Detienen a dos sospechosos por las amenazas de bomba en la ex ESMA

Detienen a dos sospechosos por las amenazas de bomba en la ex ESMA

En distintos allanamientos, la Policía secuestró celulares, chips computadoras y discos duros. Uno de los apresados es empleado del Sitio de Memoria.

Detienen a dos sospechosos por las amenazas de bomba en la ex ESMA
23 Mayo 2016
BUENOS AIRES.- Dos hombres fueron detenidos durante un allanamiento realizado en el barrio porteño de Caballito, acusados en la causa en la que se investigan decenas de amenazas de bomba que se registraron en los últimos meses en las instalaciones del Espacio para la Memoria y los Derechos Humanos, que funciona en la ex ESMA.

Uno de ellos es un empleado del área de logística del predio y no estaría vinculado a ningún partido político.

Según el diario Infobae, por pedido del fiscal federal Franco Picardi las dos personas –mayores de edad– fueron detenidas y en los allanamientos se les secuestraron los celulares desde los que realizaron las llamadas, según la investigación realizada por la Fiscalía. Los dos acusados se negaron a declarar esta tarde ante el juez federal Luis Rodríguez.

En la ex ESMA, donde existió uno de los mayores centros de concentración y exterminio de la última dictadura, funcionan en la actualidad el Archivo Nacional de la Memoria y diversos centros culturales temáticos, como el Ecunhi (Espacio Cultural Nuestros Hijos) y el Haroldo Conti. Desde comienzos de año también se instaló la Secretaría de Derechos Humanos y Diversidad Cultural, que depende del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.

"Las amenazas suman más de cincuenta en los últimos siete meses y las primeras denuncias las hizo la anterior gestión", había asegurado semanas atrás la delegada de ATE, Nana González.

Las detenciones se produjeron luego de un trabajo de entrecruzamiento de llamadas e intervenciones telefónicas que encabezó el fiscal Picardi con un equipo de trabajo que se conformó para esta causa y del Departamento de Inteligencia y Crimen Organizado de la Policía Federal.

Los investigadores comenzaron a obtener información de las llamadas entrantes a la ex ESMA. De allí se supo que la mayoría de esos llamados provenían de un mismo celular –por su IMEI, la identidad que tienen todos los celulares– pero al que se le intercambian los chips. Ni el teléfono ni los chips estaban registrados oficialmente.

Otro dato relevante fue que las llamadas se realizaban cerca de la ex ESMA porque impactaban en la antena de telefonía que corresponde a esa zona.

De allí que la primera hipótesis fue que el autor de las amenazas podía ser un empleado del lugar.

Una de las líneas investigadas tenía "otros movimientos", es decir que era utilizada y fue intervenida por pedido del fiscal Picardi y por orden del juez Rodríguez.

En esa intervención se pudo determinar dónde vivía la persona, y su domicilio y el de su novia –ambos en Lomas de Zamora– fueron allanados el sábado y el acusado detenido.

En ambos procedimiento se secuestraron 19 celulares, entre ellos que el que usaba para realizar las amenazas; 15 chips de teléfonos; tres tarjetas contenedoras de chips; dos computadoras; y dos discos duros. Todo será peritado.

El hombre es empleado del área de logística de la ex ESMA y comenzó a trabajar en junio del año pasado. Los voceros señalaron que en principio no está vinculado a ningún partido político y una de las hipótesis es que pudo haber actuado a pedido de otras personas. Está acusado de ser el autor de unas 15 amenazas de este año.

También el sábado fue detenido otro hombre -que no está vinculado a la ex ESMA- en el barrio porteño de Caballito como autor de una de las amenazas de bomba. La llamada, según la investigación, fue realizada desde su propio celular que está a nombre de su padre.

En su domicilio se encontraron siete celulares, una bolsa y siete frascos con marihuana, una balanza de precisión y 4.000 pesos.

Ambos detenidos tienen cerca de 30 años –sus identidades se mantienen en reserva porque la causa está en secreto de sumario– y están acusados del delito de intimidación pública que tiene una pena de dos a seis años de prisión.

Las fuentes señalaron que la causa no se agota en los dos detenidos porque hay más personas a investigar con la profundización de datos que hay en el expediente ya que todavía falta determinar el o los autores de otras amenazas.

Los dos acusados se negaron a declarar en sus indagatorias y pidieron sus excarcelaciones.

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