EEUU pinchó los teléfonos de Rousseff y de altos funcionarios

EEUU pinchó los teléfonos de Rousseff y de altos funcionarios

Según el gobierno brasileño, se tratarían de episodios antiguos y dice que la crisis con EEUU ha sido “superada” Nuevas revelaciones de Wikileaks a unos días del encuentro de la presidenta con Obama

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05 Julio 2015
BRASILIA.- La Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos interceptó las comunicaciones de la presidenta brasileña Dilma Rousseff y de funcionarios del más alto escalón de su gobierno, publicó Wikileaks en su sitio web. La revelación ocurre cinco días después de que la mandataria se reuniera en Washington con Barack Obama, con quien reanudó las relaciones bilaterales. Estas se encontraban congeladas desde 2013 debido, precisamente, a denuncias de práctica de espionaje por parte de los servicios secretos estadounidenses.

Según la información dada a conocer ayer, un total de 29 teléfonos pertenecientes a ministros y asesores de Rousseff fueron blanco de escuchas clandestinas, incluso las mantenidas en el interior del avión presidencial, durante viajes oficiales.

Wikileaks no informa del período en que fueron realizadas las escuchas. Detalla, en cambio, que además de las comunicaciones de Rousseff, fueron interceptadas las de “su asistente, su secretaria, su jefe de Gabinete, su oficina en el Palacio del Planalto (Presidencia) y hasta su teléfono en el avión presidencial”. Wikileaks entiende que Washington no solo buscaba con la práctica saber lo que hacía o decía la presidenta sudamericana, sino que quiso promover una “campaña de espionaje económico contra Brasil”.

La deducción, según el fundador del grupo, Julian Assange, surge del hecho de que en la lista de teléfonos interceptados estaban los de los principales responsables por administrar la economía, entre ellos el presidente del Banco Central y el de los ministros de Planificación y de Hacienda. Además de los funcionarios de gobierno vinculados al sector económico, fueron objeto de espionaje representantes diplomáticos y militares, entre otros, al ex canciller Luiz Alberto Figueiredo Machado y al general José Elito Carvalho Siqueira, ex director del Gabinete de Seguridad Institucional.

También fueron interceptadas las comunicaciones de embajadas brasileñas en el exterior, como las de París, Bruselas, Washington, Berlín y Ginebra.

En tono irónico, Assange dice: “Aún cuando pudiéramos confiar en las garantías de que Estados Unidos ya no pone a Dilma como blanco de escuchas, lo que no se puede hacer, es difícil imaginar que la presidenta pueda administrar Brasil hablando solamente consigo misma”. En una referencia a la búsqueda de inversiones estadounidenses en Brasil, que fue uno de los objetivos de la visita de Rousseff a EEUU, Assange sostiene que las revelaciones de escuchas clandestinas a sus asesores y ministros atenta contra la capacidad del país sudamericano de dar garantías a eventuales inversores y a sus propios empresarios.

Pero, el gobierno brasileño reiteró que la crisis con Estados Unidos por los casos de espionaje está “superada”. El ministro de Información, Edinho Silva, resaltó en un comunicado que la lista divulgada este sábado por WikiLeaks hace referencia a “episodios antiguos”. (DPA-Télam)

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