Pavón y Pérez, desde el banco, le dieron la victoria a Boca

Pavón y Pérez, desde el banco, le dieron la victoria a Boca

El "Xeneize" ganó 2 a 0 el primer partido de una serie de tres en 11 días que promete acelerar la creación de ídolos.

LE COSTÓ PERO FUE ÚTIL. Gago volvió a jugar luego de su lesión y pese a que se la pasó en el piso al principio, sí gravitó. télam LE COSTÓ PERO FUE ÚTIL. Gago volvió a jugar luego de su lesión y pese a que se la pasó en el piso al principio, sí gravitó. télam
Seis minutos faltaron para que el superclásico, esa fábrica de leyendas que funciona desde hace casi 100 años, termine la jornada con una producción nula. Cristian Pavón, ese juvenil que en su último duelo ante River había sufrido la fractura del quinto metatarsiano, salvó el día con ese derechazo y anotó su nombre en la historia. Con el rival ya entregado al ataque, Pablo Pérez llegó a escribir su nombre con letra chica pero después de un mayúsculo caño.

Así, Boca ganó 2 a 0 el primer partido de una serie de tres en 11 días que promete acelerar la creación de ídolos.

Las páginas previas a esos sucesos en el 194° capítulo entre ambos, fueron confusas. Boca arrancó mucho mejor, sacándoles el jugo a sus volantes y laterales en las bandas. Así llegaron las dos situaciones más claras de ese primer tiempo para el equipo de Rodolfo Arruabarrena.

Daniel Osvaldo recibió desde allí y teledirigió la pelota al palo derecho de Marcelo Barovero. Minutos más tarde, Federico Carrizo desmanteló al sector izquierdo de la defensa de River y tiró el centro atrás. Sólo Andrés Chávez sabe cómo su remate salió desviado y no directo a la red.

Lo extraño fue que los dirigidos por Marcelo Gallardo no atinaban a hacer mucho, pero con el único acercamiento serio, estuvieron a centímetros de ponerse 1-0 arriba. Carlos Sánchez, el goleador moderno de este equipo, estrelló un remate en el travesaño.

En el complemento fue River el que empezó mejor. Pero más que generar chances de gol, evitó que Boca lo haga. Lo neutralizó satisfactoriamente hasta ese fatídico minuto 84. Después de tanto ir por los costados, los goles llegaron por el centro. Desde allí nació el pase a Osvaldo que desequilibró a la defensa visitante y terminó en el gol de Pavón.

Por ese mismo sector llegó el gol de Pérez, que al igual que el autor del primero, vino desde el banco. Allí estaban sentados los hombres que terminarían siendo leyendas y evitando un aburrido 0 a 0.

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