La carga fiscal del 51% agobia a las economías regionales

La presión tributaria va “deteriorando” de manera progresiva a las economías regionales. Y Tucumán no es la excepción de este patrón, que impacta de lleno en la competitividad de las producciones “marginales” del país. Así lo explicó Raúl Robin, presidente de Economías Regionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), quien, además, ubicó a los aumentos de los costos internos derivados de la inflación, como otro condicionante del desarrollo de las áreas productivas.

Un informe de la entidad privada, dado a conocer luego de la reunión de un centenar de dirigentes de las zonas agroalimentarias de Argentina, señaló que hay 157.000 pequeños y medianos productores en situación de riesgo, dentro de los 28 principales complejos regionales. “Un caso paradigmático, que refleja la realidad fiscal del sector primario, es el complejo vitivinícola: la carga impositiva promedio de toda la cadena que históricamente se ubicaba en un 30% de su valor agregado, hoy se encuentra en un 51%, afectada por la mayor presión directa que se viene aplicando a nivel nacional, provincial y municipal”, manifestó el trabajo sectorial.

En Tucumán, la presión “es fuerte”, aseguraron desde el arco productivo local. “La presión tributaria es el porcentaje (participación) del pago de impuestos sobre los ingresos totales, no solo medido en la actividad privada, sino en todo el sector de la economía, tanto en individuos como empresas. Tucumán figura entre las cinco provincias de mayor presión tributaria dentro de la Argentina, entre tasas nacionales, provinciales y municipales, dependiendo de la base consultada”, dijo el presidente de la Federación Económica de Tucumán (FET), Pedro Omodeo.

“La presión fiscal tiene como resultado y se mide en el nivel de inversión de la actividad privada de cada región. Tucumán queda relegada como provincia a ser elegida por los que quieren venir a invertir, incluyendo a los propios empresarios tucumanos, cuando toman como índice la presión fiscal en la decisión de inversión”, añadió el empresario con participación en los sectores de la construcción y citrícola.

La FET insistió ante el Gobierno provincial en incentivos para llamar a las inversiones, y uno de los puntos presentados es el reanálisis de la política tributaria provincial.

El análisis de la CAME contempló que si bien durante 2014 se han atenuado las consecuencias negativas de los fenómenos climáticos, como la sequía, en comparación con los desastres y emergencias naturales sucedidas el año pasado, las economías regionales han afrontado la baja participación en la renta del productor primario en la cadena de valor, especialmente, en la comercialización.

Fuera de juego

Robín comentó que las producciones están sufriendo aumentos de los costos, por lo que diferentes actividades pueden quedar fuera del mercado. “En particular, en el sector agroquímicos el incremento en dólares fue de hasta un 50%”, dijo.

A nivel provincial, en caso, el encarecimiento de los insumos internos en la producción de arándanos fue de un 40% (incluyendo el flete).

“La pérdida de competitivdad por la devaluación de la moneda rusa, en los últimos meses, casi un 50%, es otro tema que preocupa. A Rusia le vendemos varios productos, como cítricos. Los rusos devaluaron la moneda, pero no incrementaron los precios de compra. Eso generó retraso y pérdida de competitividad. Los brasileños devaluaron 17%”, añadió.