Travis apuesta a lo seguro, y gana

Travis apuesta a lo seguro, y gana

GÉNERO: britpop, rock alternativo. DURACIÓN: 33 minutos. SELLO: Red Telephone Box.

BUENO

El octavo disco de Travis es, sobre todo, agradable de escuchar. Las letras optimistas y los ritmos pegadizos se repiten a lo largo de sus compactos 33 minutos. “Everything at once” discurre sin sobresaltos, ni de los buenos ni de los malos. Esta es su mayor virtud y, a la vez, su defecto. Virtud porque no hay nada que reprocharle al cuarteto de Glasgow. Defecto porque, inevitablemente, se esperaba que uno de los referentes del britpop volviera a la cancha con algún hit de la talla de “Sing”; o mucho mejor, con algún gran tema a la altura de “Why does it always rain on me?” o “Side”. Nada de eso sucede.

La escucha de “Everything at once” remite a otras bandas inglesas que en sus últimas producciones también pusieron sus fichas en el lado dulce de la vida, como Coldplay. Y vale la pena apuntar que Travis viene remando desde antes que la banda liderada por Chris Martin. Es más, el mismo cantante reconoció haber recibido una gran influencia de los escoceses, al punto de afirmar: “Travis inventó a Coldplay”. Así que ahí va, de tal palo, tal astilla; y de tal astilla, tal palo.

Buscando una sobredosis de optimismo vale subirles el volumen a “Magnificent time”, a “Everything at once” y a “What will come”. Un poco más brit, y menos pop, son “3 miles high”, “Idlewild” -con la colaboración de la cantante Josephine Oniyama- y “Strangers on a train”.
  

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