Se cierne otra amenaza sobre el azúcar

Se cierne otra amenaza sobre el azúcar

El titular del CAA alerta sobre el proyecto de nuevo impuesto a la industria de las bebidas.

18 Septiembre 2015
“Una nueva y sombría amenaza asoma para la actividad azucarera en la República Argentina, que atraviesa la peor crisis de los últimos 30 años. Se trata del proyecto de ley presentado por el presidente de la Comisión de Deportes de la Cámara de Diputados, el legislador santacruceño Mauricio Gómez Bull, que propicia la creación de un nuevo impuesto a la Industria de Alimentos y Bebidas para el financiamiento del deporte”.

Con esta advertencia comienza un comunicado enviado a LA GACETA por Fernando Nebbia, presidente del Centro Azucarero Argentino (CAA), quien señala que si se aprueba el llamado “impuesto Gómez Bull”, que contempla un gravamen de $ 0,45 por envase a todas las bebidas analcohólicas y alcohólicas, generará un incremento de precios de tres veces ese valor y una caída de la demanda de estas bebidas. “En el caso de las bebidas analcohólicas azucaradas su repercusión en el sector azucarero será una disminución de ventas de entre 70.000 y 100.000 toneladas anuales de producto”, añade.

Nebbia destaca que el sector azucarero, la actividad económica más importante del NOA, atraviesa una prolongada crisis de orígenes diversos pero de una sola consecuencia: está al borde de la quiebra. Los factores que lo determinan son una caída de precios generalizada en el mercado interno como resultado de un exceso de producción, caída de precios internacionales, falta de Inversión en infraestructura ferroviaria y portuaria, atraso en el tipo de cambio, falta de financiamiento para inversiones y capital de trabajo a tasas accesibles, presión fiscal cercana al 50% y alta Inflación.

El dirigente agrega que los precios internacionales han caído un 70% en los últimos tres años, y el dólar se fortaleció con el efecto conocido sobre los commodities. “Nuestros competidores han afrontado la coyuntura con devaluaciones que determinaron que, medido en dólares, el costo de nuestra caña sea dos veces el de Brasil, nuestros salarios tres veces superiores a los de otros productores azucareros y los costos de logística entre dos y tres veces mayores que los de los exportadores vecinos. La actividad, como se ve, carece de competitividad, y no por responsabilidad de los productores”, detalla.

Nebbia sostuvo que como resultado de esta crisis, las entidades que nuclean a los cañeros independientes informan que sus asociados están en quiebra: pierden un promedio de $ 4.000 por hectárea sembrada y estiman que medio millar de pequeños cañeros abandonarán la actividad. También los ingenios son afectados por esta crisis. “De prosperar el ´impuesto Gómez Bull´, para el sector azucarero será, ni más ni menos, el tiro de gracia. En esta oportunidad, como tantas otras veces, hay que reflexionar sobre si el fin justifica los medios. Cabe esperar que el Congreso de la Nación, en su conjunto, tenga una mirada distinta”, concluye el comunicado.

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