Los Naranjas jugaron con uñas y dientes

Los Naranjas jugaron con uñas y dientes

A Tucumán le costó vencer a Salta, que casi lo da vuelta sobre el final.

Los Naranjas jugaron con uñas y dientes
08 Noviembre 2015
Si existe algo relativo en este mundo, es el tiempo. Dependiendo de la situación, cinco minutos pueden parecer una eternidad para unos y un suspiro para otros, como sucedió entre Tucumán y Salta. El final del partido encontró a la “naranja” al borde de su ingoal, en extrema defensa, poniendo el cuerpo una y otra vez a pesar de la fatiga para impedir la inminente entrada de los “mayuatos” y sostener esa diferencia de cinco puntos en la pizarra (27-22).

Gracias a esa entrega absoluta fue que pudo salir indemne de una situación apremiante y sumar su segundo triunfo en dos presentaciones. Salta posicionó de entrada el juego en campo de Tucumán, aunque poco a poco la “naranja” se fue acomodando y cobrando protagonismo en forma progresiva, ganando metros, abriendo el juego, intentando variantes.

No obstante, la defensa salteña no dejó resquicios, y obligó a probar desde lejos. El viento cruzado no fue problema para Domingo Miotti, quien acertó sus tres primeros intentos de penal y luego la conversión del try de Matías Orlando. El concepcionense logró filtrarse casi sin oposición en la muralla salteña, disminuida por la amonestación del pilar Martín Dahas, y estiró la ventaja para Tucumán, aunque el pateador Santiago Larrieu (goleador del Regional) la acortó sobre el final con un penal. Parcial de 14-9 para los visitantes.

Lo mejor de Tucumán se vio tras el descanso. Aunque siguió teniendo problemas en el scrum, el line funcionó a la perfección, asegurando lanzamientos propios y entorpeciendo los del rival. Dos veces estuvo a punto de apoyar, pero falló en la puntada final.

Curiosamente, fue entonces cuando Salta asestó su golpe. Una buena jugada de manos, rápida y precisa, le abrió el espacio a Gonzalo Torán para llegar al fondo. Pocos minutos después, otra jugada similar casi tiene el mismo desenlace. Providencial fue entonces la intercepción de Orlando que dejó a Martín Arregui solo para depositar el óvalo en la tierra y darle a su equipo una diferencia que los “mayuatos” no lograrían remontar, pese a terminar el partido totalmente volcados al ataque, percutiendo por todos lados a una defensa tucumana que, de manera casi milagrosa, no los dejó entrar.

Pasó el susto y se trajo el triunfo pero todavía falta mucho.

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