Un trombonista tucumano tocó en el emblemático teatro Colón

Un trombonista tucumano tocó en el emblemático teatro Colón

Alexis González brindó un concierto de música de cámara en el Salón Dorado.

FOTO CORTESÍA COLONEROS. FOTO CORTESÍA COLONEROS.
03 Noviembre 2015

La primera vez que el tucumano Alexis González sopló una nota en un trombón, a los 11 años, sintió un estrépito adentro suyo. Al segundo soplido le sobrevino una paz extraña: su mente, contó, se puso en blanco y sólo quedaba dejarse llevar. Tuvo la misma sensación cuando integró la orquesta de Exploradores Don Bosco, momento en que recibió su primer pago como músico: $10. A partir de entonces supo que lo suyo era la música. González volvió a dejarse llevar el viernes pasado, cuando tocó en el Salón Dorado del Teatro Colón un solo de trombón, luego de un solo de piano de Mariano Manzzanelli.

"Fue una experiencia increíble, el Salón Dorado es el segundo mas importante del Colón, fue algo tremendo", resumió González, que está finalizando el cursado de la carrera en la Academia Orquestal del Instituto de Arte del Teatro Colón (ISATC). De la Escuela Superior de Educación Artística (ESEA) pasó a tocar en la Banda Sinfónica de la Provincia, acompañó a Gladys "La Bomba Tucumana" a partir de una suplencia en un acto para el 9 de Julio, tocó con "La Banda de tu Hermana", dictó clases para orquestas barriales y hasta formó parte como suplente de la Sinfónica Nacional por casi un año, ensayando en el mítico teatro Cervantes. "La culpta de todo lo que me está pasando ahora es de mi tío, que me dió mi primer trombón", explicó el joven de 25 años.


Todo comenzó cuando Pedro Maidana, tío de González, lo convenció de estudiar música y pasó a estudiar en la ESEA. Luego de probar con distintos instrumentos, optó por el trombón. Lo que empezó como un juego, pasó a tomar tintes de profesionalidad. De niño conformó la orquesta de Exploradores de Don Bosco, donde comenzó a recibir su primera paga. "Me acuerdo que lo primero que me pagaron fueron $10. En ese momento me compré un sánguche, un juguito y con el vuelto me fui en taxi hasta mi casa. A partir de ahí supe que iba a tratar de vivir de la música el resto de mi vida", comentó entre risas.

Luego de dos años en la Banda Sinfónica de la provincia, entre 2011 y 2013, fue a tomar clases en Buenos Aires. "Fui a Buenos Aires porque sentía la necesidad de tener más clases y avanzar más, formarme más", relató. Dos de sus profesores, Carlos Ovejero y Pablo Fenoglio, estaban en ese entonces formando parte del plantel. Apenas llegó, comenzó a hacer reemplazos en la Sinfónica Nacional.

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"La cosa de la Nacional fue que una trombonista tomaba licencia por materniadad, y entonces había una vacante. Uno de mis profesores sabían que iba allá, asi que me recomendaron. Me probaron primero una semana, y me fueron extendiendo mes a mes, hasta que estuve casi siete meses. De Tucumán a estar a la altura de una Orquesta Nacional y a ensayar en el teatro Cervantes así, de repente, fue tremendo. Como sabía que tenía que esforzarme me quedaba ensayando solo, después del ensayo grupal, en otro salón o hasta en el baño". En simultáneo, rindió para ingresar al ISATC. Viajó este año, con dinero ahorrado, para Europa, donde acordó clases en Berlín, Munich, Bruselas y París a través de Facebook.

"Llegar al Colón es todo un orgullo. Por eso es que quiero remarcar la calidad del ESEA, que permite una formación que no se tiene en otras escuelas del país. De ahí salieron grandes músicos y artistas, como Franco Fagioli, que es un alto tenor gigante que triunfa en Europa. A lo mejor suene naif, pero sé que cuando uno hace lo que le gusta y con pasión, a la larga las puertas se abren", finalizó.

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