13 Septiembre 2015
Daniel Alberto Jalil habría encabezado una de las principales organizaciones del narcomenudeo de la capital. “Garra”, tal es su apodo, habría organizado la obtención de la droga, su distribución y su comercialización. Para ello, habría contado con un suministrador de precursores químicos para el rellenamiento de la pasta base, en una “cocina” que habría funcionado en el pasaje Montevideo y Frías Silva.
Esa es la hipótesis que avaló en agosto la Cámara Federal de Apelaciones, al confirmar los procesamientos con prisión preventiva que pesan sobre “Garra” Jalil, Luis Armando Gallo, Raúl Héctor “Coy” Delgado, Raúl Emilio Jalil y Diego Daniel Jalil. Además, en la causa se encuentra imputada la ex policía María Alicia Herrera, que trabajó en la Dirección General de Drogas Peligrosas.
La confirmación del procesamiento que realizaron los camaristas Ricardo Mario Sanjuan, Ernesto Clemente Wayar y Marina Josefa Cossio, sería la antesala para que el juez Federal Daniel Bejas resuelva la elevación a juicio oral.
Escuchas telefónicas
La causa comenzó con una denuncia anónima que recibió la Policía Federal, en la que se mencionaba que en una casa de San Luis al 1.600 vivía un tal “Garra” en una casa de dos plantas con cerámicos estampados y una mora grande en el frente, según la descripción que consta en la sentencia de la Cámara Federal de Tucumán.
La vivienda ya había sido allanada anteriormente, pero no encontraron droga. Una posible razón de ello será la vinculación que habría tenido la agente Herrera, quien habría dado aviso de las medidas que estaba por realizar la Digedrop, según había considerado Bejas en el auto de procesamiento. Esos datos surgirían de las escuchas telefónicas que durante varias semanas realizó la sección Drogas Peligrosas de la Policía Federal.
En octubre de 2013 se realizaron diversos allanamientos, en los que fueron detenidos varios de los integrantes de la supuesta banda.
“De las medidas realizadas y analizadas por este tribunal, surgen innumerables pruebas del tráfico de estupefacientes”, fundamentó la Cámara de Apelaciones en su sentencia. “Garra” Jalil, dijeron los camaristas, oficiaría como jefe de la organización, interviniendo directamente en la obtención, distribución y comercialización de los estupefacientes.
Esa es la hipótesis que avaló en agosto la Cámara Federal de Apelaciones, al confirmar los procesamientos con prisión preventiva que pesan sobre “Garra” Jalil, Luis Armando Gallo, Raúl Héctor “Coy” Delgado, Raúl Emilio Jalil y Diego Daniel Jalil. Además, en la causa se encuentra imputada la ex policía María Alicia Herrera, que trabajó en la Dirección General de Drogas Peligrosas.
La confirmación del procesamiento que realizaron los camaristas Ricardo Mario Sanjuan, Ernesto Clemente Wayar y Marina Josefa Cossio, sería la antesala para que el juez Federal Daniel Bejas resuelva la elevación a juicio oral.
Escuchas telefónicas
La causa comenzó con una denuncia anónima que recibió la Policía Federal, en la que se mencionaba que en una casa de San Luis al 1.600 vivía un tal “Garra” en una casa de dos plantas con cerámicos estampados y una mora grande en el frente, según la descripción que consta en la sentencia de la Cámara Federal de Tucumán.
La vivienda ya había sido allanada anteriormente, pero no encontraron droga. Una posible razón de ello será la vinculación que habría tenido la agente Herrera, quien habría dado aviso de las medidas que estaba por realizar la Digedrop, según había considerado Bejas en el auto de procesamiento. Esos datos surgirían de las escuchas telefónicas que durante varias semanas realizó la sección Drogas Peligrosas de la Policía Federal.
En octubre de 2013 se realizaron diversos allanamientos, en los que fueron detenidos varios de los integrantes de la supuesta banda.
“De las medidas realizadas y analizadas por este tribunal, surgen innumerables pruebas del tráfico de estupefacientes”, fundamentó la Cámara de Apelaciones en su sentencia. “Garra” Jalil, dijeron los camaristas, oficiaría como jefe de la organización, interviniendo directamente en la obtención, distribución y comercialización de los estupefacientes.
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