23 Noviembre 2015
FACTOR CLAVE. Según los jugadores, el equipo no fue capaz de reaccionar. foto de matías napoli escalero (especial para la gaceta)
Desde un punto de vista estrictamente formal, el Campeonato Argentino 2015 todavía está en curso: el próximo sábado, Tucumán debe cerrar su campaña de local con la visita de Córdoba. Ahora, vista la cuestión desde un prisma menos protocolar y más ajustado a la realidad, para el equipo “naranja” el torneo terminó el sábado, cuando se vio totalmente desbordado por Buenos Aires y resignó la corona conquistada en los últimos dos años.
Tratándose de un equipo que carga siempre con el peso de ser candidato, por historia y por mística, ni siquiera un segundo puesto en caso de vencer con bonus a los “dogos” (algo que, a priori, parece bastante complicado), alcanzará realmente para borrar la frustración de un plantel cuyas expectativas eran muy diferentes hace sólo tres semanas.
Sin perjuicio de lo que pueda pasar el sábado, el punto más flojo de Tucumán en lo que va del certamen es la defensa. La dificultad para atacar en conjunto por las condiciones climáticas contra Cuyo y la entrega con la que se defendió el ingoal en los últimos minutos en Salta disimularon el defecto, pero las mayores virtudes ofensivas de Rosario y Buenos Aires expusieron crudamente las facilidades que otorgó el equipo “naranja” en la marca. Entre ambos partidos, recibió 102 puntos en contra y 14 tries, más que en las cinco fechas del torneo pasado (99 puntos y 10 tries en contra).
Ampliando la mira, la estadística se hace todavía más dura: el 57-14 ante las “águilas” fue la segunda derrota más abultada de Tucumán en el Argentino, tras el 49-0 en cuartos de final de 1969, también ante Buenos Aires. Además, fue la segunda vez que recibió más de 50 puntos, tras el 59-19 de la final de 1982 ante el mismo rival.
“No estuvimos bien en la reorganización defensiva y nos faltó un poco de actitud”, analizó el medio scrum Joaquín López Islas. El tercera línea Nicolás Proto coincidió en su visión: “puede ser que haya un poco de todo, pero la base de la defensa es la actitud, y nosotros no mantenemos la misma en defensa ni en ataque durante los 80 minutos. Nos relajamos y dejamos de ser agresivos. Es algo que hemos fallado en todo el campeonato”.
Tratándose de un equipo que carga siempre con el peso de ser candidato, por historia y por mística, ni siquiera un segundo puesto en caso de vencer con bonus a los “dogos” (algo que, a priori, parece bastante complicado), alcanzará realmente para borrar la frustración de un plantel cuyas expectativas eran muy diferentes hace sólo tres semanas.
Sin perjuicio de lo que pueda pasar el sábado, el punto más flojo de Tucumán en lo que va del certamen es la defensa. La dificultad para atacar en conjunto por las condiciones climáticas contra Cuyo y la entrega con la que se defendió el ingoal en los últimos minutos en Salta disimularon el defecto, pero las mayores virtudes ofensivas de Rosario y Buenos Aires expusieron crudamente las facilidades que otorgó el equipo “naranja” en la marca. Entre ambos partidos, recibió 102 puntos en contra y 14 tries, más que en las cinco fechas del torneo pasado (99 puntos y 10 tries en contra).
Ampliando la mira, la estadística se hace todavía más dura: el 57-14 ante las “águilas” fue la segunda derrota más abultada de Tucumán en el Argentino, tras el 49-0 en cuartos de final de 1969, también ante Buenos Aires. Además, fue la segunda vez que recibió más de 50 puntos, tras el 59-19 de la final de 1982 ante el mismo rival.
“No estuvimos bien en la reorganización defensiva y nos faltó un poco de actitud”, analizó el medio scrum Joaquín López Islas. El tercera línea Nicolás Proto coincidió en su visión: “puede ser que haya un poco de todo, pero la base de la defensa es la actitud, y nosotros no mantenemos la misma en defensa ni en ataque durante los 80 minutos. Nos relajamos y dejamos de ser agresivos. Es algo que hemos fallado en todo el campeonato”.
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