El ascenso maldito
El ex fiscal Carlos Albaca -hoy jubilado a la fuerza e imputado- todavía hacía y deshacía a gusto en la causa “Lebbos” cuando este Gobierno premió con un ascenso a Alejandro Noguera, primer fiscal apartado de la investigación de ese crimen impune. La decisión desdeñó el escándalo que había generado la publicación de la fotografía que retrata a Noguera saliendo de la residencia del gobernador durante las horas decisivas de la pesquisa. Pero la recompensa implicó un costo enorme: el autor del panegírico de los Ale -atribuido al funcionario constitucional ascendido- se dice fiscal de la Cámara de Apelaciones, y en la Justicia penal local sólo hay uno y es Noguera. Y aunque el denunciado niegue la misiva y el afecto hacia el clan aborrecido por Susana Trimarco, su futuro depende de la corporación que el año pasado soltó la mano a Albaca. Por lo pronto, Noguera ya incurrió en falsedad cuando recordó que fue ascendido luego de ganar un concurso en el Consejo Asesor de la Magistratura con 91 puntos: según el acuerdo 69/2011, el líder de ese orden de mérito fue Carlos Caramuti -renunció para asumir como camarista- y Noguera logró 89 unidades. El ascenso maldito puso otra zancadilla a su beneficiario, que, a diferencia de Albaca, no puede librarse del affaire epistolar con una jubilación de emergencia.

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