Viene de Croacia, con Tchaikovsky muy estudiado

Viene de Croacia, con Tchaikovsky muy estudiado

La Orquesta Estable de la Provincia abre la temporada, con el pianista Gran Filipec como invitado.

VIDA DE MÚSICO. Filipec eligió el piano a los nueve años. LA GACETA / FOTO DE HÉCTOR PERALTA. VIDA DE MÚSICO. Filipec eligió el piano a los nueve años. LA GACETA / FOTO DE HÉCTOR PERALTA.
26 Febrero 2016

HOY

• A las 22, en el teatro San Martín (avenida Sarmiento y Muñecas). ENTRADA LIBRE Y GRATUITA

 Radio y master class

El concierto es responsabilidad del Ente Cultural y con auspicio del Consulado de Croacia en Tucumán. Será transmitido en vivo por Radio Nacional (AM 1190, FM 98.7 y www.nacionaltucuman.com.ar). La visita de Goran Filipec se extenderá hasta mañana porque dictará una master class gratuita a las 10, en el teatro San Martín.

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El Bicentenario abre las puertas del teatro San Martín y lo hace con un infalible: el Concierto N° 1 para piano y orquesta de Piotr Ilych Tchaikovsky. Lo interpretará Goran Filipec, a quien Tucumán conoció en el último Septiembre Musical, en ese mismo escenario. Aquella vez interpretó obras de Beethoven, Macek y Scriabin.

Filipec nació en Rijeka (ciudad con el puerto más grande de Croacia) y vive en París, donde cursa un doctorado en la Sorbona. Y no para de dar conciertos: desde que se fue, en septiembre, tocó en Tokio, en Viena, en Amsterdam, y grabó en Alemania un disco de las 21 sonatas de Scarlatti. No aparenta 34 años ni en el aspecto ni en la lista de estudios, maestros, orquestas y directores con quienes tocó en el mundo. Habla español fluido, entre varios otros idiomas.

- ¿Hay menos pasión en el estudio de grabación que en vivo?

- Hay mucha, siempre. Cuando uno graba pule muchos detalles porque puede reeditar. En los conciertos hay detalles pequeños que ocurren, que no molestan al público porque son parte de una impresión integral.

- ¿El estudio es siempre sobre el instrumento?

- Hay que practicar para hacer trabajar los dedos, pero los aspectos interpretativos se pueden elaborar hasta cuando se pasea, porque son procesos intelectuales.

- ¿Cuál es tu campo de interpretación?

- Toqué muchísimo Liszt. Grabé un disco con todos los estudios Liszt-Paganini, que es una prueba de mis trabajos. Antes grabé un disco doble de Liszt, y lo toqué mucho en vivo, pero eso no significa que esté especializado. Toco también Chopin, Beethoven, y muchos otros compositores. Lo que no abordo son los contemporáneos.

- ¿Por qué?

- Me parece que la música contemporánea perdió el sentido de humanismo, que se alejó del ser humano. Se alejó ya con el realismo de Prokofiev, entonces el hombre está lejos; en cambio en el romanticismo el hombre está en el centro del drama. Lo mismo toco Prokofiev, y también Shostakovich, pero después, a las obras de la música dodecafónica o de la nueva escuela vienesa no me acerco mucho porque me parece una música demasiado abstracta.

- Te definís como romántico, y volvés a Tucumán a tocar el Tchaikovsky más romántico.

- Es un concierto que tiene una invención melódica fantástica, y muchas de sus partes me hacen acordar a su ópera, “Eugene Onegin”. Todos los pianistas tienen -o tendrían que tenerlo- en repertorio. Yo lo toco desde hace unos 14 años, y creo haber encontrado algunas soluciones interpretativas mías que quizás son correctas. Quizá en realidad no lo son, pero componen mi propia versión, y espero que gusten.

- Es tu segundo concierto en la provincia, pero tocaste antes en Argentina. ¿Te tratan bien?

- Cuando aterrizaba en Buenos Aires (desde Madrid) sentí la sensación de que volvía a casa. Es muy raro, porque no me ha pasado en otros países, y he vivido en muchos sitios. Vengo desde hace 10 años a Argentina. La primera vez toqué en Ushuaia.

- ¿Extrañás Croacia? ¿Hace cuánto que no vas?

- El 15 de febrero toqué en Rijeka el N° 1 de Tchaikovsky.

Filipec ofrecerá el popular Concierto para piano y orquesta en Si bemol menor opus 23, en la segunda parte. Pero el telón se abrirá con la Orquesta Estable sola, dirigida por Jeff Manookian. Interpretará una obra de otro prolífico compositor ruso, Alexander Glazunov, la Sinfonía N° 5 en Si bemol mayor opus 55.

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