debería considerarlo un logro de acuerdo a la tasa del 41% que se fijó durante 2016.
 
deuda
cuál será la herencia
Reducir la monetización del déficit fiscal, ayuda a bajar la inflación, pero preocupa a todos el nivel de deuda que acumula el gobierno. Claro que este efecto no lo percibe el electorado, mientras no alcance niveles insostenibles. La deuda permitió evitar o postergar el ajuste, ganar tiempo, aunque analistas ven la acumulación de deuda como una característica que acompañará al gobierno de Macri durante los 4 u 8 años. ¿Qué herencia dejará Macri a su sucesor en esta materia?
 
dólar
una suba gradual
Las proyecciones de los economistas ven un dólar arriba de $ 17 y abajo de $ 18. Podemos esperar una suba gradual del dólar hasta los $17,50. Respecto de las tasas, mientras la inflación esté lejos de la meta, las tasas de interés no van a bajar. Así lo viene declarando el titular del BCRA, Federico Sturzenegger. Con tasas de interés elevadas es difícil proyectar aumentos de inversión, lo que a su vez compromete el crecimiento económico futuro.
 
reservas
bajar la necesidad de financiamiento
El Banco Central comenzó el 2016 prácticamente sin reservas. El gobierno de Macri está tomando deuda -en parte- para fortalecer las reservas, las que se vienen acumulando en forma continua desde el inicio del macrismo, y donde también colaboró el exitoso blanqueo. El segundo semestre contribuirá en alcanzar la meta de acumulación de dólares que se fijó el gobierno, lo que reducirá a su vez las necesidades de financiamiento externo.
 
actividad
hacia una pequeña recuperación
Hay “brotes verdes” que permitirán un crecimiento real de la economía argentina durante este año que, según los analistas, estará en torno del 2,5 %. Sin embargo, la economía no termina de despegar en forma sostenida. El segundo semestre consolidará una pequeña recuperación de la actividad económica en varios sectores -incluyendo la actividad industrial-, pero con bastante incertidumbre de cara al año que viene.
 
exterior
el contexto internacional
Estados Unidos continuó en 2017 la suba de tasas de corto plazo, pero podemos afirmar que continúa la liquidez global, y que no preocuparán en este ejercicio los niveles que puedan alcanzar las tasas de interés. Sí debería alertar la salida de Janet Yellen, y un potencial reemplazo a favor de una aceleración de la suba de tasas. Ese escenario podría ser peligroso para las pretensiones gradualistas del macrismo.

>Claves de lo que se viene
El segundo semestre del año estará marcado a fuego por lo político. Pero la economía también juega, al punto que puede llegar a definir el resultado de la elección, plantea a DINERO el economista Adrián Ravier. Estos son sus probables escenarios.

-Inflación
Más de lo esperado; menos de lo previsto
La baja en la inflación es un punto a favor del gobierno de Macri, si bien el gradualismo no permitirá alcanzar los resultados esperados. En el segundo semestre se confirmará la baja en la inflación núcleo, mientras se suspenderán temporalmente la quita de subsidios, dejando el IPC apenas arriba del 20%. Se incumplirá la meta, pero la sociedad debería considerarlo un logro de acuerdo a la tasa del 41% que se fijó durante 2016.

-Deuda
Cuál será la herencia
Reducir la monetización del déficit fiscal, ayuda a bajar la inflación, pero preocupa a todos el nivel de deuda que acumula el gobierno. Claro que este efecto no lo percibe el electorado, mientras no alcance niveles insostenibles. La deuda permitió evitar o postergar el ajuste, ganar tiempo, aunque analistas ven la acumulación de deuda como una característica que acompañará al gobierno de Macri durante los 4 u 8 años. ¿Qué herencia dejará Macri a su sucesor en esta materia? 

-Dólar
Una suba gradual

Las proyecciones de los economistas ven un dólar arriba de $ 17 y abajo de $ 18. Podemos esperar una suba gradual del dólar hasta los $17,50. Respecto de las tasas, mientras la inflación esté lejos de la meta, las tasas de interés no van a bajar. Así lo viene declarando el titular del BCRA, Federico Sturzenegger. Con tasas de interés elevadas es difícil proyectar aumentos de inversión, lo que a su vez compromete el crecimiento económico futuro.

-Reservas
Bajar la necesidad de financiamiento
El Banco Central comenzó el 2016 prácticamente sin reservas. El gobierno de Macri está tomando deuda -en parte- para fortalecer las reservas, las que se vienen acumulando en forma continua desde el inicio del macrismo, y donde también colaboró el exitoso blanqueo. El segundo semestre contribuirá en alcanzar la meta de acumulación de dólares que se fijó el gobierno, lo que reducirá a su vez las necesidades de financiamiento externo.

-Actividad
Hacia una pequeña recuperación

Hay “brotes verdes” que permitirán un crecimiento real de la economía argentina durante este año que, según los analistas, estará en torno del 2,5 %. Sin embargo, la economía no termina de despegar en forma sostenida. El segundo semestre consolidará una pequeña recuperación de la actividad económica en varios sectores -incluyendo la actividad industrial-, pero con bastante incertidumbre de cara al año que viene.

-Exterior
El contexto internacional

Estados Unidos continuó en 2017 la suba de tasas de corto plazo, pero podemos afirmar que continúa la liquidez global, y que no preocuparán en este ejercicio los niveles que puedan alcanzar las tasas de interés. Sí debería alertar la salida de Janet Yellen, y un potencial reemplazo a favor de una aceleración de la suba de tasas. Ese escenario podría ser peligroso para las pretensiones gradualistas del macrismo.

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