05 Diciembre 2016
Una de las condiciones que le pusieron a la UNT para recibir asistencia y así salir de la situación financiera crítica que atraviesa fue someterse a una evaluación institucional. Así lo dejó en claro la comitiva de la Secretaría de Políticas Universitarias (SPU), que pasó por la casa de altos estudios hace unas semanas para terminar de recabar información sobre las cuentas. El viernes, Pablo Tovillas, director de evaluación institucional de la Coneau se reunió con el vicerrector, José García; con el secretario de Políticas y Comunicación Institucional, José Hugo Saab y con autoridades de las 13 facultades.
“La Dirección de Evaluación Institucional está a cargo de acompañar a las instituciones en su proceso de autoevaluación (de reflexión interna) que debe hacer el establecimiento antes de la evaluación externa. La evaluación interna analiza pros y contras en el cumplimiento de las funciones que tiene asignada la Universidad”, dijo Tovillas.
La decisión de arrancar con la primera etapa (autoevaluación) está en el Consejo Superior que deberá evaluar una vez que llegue el pedido desde el Rectorado.
A partir de la aprobación se estima que en un plazo de seis meses debería estar lista esta primera parte para luego iniciar la evaluación externa. El objetivo es “promover en las instituciones la implementación de propuestas de mejoramiento de la calidad. Los informes de evaluación externa formulan recomendaciones de mejoramiento y tienen carácter público”, consigna la web de la Coneau.
Hay cuestiones a tener en cuenta, una de ellas son los costos que deberá afrontar la UNT para llevar a cabo esta evaluación.
Según trascendió no descartan solicitar alguna ayuda financiera para poder hacer frente. Pero también la evaluación -si se concreta- atravesaría el período de campaña electoral previo a la renovación de autoridades (Rectorado y decanatos) en 2018. Para la UNT serán meses de mucha convulsión política. En ese marco, el inicio de una instancia de evaluación aparece como poco conveniente.
Por último, la UNT debe avanzar y solucionar la falta de registración de gastos (SIU Pilagá), que sólo lo tienen la mitad de las facultades y algunas secretarías.
Desde la secretaría Económico Administrativa ya están capacitando personal no docente en el uso de este sistema que comenzó a implementarse en 2014, pero cuyo tránsito quedó trunco.
En este contexto, la presencia de Tovillas fue sólo una escala previa, una visita para aclarar dudas y detallar los pasos técnicos. “Estuvo dedicada a asesorar técnicamente en cuanto a cómo hacer ese proceso y a la diferencia con los procesos de acreditación de carreras. Hubo una participación numerosa y activa por el interés en conocer los efectos, la metodología y los criterios”, indicó Tovillas.
“La Dirección de Evaluación Institucional está a cargo de acompañar a las instituciones en su proceso de autoevaluación (de reflexión interna) que debe hacer el establecimiento antes de la evaluación externa. La evaluación interna analiza pros y contras en el cumplimiento de las funciones que tiene asignada la Universidad”, dijo Tovillas.
La decisión de arrancar con la primera etapa (autoevaluación) está en el Consejo Superior que deberá evaluar una vez que llegue el pedido desde el Rectorado.
A partir de la aprobación se estima que en un plazo de seis meses debería estar lista esta primera parte para luego iniciar la evaluación externa. El objetivo es “promover en las instituciones la implementación de propuestas de mejoramiento de la calidad. Los informes de evaluación externa formulan recomendaciones de mejoramiento y tienen carácter público”, consigna la web de la Coneau.
Hay cuestiones a tener en cuenta, una de ellas son los costos que deberá afrontar la UNT para llevar a cabo esta evaluación.
Según trascendió no descartan solicitar alguna ayuda financiera para poder hacer frente. Pero también la evaluación -si se concreta- atravesaría el período de campaña electoral previo a la renovación de autoridades (Rectorado y decanatos) en 2018. Para la UNT serán meses de mucha convulsión política. En ese marco, el inicio de una instancia de evaluación aparece como poco conveniente.
Por último, la UNT debe avanzar y solucionar la falta de registración de gastos (SIU Pilagá), que sólo lo tienen la mitad de las facultades y algunas secretarías.
Desde la secretaría Económico Administrativa ya están capacitando personal no docente en el uso de este sistema que comenzó a implementarse en 2014, pero cuyo tránsito quedó trunco.
En este contexto, la presencia de Tovillas fue sólo una escala previa, una visita para aclarar dudas y detallar los pasos técnicos. “Estuvo dedicada a asesorar técnicamente en cuanto a cómo hacer ese proceso y a la diferencia con los procesos de acreditación de carreras. Hubo una participación numerosa y activa por el interés en conocer los efectos, la metodología y los criterios”, indicó Tovillas.
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