Una elección que enfrentó a orteguistas

Una elección que enfrentó a orteguistas

En los comicios municipales de Monteros confrontaron Pedicone (PJ) y Ruiz Olivares, que proponía un candidato para sucederlo en la intendencia.

Fue un año institucionalmente teñido por los choques entre entre el Gobierno y la oposición. En 1993, además, subieron a la superficie las divergencias entre dirigentes del peronismo y de partidos asociados al Frente de la Esperanza (FE). Esta era una coalición políticamente pluralista que le había servido a Ramón Bautista Ortega para vencer a Antonio Domingo Bussi (FR) en los comicios de 1991. La elección de intendente de Monteros en octubre del 93, fue, en ese sentido, una demostración concreta de la pugna que libraban los socios del FE por la ocupación de espacios de poder.

La escala de agosto

Juan Antonio Ruiz Olivares había renunciado a la jefatura municipal de Monteros para asumir como secretario del Interior de la provincia. Para cubrir ese cargo se llamó a elecciones el 3 de octubre, coincidentemente con las de diputados nacionales.

El domingo 8 de agosto sólo los afiliados al PJ y de la UCR de Monteros acudieron a las urnas para designar en internas el postulante a la intendencia de esa ciudad. Los peronistas, por su lado, por el mismo método, designaron candidatos a diputados nacionales.

El mismo día se estrenó también el sistema de elecciones primarias abiertas para escoger aspirantes a comisionados comunales. Juan Carlos Veiga, presidente de la Corte Suprema de Justicia y de la Junta Electoral Provincial (JEP) destacó que, por primera vez, los vecinos los elegirían en forma directa.

En la interna del PJ, Enrique Pedicone superó a Carlos Arquez, Juan Carlos Macció y Graciela Leito. Los radicales, en tanto, prefirieron a Teresa Moreno de Palacios, antes que a Pedro Medina y Oscar González.

Sobre el total de las 94 comunas de entonces, el PJ eligió por primarias abiertas a 82 candidatos; y la UCR, a 17. Donde hubo postulante consensuado no se celebraron comicios. El entonces vicegobernador, Julio Díaz Lozano, destacó que el esquema no limitaba la participación a los afiliados de partidos, sino que abría las puertas a los vecinos. El balance fue positivo, dijo Veiga.

Sin embargo, la Junta Electoral Nacional excluyó del 3 de octubre a la elección de comisionados comunales. Argumentó imposibilidad legal y material.

Guerra de definiciones

No bien tterminó el escrutinio, Pedicone se propuso reivindicar al peronismo que no ganaba la elección de intendente de Monteros desde 1973. Ese año había vencido el socialismo democrático, pero el gobierno de Amado Juri impuso un dirigente del PJ. Quería encarnar la posibilidad de volver al triunfo en las urnas.

Los ánimos se inflamaron progresivamente en Monteros. A Ruiz Olivares -ya secretario del Interior- lo hostigaron núcleos del PJ en un acto oficial, al grito de ya lo veo, ya lo veo / el socialismo se va de Monteros. El funcionario les retrucó: hay trasnochados que creen que van a llegar al poder de prepo. Ruiz Olivares había sido directivo del socialismo democrático hasta 1991.

La oferta de postulantes a completar el período de intente monterizo hasta 1995 se conformó con Pedicone (PJ), Ernesto Sierra (Alianza para el Progreso Social), Pedro Mansilla (FR), Moreno de Palacios (UCR) y Raúl Enrique Romero (Nuevo Partido). Ruiz Olivares patrocinaba a Sierra.

Cifras y polémicas

Pedicone fue ungido intendente con 4.943 votos. Sierra obtuvo 3.499, Mansilla 1.171, Moreno de Palacios 446 y Romero 75. De inmediato estalló la polémica.

El legislador justicialista Edgardo Rocha -disidente con el orteguismo- sentenció: Pedicone ganó con votos estrictamente peronistas y el peronismo de Monteros se reivindicó a sí mismo. Pedicone lo refutó: estamos en la línea de Ortega y con los hombres que están al lado del gobernador. Ruiz Olivares precisó que no entró en contubernio con otro partido. Se preservó ante Ortega.

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