En los cerros, para llegar a la escuela hay que cruzar badenes

En los cerros, para llegar a la escuela hay que cruzar badenes

03 Mayo 2015
Por momentos aparece el sol y por momentos desaparece. El Cabra Horco y las otras cumbres que se levantan al oeste están ocultas detrás de nubes oscuras. Desde allí bajan los arroyos que recorren El Portezuelo. A las 14, la humedad es tan persistente como el verde del monte. Patricia Argañaraz está parada a centímetros del pavimento viejo de la ruta 340, que une San Javier con Raco. Espera que aparezca el auto azul de su cuñado, que buscará a su hijo para llevarlo a la escuela. Pero las nubes oscuras la preocupan: para llegar a clases deberán cruzar dos badenes, porque los puentes quedaron inutilizables tras las tormentas de principios de marzo “¿Y si llueve en el cerro, los ríos crecen durante la tarde y los chicos quedan de un lado y los papás del otro?”, piensa en voz alta. Ideas como esta preocupan desde hace casi dos meses a miles de personas que viven en distintos puntos de la provincia.

El relevamiento comienza por el norte. En la semana fatídica del 7 al 14 de marzo, tres puentes sufrieron daños en esa zona. El de la ruta 305, que cruzaba el río La Sala, entre Sunchal y Villa Padre Monti, se cayó. Además, el río Calera se llevó el acceso sur al puente que lo cruza cerca de El Timbó (ruta 321). Y en Tapia ocurrió lo mismo con el angosto viaducto que cruza el río por la vieja traza de la ruta 9.

Los dos últimos ya están arreglados (solamente fue necesario reconstruir los accesos). El que sigue destruido es el primero. “Recién hace dos semanas mejoraron el badén”, asegura Olga Lima, una madre de tres chicos de Villa Padre Monti. Ella se refiere a la batería de caños por los que ahora pasa el agua del río (reduce las posibilidades de que se corte el camino) y sobre la cual se hizo un paso para los vehículos.

“Antes había que pasar directamente por el agua. La Comuna había puesto unos palos y unas sogas para que nos agarráramos y no nos cayéramos. Como el colectivo que venía de la ciudad sólo llegaba hasta el puente caído, nosotros teníamos que tomar un auto que nos cobraba $ 20 por llevarnos hasta el río, cruzarlo caminando y recién ahí subirnos al ómnibus. Los chicos que van a la secundaria tenían que hacer esto todos los días”, recordó la mujer. Gracias a esta obra de Vialidad, el colectivo ahora puede llegar hasta el pueblo.

Al oeste

En la zona oeste, las crecientes de los ríos afectaron dos puentes de la ruta 340. Uno está en La Sala y el otro, en El Portezuelo. En el primero cedió uno los pilares y lo dejó intransitable. El otro (dos kilómetros al oeste) directamente se cayó. La casa de Patricia Argañaraz está a 30 metros de allí. “Aquella noche, el ruido del río era infernal. Mi marido y otros vecinos se pararon en la ruta para frenar a los automovilistas”, recordó. En estos dos lugares, Vialidad hizo badenes por el lecho del río, pero son muy precarios: los autos deben cruzar el agua.

Al sur de la capital, los problemas empiezan en Lules. Allí, el río se llevó el estribo sur de ese puente. Además, dañó el puente ferroviario (ya estaba en desuso). Durante semanas, aquellas personas que viven al norte de Lules tuvieron que hacer un largo rodeo para llegar al centro de la localidad, ubicado al sur del viaducto. “Teníamos que ir en colectivo hasta la capital y volver por la autopista. Perdíamos más de dos horas”, recordó la quiosquera Amalia Peñaflor. En este momento están reconstruyendo el puente. Además, Vialidad habilitó un cruce temporario: el agua del río pasa por una batería de caños y lo vehículos circulan por encima.

Entre Famaillá y Santa Lucía, dos puentes habían quedado intransitables en marzo: el que cruza el río Caspichango por la ruta 324 y el que está encima del río Zerda, en la 307 que va a Tafí del Valle. En ambos casos, el agua se había llevado los estribos de acceso, pero ya fueron reconstruídos.

En el sur, la situación es más complicada. En marzo, la creciente del río Jaya derribó el puente que lo cruzaba en el acceso al parque nacional Campo de los Alisos. El 12 de abril, las aguas también se llevaron el puente peatonal de Escaba de Abajo y afectaron el viaducto que cruza el río San Ignacio, en Los Pizarro. El primero ya no existe. Los otros dos aún no fueron reparados.

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