Darín reivindicó el talento ante las grandes superproducciones

Darín reivindicó el talento ante las grandes superproducciones

El actor argentino recibió un galardón a la trayectoria, mientras que “El abrazo de la serpiente” obtuvo siete estatuillas.

APASIONADO. Ricardo Darín fue distinguido por su trayectoria de 40 años en la filmografía iberoamericana. TELAM. APASIONADO. Ricardo Darín fue distinguido por su trayectoria de 40 años en la filmografía iberoamericana. TELAM.
26 Julio 2016

“Lo que verdaderamente perseguimos es que se valore el trabajo, el esfuerzo de tantos colegas diseminados por la región, con la misma lengua. Tenemos el talento; lo único que necesitamos es confianza en nosotros mismos”.

La frase fue lanzada por Ricardo Darín en la noche del domingo, al recibir en Punta del Este el premio Platino a la Trayectoria, dentro de la ceremonia en la cual se distinguió a las mejores producciones de cine iberoamericano de 2015.

El reconocimiento le llega al actor argentino a los 59 años y luego de haber participado en más de 40 películas desde que comenzó su carrera, a mediados de la década del 70. Entre las más exitosas se destacan “El hijo de la novia”, “Luna de Avellaneda”, “Nueve reinas”, “Relatos salvajes” y “Truman” (2015), por la que fue nominado al Platino a la mejor actuación, aunque perdió esta estatuilla en manos de Guillermo Francella, por “El clan” (ver “El reclamo de...”). Sin embargo, Darín sí fue premiado por su interpretación en “Truman”, en una votación paralela realizada entre el público.

“Muchas veces nos sentimos inhibidos ante las superproducciones. Tenemos que sentirnos orgullosos. Frente al desproporcionado presupuesto multimillonario de las superproducciones, nosotros todos los días, cada vez más, debemos responder con talento”, añadió.

Antes de la premiación, en diálogo con DPA, Darín defendió las historias de carne y hueso de la filmografía iberoamericana. “A mí me encantaría poder seguir disfrutando de tantas otras cinematografías que quedaron cercenadas por una cuestión de espacio y avasallamiento de las grandes producciones y distribuidoras estadounidenses. El cine nos ayuda a vivir mejor. Nos ayuda a caminar. Así que todo depende de nosotros; si terminamos ese camino estamos haciendo las cosas bien”, dijo.

Esta fue la tercera ceremonia de los Platino, que apuntan a transformarse en referencia de calidad de las producciones en castellano y en portugués, con el objetivo de entrar al mercado latino en los Estados Unidos. Antes que Darín, recibieron el galardón a la trayectoria la brasileña Sonia Braga y el español Antonio Banderas.

En el caso del argentino, la justificación fue por su honestidad, el talento y el carisma con los que ha engrandecido algunos de los largometrajes más reconocidos de las últimas tres décadas. “Su carrera se ha caracterizado por el compromiso y la labor de un auténtico artesano de la interpretación que, fuera de los imperativos comerciales de la industria, únicamente ha buscado el reconocimiento y el afecto del público”, agregó la organización. La escultura es una figura femenina que sostiene la Tierra con los brazos en alto.

El más ganador

En competencia se presentaron 826 películas de 23 países. La gran ganadora de la noche fue la coproducción colombiana, argentina y venezolana “El abrazo de la serpiente”, que se alzó con siete distinciones, incluyendo la de mejor película y la de mejor dirección para Ciro Guerra. El filme narra, en blanco y negro, el encuentro entre un chamán amazónico y dos científicos que buscan una planta sagrada que podría curar sus males. “Espero que sea el momento de la paz, al fin” en Colombia, sostuvo Guerra al recibir su reconocimiento.

La película guatemalteca “Ixcanul” fue reconocida como mejor ópera prima, mientras que la coproducción chileno-española “El botón de nácar”, dirigida por Patricio Guzmán, fue elegida como mejor documental.

“El cine es un poderoso arte que debe inculcar el respeto, la concordia y la paz”, aseveró la guatemalteca Rigoberta Menchú, Premio Nobel de la Paz, al anunciar el Platino al Cine y Educación en Valores otorgado a la directora brasileña Anna Muylaert.

La ceremonia fue conducida por la uruguaya Natalia Oreiro (de figura deslumbrante), por el mexicano Adal Ramones y por el español Santiago Segura. “No aparecerán monjas que revolean dólares, ¿no?”, bromeó el actor conocido por la saga “Torrente”, en alusión a las denuncias de corrupción en la Argentina.

el reclamo de fonzi 
la actriz pidió por la libertad para belén 
La argentina Dolores Fonzi subió a retirar su estatuilla a la mejor interpretación femenina por su composición en el drama “Paulina (La patota)” con un cartel donde se leía “Libertad para Belén”, en referencia a la joven tucumana que está condenada a ocho años de cárcel por haber abortado, en el marco de una campaña internacional en torno de este caso penal. “Quiero dedicarle el premio a las mujeres víctimas de violencia y de discriminación”, afirmó. El otro argentino premiado de la noche por su actuación fue Guillermo Francella, elegido mejor actor por su interpretación de Arquímedes Puccio en la película “El clan”, y le agradeció al director Pablo Trapero por haberle permitido hacer “un viaje extraordinario” con ese papel.

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El reclamo de Fonzi 
La actriz pidió por la libertad para Belén 

La argentina Dolores Fonzi subió a retirar su estatuilla a la mejor interpretación femenina por su composición en el drama “Paulina (La patota)” con un cartel donde se leía “Libertad para Belén”, en referencia a la joven tucumana que está condenada a ocho años de cárcel por haber abortado, en el marco de una campaña internacional en torno de este caso penal. “Quiero dedicarle el premio a las mujeres víctimas de violencia y de discriminación”, afirmó. El otro argentino premiado de la noche por su actuación fue Guillermo Francella, elegido mejor actor por su interpretación de Arquímedes Puccio en la película “El clan”, y le agradeció al director Pablo Trapero por haberle permitido hacer “un viaje extraordinario” con ese papel.

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El glamour también es uruguayo

ALICIA L. FERNÁNDEZ / LA GACETA

Enhorabuena: el arte y la industria del cine iberoamericano han sido reconocidos por tercer año consecutivo con los Premios Platino. Sesenta países, más de 600 millones de televidentes fue la audiencia calculada a partir de las alianzas que estableció TNT.

Qué interesante una ceremonia de premiación que, a pesar de seguir el inclaudicable patrón del Oscar en glamour, estética espectacular y hasta mecánica de entrega de premios, muestra entre el público (500 invitados) celebrities de rasgos étnicos y colores de piel del sur de América tanto como originarios maya, azteca o aimara; acentos colombiano, cubano, porteño o andaluz.

Qué acertado que la conducción haya seguido curso de “Torrente español”, con Santiago Segura, y mexicanismo, con Adal Ramones: ambos veloces, graciosos y muy avispados para hacer humor a escala iberoamericana. Junto a ellos no podía estar menos que una diosa uruguaya como Natalia Oreiro. Ella, tan Oreiro en el look como para pasar del rojo bermellón pegado al cuerpo y escotadísimo, al blanco ídem, con estola y detalle de plumas. Bien Hollywood hasta en el maquillaje y en las ondas del peinado. Simpatiquísima, exultante; tal vez demasiado.

La ceremonia fluyó sin sobresaltos televisivos, considerando la complejidad y las ambiciones técnicas de la tercera gala.

Los sobresaltos sonaron en materia musical, con desafinadas históricas y un play back con viento en el pelo (Paulina Rubio).

Todo arrancó con la despampanante Oreiro sobre el piano y moviendo las piernas a lo Michelle Pfeiffer. La ceremonia era en Punta del Este, Uruguay, pero cantó “Garota de Ipanema” en “casi portugués” y con voz de niña. Incomprensible. Como el cine era lo único importante, la premiación transcurrió entre números musicales de ignotos artistas latinos y canciones anodinas de dudosa afinación. Hasta que Diego Torres se encontró con Rubén Rada en una versión gardeliana de “Volver”.

Torres reapareció, total black, para cantar “Iguales” (y dar clase de canto) acompañado con coro godspel. Al cierre Rada, de rayas horizontales blancas y lilas, levantó a invitados y a televidentes a bailar “Cha-cha Muchacha”. Al fin la ceremonia tomó cierto color yorugua.

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