Un hombre murió apuñalado en el pecho

Ayer al mediodía la Policía Científica todavía trabajaba en las inmediaciones de la esquina donde, la noche anterior, la familia de Roque Raúl Ferreyra se enfrentó en una batalla campal contra otro grupo de vecinos del barrio San Miguel, ubicado casi en el límite entre El Manantial y la capital.

Los especialistas habían encontrado rastros de sangre a unos 100 metros de la manzana “A” donde, en una de sus esquinas, se había producido la feroz pelea. Mientras los policías tomaban las muestras, los vecinos del barrio seguían con atención cada uno de sus movimientos. La lucha que provocó la muerte de Ferreyra, que dejó al menos dos heridos y que derivó en el incendio de dos casas, había dejado al barrio inmerso en un clima tenso.

Tres mujeres que viven en la misma cuadra en donde ocurrió el enfrentamiento contaron cómo se vive en esta zona de Tucumán pero, a pesar de que se las consultó en más de una ocasión, prefirieron reservar sus nombres. “No podemos dar el nombre porque es un peligro. Ya se fueron dos familias de acá porque los problemas son seguidos. Te entran a robar, vos querés defender tu casa y ellos se enojan. No podemos vivir así”, relataron.

En cuanto al enfrentamiento, dijeron que todo sucedió rápidamente. “Cuando comenzaron a pelear nos metimos adentro. Acá pelearon mujeres y varones. Hubo machetazos y hasta disparos. A mi hija, un perdigón le pegó en la pierna y eso que estábamos dentro de la casa”, afirmó una de las mujeres.

El barrio San Miguel limita con un asentamiento en el que la mayoría de las viviendas son casas prefabricadas construidas en madera. “De noche no podemos salir porque hay muchos robos y si hablás te queman la casa. Por eso no queremos dar el nombre. Ya varias veces reclamamos pidiendo seguridad, pero no tenemos respuesta. Además la Policía siempre llega tarde. Anoche (por el domingo) llegaron cuando la pelea había terminado y los bomberos aparecieron cuando las casas ya se habían quemado”, concluyeron las testigos.

Homicida prófugo

Las versiones que investiga la división Homicidios de la Policía, que está a cargo de los oficiales Marcelo Sallas y Javier Hidalgo, son distintas y tienen acusaciones cruzadas.

Hasta ahora lo que los investigadores pudieron corroborar es que la pelea comenzó el domingo a la noche, entre las 21.30 y las 22. Una de las hipótesis sobre las que se está trabajando, según explicaron fuentes de la causa, sostiene que Ferreyra -que tenía 33 años y vivía a unos 50 metros de donde sucedió la pelea- salió hasta un almacén de la zona y, al pasar por el frente de la casa de un sujeto conocido como “El Loco”, lo increparon para pelear.

En ese momento la víctima fue atacada por “El Loco” y un grupo de allegados a este sujeto con quienes estaba ingiriendo alcohol, según se informó. Ferreyra se defendió desatando una pelea. Al ver esto su hermano, Luis Miguel Ferreyra, de 30 años, y su madre, Amalia Francisca Ferreyra, acudieron en su ayuda. Eso provocó un batalla campal porque, de acuerdo con los testimonios recabados por la Policía, hubo al menos siete personas involucradas.

Según esta versión, “El Loco” le asestó una puñalada en el pecho a la víctima causándole la herida por la que murió ayer, alrededor de las 6, en el Centro de Salud, adonde lo habían trasladado de urgencia. La madre de la víctima también tuvo que ser asistida por los golpes que recibió, mientras que su hermano Luis recibió una puñalada en el abdomen aunque, según se informó, ya estaría fuera de peligro.

Después de que los tres heridos de la familia de Ferreyra fueron trasladados al hospital, otro grupo de vecinos arremetió contra las dos casas en las que viven “El Loco” y su familia y les prendieron fuego. Ese hecho habría ocurrido unas tres horas después de la pelea, cuando el presunto homicida y sus allegado ya no estaban en el lugar. La otra versión sostiene que Ferreyra entró a la casa de “El Loco” para robarle una bicicleta, pero los investigadores señalaron que no habría pruebas que la sustenten.