Reginato y Collado (h), con motivos para festejar

Reginato y Collado (h), con motivos para festejar

Uno ganó la general y se consolidó en la A-7; el otro se coronó en la A-6.

IMPARABLES. El navegante Gabriel Gubaira y el piloto Ricardo Collado (h), felices. IMPARABLES. El navegante Gabriel Gubaira y el piloto Ricardo Collado (h), felices.
05 Octubre 2015
“Pensar que casi no corro este rally. No estaba de ánimo. Sólo lo hice porque los muchachos trabajaron mucho en el auto” explicó Andrés Reginato. “No creí que podría llegar a ganar el campeonato a falta de dos fechas para que se cierre el certamen”, afirmó Ricardo Collado (h). Por distintos motivos, la felicidad afloró en el rostro de ambos pilotos ayer en el ex Club Náutico de El Cadillal, donde se hizo la ceremonia de premiación de la fecha 6 del Campeonato Provincial de Rally. El corredor de la clase A-7, con un Renault 18, se convirtió en ganador de su categoría y de la clasificación general con un tiempo de 32’34”8/10; con ello, estiró su ventaja en la punta del torneo. En tanto, “Ricardito” no sólo triunfó en la A-6 con un VW Gol, sino se coronó campeón, aunque todavía restan dos carreras para el final del certamen.

Lo de Andrés fue un ataque de último momento sobre la posición que ocupaba su papá, Miguel (también con R-18). Ambos estaban separados por apenas 1”5/10 a falta de una pasada al trayecto Ticucho-El Cadillal. Pero apareció una cuestión determinante: el veterano piloto sufrió por la pérdida de adherencia de los neumáticos de su coche. “La cola se iba para todos lados, me equivoqué en no reemplazarlos”, señaló.

“En la última pasada ‘se me salió la cadena’. Venía patinando el embrague, porque se rompió el retén de la caja. Así y todo salió un tiempo increíble. Este triunfo se lo dedico al equipo”, contó el piloto, que terminó por vencer a su papá por 8”. Tercero terminó Ariel Villagrán, que regresó al rally, a poco más de 55”, con un coche que ahora es atendido por el equipo Matarrese.

Collado (h) imprimió su tradicional andar trepidante y cosechó frutos. “Estuvo impecable como siempre el auto que me entrega el Núñez Competición. Yo me sentí confiado en mi manejo y en la navegación de Gabriel Gubaira, así que mejor no me pudo haber ido” señaló el corredor. Cuando llegó a la asistencia, lo esperaba todo su equipo, y en especial su papá Ricardo, que no pudo completar la carrera. Y entre múltiples muestras de alegría, la dupla ganadora terminó siendo tirada por sus seguidores a la pileta del predio.

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