28 Noviembre 2016
SEGURIDAD. La capacidad de César Taborda apareció en los momentos claves. la gaceta / foto de franco vera (archivo)
Por Bruno Farano, enviado especial.-
San Martín ganaba bien 2-0 en la casa de un Independiente Rivadavia al que le costaba una enormidad mantenerse en pie. Estaba contra las cuerdas la “Lepra”. Se arrastraba en el campo y veía pasar la pelota que corría de un lado para el otro, siempre al ritmo de San Martín.
Pero los locales se encontraron con un “regalito” de Andrés Merlos, porque fue el único que observó la mano de Alexis Ferrero. Pero César Taborda estuvo, una vez más, gigante en el penal. Esperó hasta último momento y desvió el tiro de Cristian Tarragona.
“Me voy con bronca porque ese penal fue como un gol en contra más para ellos. Fue otro golpe y sin embargo no lo supimos aprovechar”, dijo el “1” que ya había atajado otro penal en el debut en el Federal A, contra Güemes en Santiago.
“Lástima que esa atajada no se haya podido coronar con los tres puntos. Hay que seguir trabajando”, agregó el arquero nacido en Villa Constitución, Santa Fe.
La cara del arquero no era la mejor. No sólo había sido clave en la jugada desde los 12 pasos, también había estado impecable las pocas veces que entró en juego. “Estaba todo dado para que nos llevemos los tres puntos a Tucumán. Pero lamentablemente en la última jugada terminamos cediendo dos puntos importantísimos”, afirmó Taborda, que la única pelota que no pudo desviar fue ese cabezazo agónico de Yeimar Gómez Andrade. “Fue justo pegado al palo y me dejó sin chances. Eso me da más bronca, pero hay que seguir mirando hacia adelante, no queda otra”, concluyó.
Lo más popular
