Asesinaron a puñaladas a un verdulero durante un intento de robo

Asesinaron a puñaladas a un verdulero durante un intento de robo

Los investigadores creen que Miguel Julio Jiménez se resistió y por eso los asaltantes le propinaron dos puñaladas fatales. Buscan a los autores del hecho Tres delincuentes atacaron al hombre cuando viajaba en bicicleta hacia el Mercofrut

DESPROTEGIDAS. La esposa y las dos hijas de Jiménez, que quedaron solas, temen que familiares de los sospechosos pudieran tomar represalias. la gaceta / foto de Inés Quinteros Orio DESPROTEGIDAS. La esposa y las dos hijas de Jiménez, que quedaron solas, temen que familiares de los sospechosos pudieran tomar represalias. la gaceta / foto de Inés Quinteros Orio
02 Marzo 2015
“No sabemos qué pasó”, dijo la viuda, pocas horas después de enterrar a su esposo. A Guillermina Caye solamente le comunicaron que un grupo de asaltantes asesinó a puñaladas a su esposo el sábado a la mañana, cuando Miguel Julio Jiménez iba a trabajar. Los detalles del hecho le serán transmitidos recién hoy, en Tribunales.

La lluvia era incesante el sábado a las 6.30. Pero no lo suficientemente fuerte como para evitar que Jiménez saliera a trabajar. El hombre de 69 años se cubrió con una capa impermeable, tomó su bicicleta y comenzó a pedalear desde su casa del barrio San Cayetano hacia el Mercofrut. Iba a comprar frutas y verduras para revenderlas en la feria que se realiza cada sábado en ese mismo lugar.

Eugenia Jiménez, una de sus dos hijas, lo despidió en la puerta y volvió a dormir. Una hora más tarde, un amigo de su padre la despertaría con una noticia que siempre retumbará en su cabeza: “tu papá está tirado”.

La joven se levantó, subió a la moto del mensajero y se trasladó a la avenida Papa Francisco al 1.400. Lo primero que vio fue la bicicleta de su padre tirada en el pavimento. Inmediatamente después alcanzó a divisar parte del cuerpo de Jiménez y esa imagen le provocó una crisis de nervios que le impidió tomar consciencia de lo que sucedía a su alrededor. “Tenía mucha sangre en el pecho”, recordó.

Luego llegaron los policías, trasladaron el cuerpo y los distintos rumores que circulaban en el lugar ensordecieron a la hija de la víctima, que no lograba entender qué le habían hecho a su papá.

Desesperada, la joven llamó por teléfono a su madre, que había viajado a Tilcara junto a otra de sus hijas para tomarse unos días de vacaciones. Caye también entró en shock y regresó en ese mismo instante a la provincia.

Dos versiones

La versión que llegó a oídos de los familiares de Jiménez habla de un intento de robo a una mujer. “Los vecinos comentaban que habían intentado asaltar a una señora y que mi papá se metió para defenderla”, reprodujo Eugenia Jiménez.

Sin embargo, fuentes policiales indicaron que la única víctima habría sido Jiménez. De acuerdo a ese testimonio, tres personas que circulaban en una motocicleta negra interceptaron al hombre para robarle. Como la víctima se habría resistido, lo atacaron a puñaladas.

“Le dieron dos puñaladas en el tórax y le hicieron una herida cortante en la cabeza. Eso provocó que cayera sin vida en el lugar”, precisaron las fuentes. Tras el violento ataque, los delincuentes escaparon de la escena del crimen sin llevarse nada.

La bicicleta quedó tirada en el lugar, al lado del cuerpo de Jiménez. Cuando los peritos lo revisaron, advirtieron que el hombre conservaba el dinero que llevaba para comprar la mercadería, que sumaría $ 2.000. “Él tenía artritis y usaba una venda elástica en las piernas. Ahí se había escondido la plata”, contó ayer su esposa.

“Si es verdad que quería defender a esa señora, Dios quiera que aparezca para que podamos saber qué pasó”, rogó la viuda, en busca de las explicaciones que nadie le dio.

Segundo asalto

A Jiménez ya lo habían asaltado en San Cayetano dos semanas antes del crimen, según relató ayer Caye. En esa ocasión también se dirigía en bicicleta al Mercofrut para participar de la feria de los sábados cuando dos delincuentes lo golpearon para robarle. “No me hagás nada, llevate todo lo que quierás”, le habría respondido el hombre a uno de los ladrones, a quien le entregó el dinero que llevaba y la balanza que utilizaba para pesar la verdura.

Su esposa se preocupó en aquel momento y le pidió que no concurriera más a la feria. Pero esa era la única actividad de Jiménez, quien trabajó siempre en la venta de verduras y ya se había jubilado hace algunos años. “El mercado era su vida”, recordó la mujer.

La investigación del hecho está en manos de la división Homicidios de la Policía, a cargo de los subcomisarios Marcelo Sallas y Javier Hidalgo. También intervino el fiscal de Instrucción Penal de la IV° Nominación, Diego López Ávila, quien les tomará declaraciones hoy a los familiares de la víctima para avanzar en el caso.

Fuentes de la investigación señalaron que hay sospechosos identificados. Sin embargo, prefirieron no difundieron más detalles hasta atrapar a los presuntos homicidas.

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