Un mayo inolvidable

Un mayo inolvidable

River despidió un mes pleno de alegrías y motivado para lo que viene en el torneo

ESTÁ IGUAL. Después de 15 años, Aimar volvió a jugar con River en Núñez. télam ESTÁ IGUAL. Después de 15 años, Aimar volvió a jugar con River en Núñez. télam
River era una fiesta antes y fue una fiesta después. Y como toda fiesta que se precie de tal, hizo falta que apareciera un payaso, en este caso llamado Pablo Aimar, para que fuera completa.

El “millo” vivió un feliz domingo, una tarde-noche de película, en consonancia con la presencia en cancha de los actores Pablo Rago y Leonardo Sbaraglia, y esa bandera en apoyo al cine nacional con la que posó el equipo de Gallardo.

El 2-0 al ahora ex invicto Central se inscribe en esas rachas impulsadas por un estado de ánimo en alza. River vive por estas horas la resaca de tres borracheras: su milagrosa supervivencia tras una primera ronda de horror, haber dejado en el camino a Boca y la hazaña en Belo Horizonte. Los tres hitos pertenecen a la Copa Libertadores, ese esquivo objeto del deseo para la institución de Núñez, que ahora, pasaporte a semis mediante, parece al alcance de la mano. O casi.

Entonces, el torneo local pre Copa América fue la excusa para seguir de fiesta por la goleada sobre Cruzeiro. Y por eso hubo fuegos artificiales, ovación al “Muñeco” y a sus “gladiadores” y hasta un homenaje al “Chacho” Coudet.

En cuanto a fútbol, poco y nada. Sintió mucho la ausencia de su conexión uruguaya -Sánchez y Mora- y sufrió la presencia de Camilo Mayada en la posición contra natura de lateral derecho. Sin Fernando Cavenaghi -que casi no la tocó-, le bastó a River con una pincelada de Leonardo Pisculichi para asistir a un renacido Teo Gutiérrez, quien la picó sobre el cuerpo de Mauricio Caranta. Y con una carambola cuando el partido moría: cabezazo al palo de Boyé -quien jamás la emboca- y el rebote que da en el pecho de Mayada para decretar una victoria que, por el trámite, al “millo” le quedó grande.

Pero todo Central, incluso el goleador Marco Ruben, tuvo la pólvora mojada. Y además “San” Barovero volvió a aparecer en pelotas clave, y Funes Mori le puso fiereza, para dejar a su equipo ahí nomás de la punta, con un partido menos y el envión propio de los tiempos felices. Matías Kranevitter, como de costumbre, también aportó lo suyo, aunque el “Tucu” ligó la quinta amarilla y se perderá la próxima ante Olimpo.

Y cuando faltaba un cuarto de hora y poco más para que los invitados se fueran de la fiesta, hizo su aparición el “Payaso” Aimar. A las 19.49 en punto, volvió a ponerse la camiseta de River, casi 15 años y tres operaciones en el tobillo después. El Monumental casi se vino abajo. Y el “Mago” frotó un par de veces la lámpara, para sacarle una sonrisa más al hincha del “millo”, empachado de alegrías en un mayo inolvidable.

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