Grito de gol (la carrera perfecta)

Grito de gol (la carrera perfecta)

El 8 de marzo de este año, el autódromo de Las Termas se transformó prácticamente en un estadio de fútbol cuando el público estalló ante la maniobra de superación que ensayó Lucas Mohamed sobre Pablo Ortega en la carrera del Turismo Nacional.

El 19 de abril, otra vez hubo un grito de gol que partió desde las tribunas. En realidad fue un rugido desaforado de un público que vio lo que quería ver en la final de MotoGP: el sorpasso del ídolo de la gran mayoría, Valentino Rossi, sobre la posición de Marc Márquez.

Más locura tribunera cuando el español intentó una recuperación desesperada y estéril y se cayó víctima de su propia impericia y falta de paciencia. Y aliento loco en el momento de la caída de la bandera a cuadros para el italiano.

Lo épico de la carrera no radicó solo en aquella maniobra ni en el resultado. También ofreció un trámite emocionante, de esos que quienes siguen a la categoría sueñan con ver en vivo y en directo. Se dio ayer. Una gran página del deporte mecánico quedó escrita y para los fanáticos, que siguen la línea de las proezas de las estrellas fue, casi casi, la carrera perfecta.

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