Nobel de la Paz para un grupo mediador tunecino

Nobel de la Paz para un grupo mediador tunecino

El Cuarteto de Diálogo Nacional de Túnez se creó en 2013; impulsó el entendimiento cuando el país estaba al borde de la guerra civil La integran miembros de la sociedad civil de Túnez: empresarios, trabajadores, abogados y la liga de derechos humanos

EN TÚNEZ. La presidente de la patronal, Wided Bouchamaoui, el líder de los trabajadores, Houcine Abassi, el presidente de la Liga de Derechos Humanos, Abdessattar ben Moussa y el presidente de la asociación de abogados, Mohamed Fadhel Mahmoud, de izquierda a derecha, en 2013. reuters EN TÚNEZ. La presidente de la patronal, Wided Bouchamaoui, el líder de los trabajadores, Houcine Abassi, el presidente de la Liga de Derechos Humanos, Abdessattar ben Moussa y el presidente de la asociación de abogados, Mohamed Fadhel Mahmoud, de izquierda a derecha, en 2013. reuters
10 Octubre 2015

OSLO.- El Cuarteto de Diálogo Nacional de Túnez fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz 2015 “por su decisiva contribución a crear una democracia plural en Túnez tras la Revolución de los Jazmines en 2011” y evitar que el país cayera en una guerra civil. Con el premio, el jurado pretende seguir apoyando el proceso de democratización del país norteafricano que, pese a algunos reveses, sigue siendo considerado modelo para los que vivieron las ‘Primaveras Árabes’.

El cuarteto, integrado por el sindicato Unión General Tunecina del Trabajo (UGTT), la patronal de empresarios UTICA, la Liga Tunecina de Derechos Humanos (LTD) y la Cámara de Abogados, se creó en el verano de 2013, cuando el proceso de democratización del país norteafricano se encontraba en peligro de colapsar tras el asesinato de varios políticos del país que desató disturbios sociales.

Entonces, por iniciativa del sindicato UGTT comenzó un “diálogo nacional” a partir del cual se creó un gobierno de transición integrado exclusivamente por expertos independientes. La organización “estableció un proceso político pacífico y alternativo en un momento que el país estaba al borde de la guerra civil”, destaca el Comité Nobel. Así, se convirtió en un “instrumento para posibilitar que Túnez, en el espacio de unos años, estableciera un sistema constitucional de gobierno garantizando los derechos fundamentales de toda la población, sin importar el género, las convicciones políticas o creencias religiosas”, señaló el comité.

“Hemos recibido premios internacionales pero nunca habíamos soñado con el Premio Nobel de la Paz”, dijo Chokri Dhouibi, miembro de la cúpula de la Liga Tunecina de Derechos Humanos.

La ‘Primavera Árabe’ comenzó en Túnez entre finales de 2010 y comienzos de 2011, cuando fue derrocado su líder Zine el Abidine Ben Ali, pero rápidamente se expandió a otros países del norte de África y Oriente Próximo, en muchos de los cuales la lucha por la democracia y los derechos fundamentales se ha estancado y ha sufrido fuertes golpes. “Túnez ha visto una transición democrática basada en una vibrante sociedad civil que exige respeto a los derechos humanos fundamentales”, destacó el comité.

El presidente de Túnez, Beji Caid Essibsi, consideró que la distinción “honra y refuerza el método del diálogo” que ha adoptado el país. Ahora, el país enfrenta muchos otros desafíos políticos, económicos y de seguridad y el Comité Nobel manifestó su esperanza de que el premio contribuya a garantizar el camino democrático del país y pueda “ser una inspiración para quienes desean trabajar por los procesos de paz” en Oriente Próximo, el norte de África y el resto del mundo, indicó la presidenta del comité, Kaci Kullmann Five, en Oslo al anunciar el galardón.

“Ningún país es igual, pero esperamos que los valores en los procesos que han funcionado en Túnez puedan servir como inspiración”, señaló. El Nobel de la Paz, dotado con ocho millones de coronas suecas (unos 850.000 euros) será entregado el 10 de diciembre en Oslo, el aniversario de la muerte de Alfred Nobel.

El año pasado el premio fue para la joven paquistaní Malala Yousafzai y el indio Kailash Satyarthi por su lucha para evitar la explotación de niños y jóvenes y en favor del derecho de todos los niños a la educación. Ambos felicitaron al Cuarteto que les tomó el relevo: “Gracias por su compromiso en la protección de la democracia”, escribió Malala, de 18 años, en el Twiter de su fundación que lleva su nombre.

Pese a que Túnez cuenta ahora con una Constitución y un gobierno, los ingentes problemas económicos y sociales del país no están solucionados: más del 15 % de los 11 millones de tunecinos están desempleados. Otro gran reto es el terrorismo y la amenaza militar de las milicias islamistas que operan desde las vecinas Libia y Argelia. (DPA)

Es la distinción política de mayor importancia en el mundo

OSLO.- El Premio Nobel de la Paz es considerado la distinción política más importante del mundo. El empresario sueco Alfred Nobel, conocido por su invención de la dinamita y fallecido en 1896, encargó al Parlamento noruego su concesión anual a hasta a tres personalidades u organizaciones por sus logros por la humanidad. Debían ser premiados quienes prestaran la mejor labor “por el hermanamiento de los pueblos, la abolición o reducción de los Ejércitos existentes o la creación y difusión de congresos de paz”. Desde 1960 se premia también la lucha por los derechos humanos y desde 2004, la defensa del medio ambiente. 

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Se concedió por primera vez en 1901 y desde entonces se ha entregado 96 premios a 129 laureados, 103 individuos y 26 organizaciones, pero en 19 ocasiones no se entregó. Este Nobel se entrega en Oslo, la capital noruega. 

Los cinco miembros del Comité Nobel de la Paz son nombrados por seis años: son representantes de partidos según la relación de fuerzas política en el Parlamento de Oslo. La conservadora ex ministra de Comercio Kaci Kullman Five presidente actualmente el comité. 

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Los más premiados fueron el Comité Internacional de la Cruz Roja, que lo ganó en tres ocasiones (1917, 1944, 1963) y el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, en dos (1954 y 1981). El fundador de la Cruz Roja, Henry Dunant, lo ganó de forma individual en el inicio del galardón. 

En una ocasión el premio fue rechazado: Le Duc Tho, galardonado en 1973 junto a Henry Kissinger por negociar los acuerdos de paz que pusieron fin a la guerra de Vietnam, dijo que no podía aceptarlo porque la paz no estaba aún cerrada. Tres encarcelados estaban en prisión en el momento de su reconocimiento: el periodista alemán Carl von Ossietzky (1935), la activista birmana Aung San Suu Kyi (1991) y el defensor de los derechos humanos chino Liu Xiaobo (2010). Se lo concedió de forma póstuma al entonces secretario general de la ONU, el sueco Dag Hammarskjold en 1961, quien murió en un accidente aéreo, durante un viaje para mediar en el conflicto que desangraba al ex Congo Belga, África. Y también lo obtuvieron los argentinos Carlos Saavedra Lamas, en 1936, mediador de la guerra del Chaco que enfrentó a Paraguay y Bolivia, y Adolfo Pérez Esquivel, en 1980, por su lucha en defensa de los derechos humanos durante la dictadura. (DPA-especial)

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