El clasicismo, fundamento de toda la música

El clasicismo, fundamento de toda la música

El maestro de directores dictó un curso y se apresta a conducir la Sinfónica de la UNT para el concierto de cierre del Julio Cultural.

DOCENTE Y CONDUCTOR. Jorge Rotter enseña el complejo pasaje del pentagrama a la interpretación sinfónica. LA GACETA / FOTO DE ANALÍA JARAMILLO.- DOCENTE Y CONDUCTOR. Jorge Rotter enseña el complejo pasaje del pentagrama a la interpretación sinfónica. LA GACETA / FOTO DE ANALÍA JARAMILLO.-
26 Julio 2016
En el escenario él es el único que le da la espalda al público. De pie sobre la peana sobresale por encima de los músicos, no por una cuestión de superioridad sino para que todos los instrumentistas puedan verlo mientras tocan.

El director de la orquesta corporeíza la música valiéndose sólo de una simple batuta (y de un vasto conocimiento musical). Ataca impertérrito, dramatiza, se calma, se agacha por un pianissimo, reclama de reojo al primer chelo, salta, se despeina, se emociona. Cada uno de sus gestos cobra sentido entre el pentagrama, la batuta y las miradas desde los atriles.

“Probemos el compás 42 por favor. Tutti”, pide un joven director al frente de la Orquesta Sinfónica de la UNT. Suena la música, pero segundos después Jorge Rotter, profesor en Dirección Orquestal, la detiene. “Ese compás decide cómo va a ser el legato y el fraseo...”, le indica al alumno-director. Así se trabajó en las clases prácticas del II Curso de Dirección Orquestal de Estilos, que se dictó durante una semana y culminó con un exitoso concierto en la parroquia del Inmaculado Corazón de María, donde los alumnos participantes dirigieron la Sinfónica.

En un descanso de una clase, el maestro Rotter habló con LA GACETA.

- ¿Cuánto se nace director de orquesta y cuánto se hace?

- Son muchas condiciones. El liderazgo es importante, pero se puede desarrollar bastante. En cierta medida se aprende con la teoría y con la práctica se desarrolla. Sin embargo lo más importante son las condiciones puramente musicales. Hay que haber aprendido música desde bastante niño, saber tocar un instrumento (por lo menos), tener un excelente oído, muy buen sentido rítmico y una capacidad de estudio muy grande porque el repertorio que hay que aprender es inmenso. El público que asiste a un concierto escucha una selección de dos o tres obras; pero, para llegar a dirigir esas dos o tres obras, casi siempre de estilos diferentes, hay que conocer cada uno de esos estilos, y cada uno significa docenas de obras -sinfonías, conciertos, oberturas, poemas sinfónicos-. Es muchísimo lo que hay que aprender, y hay que estar dispuesto a tener mucha perseverancia para llegar a dirigir una orquesta.

- Hay grandes diferencias en la práctica con otros músicos...

- Imagínese: cada músico tiene su instrumento; puede practicar en casa, y si practica mucho llega a su objetivo, a tocar como solista, en una orquesta o a enseñar. Pero el director de orquesta, en general, cuando estudia no dispone de su instrumento: tiene que tratar de conseguir una orquesta o formar un grupo, lo cual es muy difícil porque los músicos buenos tienen otras cosas que hacer antes que tocar para que un estudiante de dirección practique.

- ¿La práctica es el objetivo central del curso?

- No se trata sólo de profundizar en el estilo clásico, como fue en el primer curso, a fines de 2014, sino también de brindar a los jóvenes directores que fueron seleccionados la posibilidad de practicar y de volcar lo que están aprendiendo en la práctica con la orquesta. En ese sentido es extraordinaria la idea de la Fundación Bajo Jardín, porque han visto exactamente cuáles son las necesidades de los jóvenes, han organizado generosamente el curso y en este caso además la Universidad, que ha puesto a disposición la orquesta; es un privilegio para estos jóvenes. Los alumnos han resaltado la ductilidad de la orquesta.

- ¿Cómo se hace para enseñar a varios directores con una sola orquesta?

- En cada ensayo la orquesta toca bajo la batuta de nueve directores diferentes. Son los estudiantes activos, y cada uno tiene poco tiempo: en 15’ debe volcar todo lo que aprendió en los días previos. Es un estrés considerable, pero también la orquesta tuvo que adaptarse a nueve personalidades y estilos diferentes. Funcionó muy bien, con una hermosa atmósfera, el ideal de trabajo.

- Se anotaron muchos interesados. ¿Cómo seleccionó a los activos?

- Se habían anotado 28 en total. Recibí grabaciones de algo que hubieran dirigido; de ahí hice la selección de quienes considero que están más avanzados y en capacidad de enfrentar la orquesta. A los demás les propuse que cursaran como alumnos semiactivos (oyentes) y que les daría clases con un repertorio especial para ellos. Lamento no haber contado con dos orquestas o con dos turnos para que ellos también pudieran hacer su experiencia. El camino de la dirección es muy duro; no creo que se pueda imaginar lo difícil que es llegar a ser invitado por una orquesta a dirigir un concierto.

- ¿Por qué para un director es imprescindible estudiar clasicismo?

- Hay muchos compositores de la época clásica, pero los que ademas de provenir de esa época se han convertido en clásicos, en valores universales como medida para todas las generaciones siguientes, son Haydn, Mozart y Beethoven. Son modelos, paradigmas para todos los compositores siguientes románticos y modernos. Las orquestas en todo el mundo se han desarrollado mucho hacia los repertorios romántico y moderno moderado, y han dejado un poco de lado la gran tradición clásica, que es la base de toda la cultura orquestal del mundo. Es así y va a ser así hasta en Corea, China o Japón, donde estudian clasicismo porque saben que es el estilo que ha dado fundamento a toda la música.

- ¿Qué le dan a usted la docencia y la dirección?

- En la docencia adquiero más claridad porque me obliga a formular conceptos para otros. En la dirección, el placer de dirigir, y saber que puedo hacerlo bien, sin modestia.

- No hay director que sea modesto.

- Usted lo ha dicho.

El viernes el Julio Cultural empezará a cerrar en el Teatro Alberdi. Será cuando el maestro Jorge Rotter tome la batuta para conducir la Sinfónica de la UNT. Esta vez el director titular, Roberto Buffo, tocará el piano como solista.

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