Dolor e indignación en el velorio de la niña asesinada en La Cocha

Dolor e indignación en el velorio de la niña asesinada en La Cocha

Omar Pérez, padrastro y único sospechoso del crimen, está detenido y mañana declarará ante Fabián Rojas, el fiscal que investiga el homicidio.

CRIMEN. La ivienda donde asesinaron a Milagros. LA GACETA / RODOLFO CASEN CRIMEN. La ivienda donde asesinaron a Milagros. LA GACETA / RODOLFO CASEN
30 Mayo 2016

Entre el dolor, la indignación y el pedido de justicia por parte de los vecinos de La Cocha, los restos de Milagros Daiana Torres (12) fueron velados hoy en esa localidad del sur de la provincia.

En el velatorio estuvieron presentes su madre, María del Carmen Aranda, sus familiares y decenas de amigos y vecinos. Los restos de la niña descansarán a partir de esta tarde en el cementerio de La Cocha.

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Omar Pérez, padrastro de Milagros y el único sospechoso por el crimen, deberá prestar declaración mañana, según informó el fiscal de la II° Nominación de Concepción, Fabián Rojas, quien además este mediodía indicó que las pericias determinaron que la niña murió por asfixia.

Según trascendió en las últimas horas, habría elementos que complicarían al padrastro de Milagros, que está detenido desde ayer. Al parecer, el día que murió la joven, el sospechoso le mandó a su ex esposa cerca de 50 mensajes al celular pidiéndole encontrarse.

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El cuerpo de Milagros fue hallado por la madre de la menor. La mujer de 32 años llegó a su casa de Barrio Porvenir alrededor de las 7 y notó que alguien había estado allí. Cuando encendió las luces, se encontró con la horrenda escena.


El caso generó gran conmoción en el sur de la provincia y tuvo un fuerte alce nacional. Aranda acusa a su ex marido. Según le confió a la Policía, ella se casó en 2014 con este hombre y se fueron a vivir cerca de la ruta provincial 334, en una casa muy humilde.

El matrimonio se terminó hace tres meses, momento en que él se fue de la casa. Sin embargo, según Aranda, el hombre le seguía enviando mensajes: en algunos le pedía volver, en otros la amenazaba de muerte.

“Eran para mí las amenazas. Nunca lo denuncié porque pensaba que nunca iba a hacer nada”, explicó la mujer a LA GACETA. Algunas horas después, fue internada en el Hospital de Concepción, donde se le colocaron algunos calmantes.

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