El tiempo es oro
El tiempo es oro
27 Abril 2015

Osvaldo Aiziczon - Psicoanalista

Usted cree haberse comunicado con la empresa “Podemos todo, siempre y cuando usted no pueda nada”. 

- Me llamo Wanda, operadora a su servicio. ¿Cuál es su consulta?

- Buen día, Wanda, Me llamo Pepe y estoy viviendo una terrible tragedia personal. 

- ¿Se le rompió el celular, Pepe? 

- No Wanda. Le explico brevemente ya que de eso se trata, de la brevedad de la vida. Tengo mis añitos y he destinado la mayor parte de mi tiempo a producir. He ganado dinero suficiente y me preparo a disfrutar del tiempo restante que, por no saber cuánto me queda, temo no me alcance. Y me lleno de angustia. Por eso quiero comprarle a su empresa algunos años, para asegurarme. ¿Tiene alguna promo del tipo “lleve veinte años, pague doce”? 

- No señor Pepe: ese paquete se terminó hace mucho. En su lugar tenemos diez opciones, una por cada dedo. Pero si usted logra demostrar que sabe cortarse las uñas de los pies, incluidas las que se encuentren encarnadas, las opciones se elevan a veinte. 

- ¡No quiero opciones, Wanda! ¡Quiero tiempo! He ganado mucho dinero pero perdí el tiempo. ¡Ayúdeme por favor! 

- ¿Qué tal la opción catorce, Pepe? Es una frase de Séneca: “el mejor tiempo para morir es en la prosperidad”. 

- ¡No, Wanda, esa frase me deprime más! 

- ¿Y esta de Eschenbag? “Cuando llega el tiempo en que se podría, ha pasado aquél en el que se pudo” 

- ¡Peor, Wanda! 

- A ver, Pepe, qué más tengo… acá está: un reloj ahorrador de tiempo. Por cada diez minutos transcurridos, marca solamente uno. Cada año parece demorar 108 meses. ¿Le gusta? 

- ¡Tiempo, tiempo, quiero el tiempo, Wanda! 

- Cómo no, Pepe: nublado con algunas lloviznas. 

- No, Wanda. Usted no puede ayudarme. Ganemos tiempo. Déme con su supervisor. 

- ¿Con quién, Pepe? 

- Su jefe inmediato superior, Wanda: su-per-vi-sor. 

- Eso no existe, Pepe: ¿alguna vez vio o habló con un supervisor en su vida? 

Wanda: contácteme con quién tenga poder, Dios, el Diablo, un concejal, Einstein, Spielberg, quien sea. 

- Pero Pepe, el concejal no siempre aconseja; Dios se ocupa únicamente de eternidades, no de tiempos cortos como en su caso. El Diablo cobra precios elevados: una semana de interés por cada mes prestado. Pero diga, Pepe, ¿por qué Einstein? 

- Porque postuló que viajando a la velocidad de la luz, 300.000 kilómetros por segundo, el tiempo se detiene, Wanda. 

- ¿Y por qué Spielberg? 

- Porque en su película “Volver al futuro” tenían una máquina que podía viajar en el tiempo, Wanda. Fíjese, quizá funcione… Yo pago el combustible.

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