27 Abril 2015
CAPTURA DE VIDEO
La performance tiene una larga tradición en esta ciudad. Vale el dato para explicar por qué la Bienal de Performance que se inicia hoy en Buenos Aires ha despertado tanta atención.
Decenas de artistas y académicos participan. Y algunos de ellos son verdaderas stars internacionales de la performance, como Marina Abramovic, Marta Minujin, Laurie Anderson, Sophie Calle, Tania Bruguera, Nicola Costantino, Jorge Macchi y Amalia Pica. Pero también pensadores como Andrea Giunta, Fabián Kesler, Jorge La Ferla y Ana Longoni.
En Tucumán, la performance comenzó a generalizarse en la década de los 80 del siglo pasado, y alcanzó en los 90 un gran desarrollo con grupos como Tenor Grasso, Euzkadi Performance Rock y Flora y Fauna. Mientras en los 80, con Gerardo Medina, Ana Claudia García y Marcos Figueroa, entre otros, se acentuó como arte conceptual. En los 90 adquirió un tono festivo, celebratorio. Tenor Grasso llegó a presentarse en el Jockey Club, en boliches y hasta desfilando en pasarelas.
Tan habituado está el espectador de arte con la performance, que le resulta hasta natural que en no pocas exposiciones funcionen como una verdadera introducción o un preámbulo a la muestra.
Pero, ¿qué es la performance? En la Bienal el debate está planteado a través de workshops, conferencias y seminarios. “Lo fundamental es lograr la visibilidad de este tipo de producciones porque la gente no sabe lo que es una performance. La ve ocasionalmente en una bienal, en un museo, de manera colateral, pero no la reconoce como tal. Esta indefinición tiene que ver con que las disciplinas tradicionales se van disputando su dominio”, señaló Sandra Torlucci, rectora de la Universidad Nacional de las Artes.
Una vez más, pareciera que lo que no sucede en Buenos Aires no ha ocurrido en otros territorios. Lo cierto es que aquí, en Tucumán, desde las artes visuales, el teatro y la danza se viene coincidiendo en lo complejo de una definición, pero desde hace varios años: es una acción, que pertenece a las llamadas prácticas artísticas; un arte que proviene de otros (el teatro y la plástica, por caso), y que como tal, se trata de un lenguaje híbrido, un dato general, por otra parte, de la era contemporánea.
La performance es tan común entre nosotros que hasta ha sido parodiada.
Decenas de artistas y académicos participan. Y algunos de ellos son verdaderas stars internacionales de la performance, como Marina Abramovic, Marta Minujin, Laurie Anderson, Sophie Calle, Tania Bruguera, Nicola Costantino, Jorge Macchi y Amalia Pica. Pero también pensadores como Andrea Giunta, Fabián Kesler, Jorge La Ferla y Ana Longoni.
En Tucumán, la performance comenzó a generalizarse en la década de los 80 del siglo pasado, y alcanzó en los 90 un gran desarrollo con grupos como Tenor Grasso, Euzkadi Performance Rock y Flora y Fauna. Mientras en los 80, con Gerardo Medina, Ana Claudia García y Marcos Figueroa, entre otros, se acentuó como arte conceptual. En los 90 adquirió un tono festivo, celebratorio. Tenor Grasso llegó a presentarse en el Jockey Club, en boliches y hasta desfilando en pasarelas.
Tan habituado está el espectador de arte con la performance, que le resulta hasta natural que en no pocas exposiciones funcionen como una verdadera introducción o un preámbulo a la muestra.
Pero, ¿qué es la performance? En la Bienal el debate está planteado a través de workshops, conferencias y seminarios. “Lo fundamental es lograr la visibilidad de este tipo de producciones porque la gente no sabe lo que es una performance. La ve ocasionalmente en una bienal, en un museo, de manera colateral, pero no la reconoce como tal. Esta indefinición tiene que ver con que las disciplinas tradicionales se van disputando su dominio”, señaló Sandra Torlucci, rectora de la Universidad Nacional de las Artes.
Una vez más, pareciera que lo que no sucede en Buenos Aires no ha ocurrido en otros territorios. Lo cierto es que aquí, en Tucumán, desde las artes visuales, el teatro y la danza se viene coincidiendo en lo complejo de una definición, pero desde hace varios años: es una acción, que pertenece a las llamadas prácticas artísticas; un arte que proviene de otros (el teatro y la plástica, por caso), y que como tal, se trata de un lenguaje híbrido, un dato general, por otra parte, de la era contemporánea.
La performance es tan común entre nosotros que hasta ha sido parodiada.
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