Respuestas provisorias

Respuestas provisorias

La pregunta puede parecer sencilla pero en cada época, y dentro de cada una de ellas, hay distintas respuestas. ¿Qué respuestas hubo a través del tiempo? ¿Qué respuestas podemos dar hoy?

EN CANTABRIA. La cueva de Altamira es la máxima representación del espíritu creador. traveler.es EN CANTABRIA. La cueva de Altamira es la máxima representación del espíritu creador. traveler.es
14 Diciembre 2014

Por Jorge Figueroa - Para LA GACETA - Tucumán

Entre diálogos aporéticos y la mayéutica; con el fuerte tono de época. No hay otro modo de transcurrir el camino imposible, desde ya, de definir el arte. En el diálogo entre Hipias y Sócrates, las preguntas sobre qué es la belleza no tienen respuestas. ¿Por qué, entonces, deberían tenerlas las referidas al arte? Es verdad, en un primer momento, se podrá objetar que en el “Hipias Mayor”, Platón buscaba distinguir las cosas bellas de lo bello en sí, y que, en este caso, el arte, tangible, está ante nosotros. Pero si se atiende al llamado arte conceptual (“el arte es el concepto de arte”), aquella objeción desaparece. Y no es gratuito referirse al arte conceptual, cuando nuestra época está marcado por él.

Cada tiempo ha dado su propia definición de arte: allí están, pues, las pinturas rupestres, naturalistas del paleolítico, vinculadas inmediatamente al ritual de la caza (una actividad que nosotros llamamos arte, pero se ignora si para ellos era tal); las formas geométricas y hasta abstractas del hombre sedentario del Neolítico. La mímesis aristotélica tranquiliza a los griegos: el arte reproduce la realidad; pero será recién en el Renacimiento cuando se estatuya el sistema de las bellas artes. Y pasarán siglos para despojar al arte del aura sagrada, que le otorgaba un valor absoluto y universal. Sí, cada época ha dado su propia definición de arte: pero en cada una de ellas, las respuestas no han sido iguales. El neoclasicismo, el romanticismo, y qué decir del barroco y del realismo. Advierto que no estoy refiriéndome a los estilos ni a los movimientos modernistas: sostengo que se han tratado de maneras de responder al gran interrogante de todos los tiempos: ¿qué es el arte?

En la actualidad, se coincide en que cualquier cosa puede ser arte: el estudioso Arthur Danto indica que ante la pregunta, la respuesta no puede estar en los atributos físicos del objeto: “lo que la convierte en obra de arte es que alguien piense que lo es”. Se observará que, si a partir de Duchamp que proponía, más o menos, que arte es lo que determina el artista como tal, con Danto, el que así sea, está definido no por el autor, sino por el receptor. Pero en el debate se cuela, si cualquier espectador puede legitimar que tal cosa sea arte. Y el espacio, me pregunto: ¿Una silla expuesta en un museo, no indica, acaso la presencia de ese “algo” perturbador?

Hasta aquí, queda claro al menos, que el arte no tiene nada que ver con la belleza, ni con un valor universal. En la actualidad, tampoco es el dominio de los medios de expresión, desde que ese saber-hacer especializado puede reducirse a una elección o a la concepción de una idea, simplemente. A lo largo de los siglos, el arte pasó de reproducir la naturaleza a hacerlo con el hombre; no pocos han sostenido que refleja la realidad y que hasta la transforma, pero hoy estamos más cerca de pensar que crea una realidad propia, distinta. ¿Un texto artístico? Sí, “que dice y hace decir”, en los términos de la intertextualidad post estructuralista. El arte ha dejado ser obra para convertirse en producto (una mercancía especial), luego un texto y más recientemente prácticas artísticas (para incluir intervenciones, acciones); una edición (el artista que trabaja como un dj, editando un material previo); una apropiación. Toda respuesta que se esboce, está condenada a ser provisoria, transitoria. Por tanto, por estas horas, me inclino a pensar que es el espacio el que define qué es arte, aunque se trate del espacio vacío y frío de un museo o el de la calle que crea una diferencia.

(C) LA GACETA

Jorge Figueroa - Doctor en Arte de la UNT, periodista de LA GACETA.

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