“En Tucumán viví experiencias que me guardo para siempre”

“En Tucumán viví experiencias que me guardo para siempre”

El actor recuerda su premiado trabajo en “Gato negro” y defiende las producciones en el interior. El estreno de “100 años de perdón”

LADRONES EN PROBLEMAS. Luciano Cáceres intenta robar un banco, junto a Rodrigo de la Serna y a Luis Tosar, en el filme 100 años de perdón. Raquel Flotta Prensa y Comunicaciones. LADRONES EN PROBLEMAS. Luciano Cáceres intenta robar un banco, junto a Rodrigo de la Serna y a Luis Tosar, en el filme "100 años de perdón". Raquel Flotta Prensa y Comunicaciones.
24 Febrero 2016
Luciano Cáceres no tiene descanso, pero en sus corridas diarias de un ensayo a otro se da frecuentemente algún tiempo para recordar a Tucumán y su experiencia cuando filmó, hace dos años, “Gato negro”. En una nota exclusiva con LA GACETA, el actor confiesa que le gustaría volver pronto a la provincia.

Ese deseo deberá esperar algún tiempo, ya que, en su horizonte cercano, está el inminente estreno de “100 años de perdón”. En la película policial interpreta a un miembro de una banda que roba bancos, liderada por Rodrigo de la Serna, y junto a Joaquín Furriel y al español Luis Tosar, entre otros, dirigidos por el también español Jorge Guerricaechevarría.

“Fue maravilloso haber hecho ‘Gato negro’, fue algo inolvidable y único interpretar a Tito Pereyra, con una dedicación absoluta. La pasé muy bien filmando allí y quedaron muy lindos vínculos con gente de allá, con la cual nos escribimos”, le dice a LA GACETA por teléfono.

- ¿Qué le dio Tucumán a tu composición de Pereyra?

- Fue fundamental conocer el paisaje donde el personaje nació, se crió y se formó. Hace mucho para el actor, porque no es lo mismo estar a metros de la chimenea del ingenio San Pablo que en un decorado en Buenos Aires; nada se compara con sentir el olor del ingenio La Florida en plena zafra, con el polvillo cayéndome encima y ver las condiciones de trabajo allí. Filmar en el monte tucumano es distinto que en la reserva ecológica porteña, no se siente ni se respira igual. Leí y ví mucho sobre Tucumán y sus luchas sociales, pero nada se compara a estar en el lugar y sentir el monte. Fue muy potente, hubo experiencias que no había tenido en mi vida y que me las guardo por siempre.

- Entre los buenos recuerdos, ¿dónde se ubica haberle ganado a Michael Douglas con ese personaje en el Festival de Milán?

- Son cosas casi azarosas, un mimo al alma que disfruté mucho. Estuve recibiendo el premio en Milán, que es un reconocimiento al laburo, y aproveché para conocer Italia. Hubo un muy buen recorrido internacional de esta película.

- ¿Hay algún proyecto para volver a trabajar por la provincia?

- Me encantaría y siempre existe esa posibilidad, pero no hay nada en lo inmediato. Sería muy importante que se desarrollen productos locales de cine con el fomento de los gobiernos provinciales, que se organicen proyectos para poder filmar en cada lugar. Desde el teatro es más probable que vaya que desde el cine, sobre todo ahora que estoy por estrenar como director “Esposas de dictadores”, del alemán René Pollesch en el teatro San Martín , y “Pieza plástica”, de Marius von Mayenburg, en el Centro Cultural Konex. Y con el director de “Gato...”, Gastón Gallo, vamos a filmar a fin de año “La dolce estafa”, pero será en Buenos Aires y en Nápoles. Será su segunda película y estoy muy contento de hacerla.

- ¿Seguís lo que está pasando en el cine del interior?

- Actualmente no, pero sí hasta el año pasado, con las miniseries que apoyaba el Instituto de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa) porque fui convocado para varias y algunas no pude hacer porque estaba con otras cosas. Hubo filmaciones interesantes en Misiones, en Córdoba, en Mendoza... Eso hablaba de una activación.

- ¿Te preocupa el giro político?

- Por las declaraciones de los funcionarios, parece que los planes van a continuar, que el parate es por el momento. Creo que es muy pronto como para sacar una conclusión. Me encantaría que todo siga y que se lo potencie y multiplique, pero con parámetros de control, saber que la plata esté bien gastada en productos de calidad, que muestren historias representativas de todo el país y dirigidas a distintos públicos. La idea no puede ser contar sólo lo que le interese a la mayoría, sino tener un registro de la diversidad y distintas identidades que hay en el país. Los formatos no son iguales para todos lados.

- ¿El nivel del cine argentino es muy desparejo?

- Me cuesta mucho juzgar el trabajo de mis colegas. Me puede interesar o no, pero no me guío por el gusto. Muchas veces faltan medios, falta formación o falta talento. Me pasó trabajar con directores que hicieron una sola película toda su vida o se pasaron 10 años escribiendo un guión y su película se proyectó sólo una semana en los cines por ausencia de difusión o de planes de promoción.

- ¿Sos un actor todo terreno?

- Todos lo somos; uno se adecúa a las circunstancias y ese es nuestro oficio. Está buenísimo que exista la Ley del Actor, es un paso muy importante que se nos considere trabajadores en un sindicato con muchos desocupados y con discontinuidad. Yo soy un privilegiado que puedo elegir qué hacer; y así como me gusta estar en películas chicas y de bajo presupuesto, disfruto las producciones grandes y de proyección internacional.

- En este último campo se ubica “100 años...”, que estrenan en una semana. ¿Cómo fue esa filmación?

- Estoy muy contento con este estreno. Fue una muy buena experiencia, filmada con una alta factura técnica y gran nivel de producción y un excelente trato humano. Le pusimos mucho el cuerpo durante seis semanas, con escenas de correr, nadar, sumergirnos, estar horas en el agua junto a los técnicos y el director. Tuvimos un gran entrenamiento previo, así que si la película no va bien, estamos capacitadísimos para salir a robar un banco (ríe).

- ¿En qué género se inscribe?

- Tiene todos los ingredientes de un thriller clásico de esos que uno quiso hacer desde que empezó a actuar. Tiene un bonus track de cosa social, financiera y política. Arranca con el atraco a un banco y cuando las cosas se complica empiezan a aparecer otros intereses y otro tipo de ladrones, hasta que uno se pregunta quién le roba a quién. Entretiene, te mantiene en tensión, tiene humor y te permite reflexionar.

- ¿Dónde se filmó?

- La película transcurre en Valencia, pero mi parte se la filmó en Argentina. El argumento puede estar ubicado en cualquier sitio. De hecho, nosotros tenemos una larga historia con ladrones, corrupción institucional y bancos que le robaron a sus clientes, pero no está basado en ningún hecho real.

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