Casi un milagro: hoy sale el nuevo disco de Charly

Casi un milagro: hoy sale el nuevo disco de Charly

El mayor referente del rock nacional presenta “Random”, producido por Sony Music, siete años después del controvertido “Kill Gil”

DE VUELTA. Nota a nota, García despliega su talento en el pentagrama. reuters DE VUELTA. Nota a nota, García despliega su talento en el pentagrama. reuters
24 Febrero 2017
“Ahora que estoy rehabilitado, saldré de gira otra vez... Siempre estaré pronto a renacer porque hoy yo estoy más joven que ayer”, se esperanza Charly García, y sintetiza un autodiagnóstico.

Es parte de la letra de “Primavera”, una de las 10 canciones de “Random”, el nuevo disco de estudio que sale a la venta hoy en CD y en vinilo (también en las plataformas de streaming).

El título, “Random”, se puede traducir del inglés como aleatorio, fortuito o casual. No es ese el carácter de la obra, al decir del baterista y bandoneonista de la banda -veterano soldado de García- Fernando Samalea. En Facebook el músico dio detalles técnicos y lo definió como un álbum íntimo, simple y contundente, que sucede al controvertido álbum “Kill Gill”, de 2010. Hace algunos años Samalea le llevó al famoso productor estadounidense Joe Blaney, responsable de“Clics modernos”, el material sobre el que estaba trabajando Charly.

El lanzamiento de “Random” fue anunciado hace un par de semanas, cuando Charly firmó contrato con Sony, en un encuentro del que participó el cantautor y amigo, Ramón “Palito” Ortega.

Este nuevo material se suma a los discos históricos que Charly grabó para Sony Music, como “Parte de la Religión”, “Cómo conseguir chicas”, “Filosofía barata y zapatos de goma” o “Tango” y “Tango 4” (junto a Pedro Aznar), entre otros.

“Say no more”

Con agradables melodías, predominio de una impronta rockera y una prolija producción con la que pareciera dejar atrás su etapa musical más caótica, García vuelve a apostar a la canción. Una primera escucha de este trabajo, que llevó varios años de preparación, deja una agradable sensación de reencontrarse musicalmente con el Charly previo a su etapa “Say no more”, con pasajes que recuerdan a discos como “Filosofìa barata y zapatos de goma” o “La hija de la lágrima”, más allá de que mantiene el concepto Say no more en la gráfica que acompaña el disco, señala Télam.

A lo largo de 10 canciones de un nivel parejo, García apela a sumar cuidadas capas de teclados y delicados grooves de bajos para armar cada tema, con el solo agregado de baterías aportadas por Samalea, las sutiles guitarras de Kiuge Hayashida Soiza y coros de Rosario Ortega, que apuntalan el trabajo vocal.

Influencia

En ese recorrido, Charly pone sobre la mesa las principales influencias musicales, como la invasión británica de los 60, con los Beatles a la cabeza; las baladas del productor Phil Spector; la atmósfera floydeana; y ciertos coqueteos con el soul y el funk, más cercanos a Prince que a los puros.

En las letras Charly se muestra terriblemente autorreferencia, con un ojo puesto, por momentos, en sus aventuras de antaño, y el otro, en el cine y la televisión, como ventanas a la fantasía o, lisa y llanamente, a la estupidez humana.

Grabado en los estudios Cathedral, Los Pájaros y el móvil Say No More, con la colaboración de Guillermo “Tato” Vega, los Turf Fernando Caloia y Nicolás Ottavianelli y Nelson Pombal; y masterizado por el legendario Joe Blaney y Ted Jensen, en Estados Unidos, “Random” suena pulido y preciso, sin que nada falte ni sobre.

La máquina

Los temas del disco son “La máquina de ser feliz”, “Ella es tan Kubrick”, “Primavera”, “Rivalidad”, “Otro, “Lluvia”, “Believe”, “Amigos de Dios”, “Spector” y “Mundo B”.

“La máquina de ser feliz”, el tema de difusión que ya pudo escucharse en las radios, en su inicio remite a “De mí”, asume hacia el medio del tema un tono floydeano y se va con un tranquilo solo de guitarra.

La canción, de tono relajado, opera como una amigable invitación para adentrarse en algunos tracks más rockeros.

En este sentido suena “Ella es tan Kubrick”, que podría ubicarse a mitad de camino entre “Ella es bailarina” y “Cucamonga dance”, con una secuencia de teclados que oficia de riff y abundantes referencias al mundo cinematográfico.

“Primavera” arranca con una introducción country, con la guitarra haciendo las veces de banjo, y una base rítmica que recuerda a los primeros Rolling Stones. Hacia la mitad, el tema gana en intensidad con un toque más rockero aportado por las distintas capas de teclado.

“Fanky”

“Rivalidad” tiene un aire a “Fanky”, aunque sin la famosa base de la guitarra, lo cual ya la ubica en un lugar diferente, que se desdibuja hacia un tono más melodioso a medida que avanza el tema. Antes de su cierre con una suerte de scat, Charly narra una situación que indudablemente le tocó vivir con algún vecino poco paciente en su departamento de la calle Coronel Díaz.

“Otro” es un rock arrastrado con un ritmo bien marcado que, de tan breve, comienza a redondearse cuando apenas pareciera que está entrando en calor. El final presenta un pequeño caos sonoro, pero siempre controlado. Le sigue “Lluvia”, una balada rockera, de letra dulce, con un piano eléctrico que marca el motivo musical de la canción y un órgano hammond que se cuela para aportar nuevos matices.

“Rain”


“Believe”, único corte en donde la batería está a cargo de Antonio Silva, es un notable homenaje al rock inglés de los 60, cantado en ese idioma y con una letra sencilla, que remite al “Rain” de los Beatles, aunque sin el toque psicodélico. Las armonizaciones vocales de Rosario Ortega en los coros refuerzan la idea central de la canción.

En “Amigos de Dios”, Charly la emprende contra los telepredicadores que cada noche copan todas las señales con su acento brasileño.

Los homenajes a las influencias siguen con “Spector”, una bonita balada.

“Mundo B” cierra el disco con un andar lento, arrastrado e intenso, que hacia el final parafrasea a George Martin, a partir de loops y cintas pasadas al revés, y alusiones a “She loves you” y “I want to hold your hand”.

Con los vaivenes de salud delos últimos tiempos -la larga rehabilitación, la operación de cadera, las internaciones de fin de año- la aparición de este disco parece un milagro desde todo punto de vista. A los 65 años, con “Random”, Carlos García Moreno avisa que está vivito y haciendo música.

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