Se avecinan cambios en la Justicia Federal

Se avecinan cambios en la Justicia Federal

Una camarista renunció para jubilarse y un juez compite por un ascenso en Buenos Aires

POR LA JUBILACIÓN Y POR UN ASCENSO. Fernández Vecino y Poviña. la gaceta / archivo POR LA JUBILACIÓN Y POR UN ASCENSO. Fernández Vecino y Poviña. la gaceta / archivo
09 Mayo 2015
2015 se presenta como un año de modificaciones en el tablero de la Justicia Federal. Sucede que Graciela Fernández Vecino dejará la Cámara de Apelaciones a partir del 1 de julio, cuando comience a percibir la jubilación con el beneficio del 82% móvil, según lo confirmó la propia vocal. En paralelo, Fernando Luis Poviña, juez federal Nº2, concursa -con perspectivas favorables- en el Consejo de la Magistratura de la Nación para convertirse en miembro de la Cámara Federal de Casación Penal con sede en la Ciudad de Buenos Aires.

La partida de Fernández Vecino modificará la configuración de la Cámara de Apelaciones luego de 12 años de estabilidad. De hecho esa vocal fue la última que se incorporó al estrado, que completan Marina Cossio -presidenta-, Ricardo Sanjuán, Ernesto Wayar y Raúl Mender. El tribunal ejerce funciones administrativas y de superintendencia, y revisa las sentencias de los jueces federales de primera instancia de Tucumán, Catamarca y Santiago del Estero.

Fernández Vecino, de 70 años, accedió a su vocalía en 2003, previo concurso en el Consejo de la Magistratura de la Nación. Antes había desempeñado diversos cargos en el Poder Judicial y en el Ministerio Público, inicialmente en Esquel (obtuvo el título de abogada en 1969). Es probable que su vacante sea cubierta con un camarista subrogante hasta tanto la Casa Rosada nombre al nuevo vocal a partir de la terna que confeccione el Consejo. La dimisión de Fernández Vecino podría ser el comienzo de una renovación más amplia en la Cámara: fuentes judiciales indican que Sanjuán baraja desde hace tiempo la posibilidad de dejar la judicatura mientras que Mender, que cumplirá 94 años en septiembre, es uno de los magistrados más longevos del país, junto al también nonagenario Carlos Fayt, ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación hoy cuestionado por parte del oficialismo.

El más joven

Poviña llegó al Juzgado Federal Nº2 en diciembre de 2011 luego de desempeñarse como secretario de la Sala II de la Cámara Federal de Casación Penal a las órdenes de los jueces Pedro Rubén David, Alejandro Walter Slokar y Ana María Figueroa. Y a dicha institución se propone regresar, convertido en miembro de la última instancia de revisión de sentencias penales antes de la Corte de la Nación. Por ese motivo, compite en el concurso múltiple que procura llenar cuatro cargos en aquel tribunal, cuyos jurados son Slokar, Julio Ernesto Santiago Virgolini, Vicente Aznar y Julio Diego Rodríguez Paz. El juez tucumano ocupa el tercer lugar del orden de mérito provisorio aprobado por el Consejo el 13 de noviembre, detrás de los candidatos Guillermo Jorge Yacobucci y Pablo Daniel Vega.

El trámite prosigue con el examen psicológico y psicotécnico, y las entrevistas personales. Luego, las cuatro ternas correspondientes serán elevadas al Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner para que prosiga el trámite de nombramiento, que incluye el acuerdo del Senado de la Nación.

Poviña es el juzgador más joven del Poder Judicial situado en la esquina de Las Piedras y Congreso: asumió con 40 años en el Juzgado Nº2 por decreto de Fernández de Kirchner a posteriori de la subrogancia de un lustro a cargo del abogado Mario Racedo. Tal interregno comenzó en 2006, a partir de la destitución del ex juez Felipe Terán (fue condenado el año pasado, por su participación en maniobras irregulares con títulos de la deuda pública). Por ese despacho creado en 1975 habían pasado previamente Sanjuán y Ricardo Maturana.

A poco de aterrizar en Tucumán, Poviña recibió la orden de subrogar en el Juzgado Federal Nº2 de Jujuy. En aquella jurisdicción y en 2012, el magistrado dispuso el procesamiento de Carlos Pedro Blaquier, dueño del ingenio Ledesma, en una investigación de delitos de lesa humanidad. Luego, Poviña trascendió por la decisión de detener a miembros del clan Ale por supuesto lavado de dinero, a instancias de una denuncia de Susana Trimarco, mamá de María de los Ángeles “Marita” Verón.

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