¡Aguante Blatter!

¡Aguante Blatter!

El suizo aseguró que la Justicia no tiene motivos para arrestarlo

CON LA CONCIENCIA TRANQUILA. Blatter sigue intentado despegar de los casos de corrupción y apunta un complot orquestado por Estados Unidos y la  UEFA. reuters CON LA CONCIENCIA TRANQUILA. Blatter sigue intentado despegar de los casos de corrupción y apunta un complot orquestado por Estados Unidos y la UEFA. reuters
31 Mayo 2015
Joseph Blatter insiste en que él es el hombre indicado para reformar la FIFA, pero los problemas del suizo no parece que vayan a disminuir con su reelección como presidente del organismo rector del fútbol mundial.

La UEFA insiste en que el suizo, de 79 años, debe dejar el cargo, pero la mayor amenaza que pese sobre su cabeza es la investigación que la Justicia de Estados Unidos está llevando a cabo sobre la corrupción en el fútbol. “Si alguien está investigando, tiene todo el derecho a hacerlo, y si lo hace correctamente y bien, no me preocupa absolutamente nada”, advirtió Blatter.

En las actas de su investigación, los norteamericanos aseguran que en el marco de la candidatura de Sudáfrica para el Mundial de 2010, un alto dirigente de FIFA dio instrucciones de enviar 10 millones de dólares a los EE.UU. desde una cuenta de la entidad tiene en Suiza.

El dinero terminó en cuentas controladas por el ex vicepresidente de la organización Jack Warner, uno de los 14 imputados en el proceso. “Eso se está investigando, así que no voy a entrar a hacer comentarios. Lo único que puedo decir es que no fui yo”, señaló Blatter durante la incómoda rueda de prensa, donde fue acribillado por la prensa anglosajona con preguntas como, por ejemplo, si estaba preocupado por poder ser detenido. “¿Que me detengan? ¿Por qué?”, respondió. En Estados Unidos, la agencia federal tributaria (IRS), cuyos agentes están en el origen de la investigación, cree que los arrestos del miércoles en Zúrich no serán los últimos.

El suizo traslada al mundo el mensaje de que es víctima de una conspiración vengativa con varios frentes, pero que tiene su origen en un solo momento: diciembre de 2010, cuando de un sobre lacrado sacó los nombres de Rusia y Qatar como sedes de los Mundiales de 2018 y 2022.

“Hay signos que no engañan. Los estadounidenses eran candidatos para el Mundial de 2022 y perdieron. Los ingleses eran candidatos para 2018 y perdieron”, dijo.

La teoría tiene sentido, pero la adjudicación de los torneos, bajo sospecha de corrupción desde el mismo momento de su victoria, está siendo investigada también por la Justicia suiza, que el mismo día que la policía de Zúrich practicó los arrestos a petición de la fiscalía norteamericana, allanó, aunque por un proceso paralelo, la sede de la FIFA para incautar datos electrónicos y documentación.

Complicado frente

“Se ha perdido la batalla, pero no la guerra”, expresó el viernes el presidente de la Federación Holandesa, Michael van Praag, una de las voces más críticas en la UEFA. Europa apoyó el viernes mayoritariamente al rival del suizo, el príncipe Ali bin al-Hussein, pero Blatter sostuvo su poder con una victoria por 133-73.

“Estoy aliviado”, confesó el dirigente, que lleva 17 años en el cargo. “Hubo un buen ambiente en el comité ejecutivo”, agregó.

Sin embargo, lo cierto es que el comité ejecutivo se celebró sin uno de sus vicepresidentes, el inglés David Gill, que ni siquiera estuvo 24 horas en el cargo y dimitió en protesta por la reelección del helvético. “Hay un odio, que no solo viene de una persona de la UEFA, sino de la UEFA como organización, que no ha comprendido que yo me proclamé presidente en 1998”, dijo Blatter, que entonces se impuso en la elección al rival favorito de los europeos, el sueco Lennart Johansson.

El escándalo rompió además la posición unánime de Sudamérica, que viró para darle la mayor parte de sus votos al príncipe Ali. La investigación, que implica a cuatro de los dirigentes de Conmebol y lanza sospechas sobre muchos otros, tiene en vilo a la región.

El asiento vacío hoy en el comité ejecutivo de Marco Polo del Nero, que después de la detención de su antecesor en la jefatura del fútbol brasileño, José María Marín, salió volando de Suiza un día antes de que se celebrara el Congreso, fue un recuerdo para Blatter de que sus problemas están lejos de haberse acabado.

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