“Asumir la responsabilidad”

“Asumir la responsabilidad”

Grahl, el conductor que vuelve a jugar, se hace cargo de las críticas.

PREPARADO. Grahl entiende las críticas del hincha pero intenta hacer oídos sordos, para que tanta voz de enojo no cumpla con su efecto devastador en el plantel. la gaceta / foto de inés quinteros orio (archivo) PREPARADO. Grahl entiende las críticas del hincha pero intenta hacer oídos sordos, para que tanta voz de enojo no cumpla con su efecto devastador en el plantel. la gaceta / foto de inés quinteros orio (archivo)
23 Noviembre 2014
La onda expansiva de críticas hacia el plantel de Atlético es total, aunque el ojo de la tormenta de algunos hinchas se posa sobre la figura de Francisco Grahl, el conductor del equipo que dejó de ser enganche -con la llegada de Héctor Rivoira y también de Azconzábal- para convertirse en una especie de doble volante central dedicado al armado de la ofensiva “decana”.

“Uno debe asumir la responsabilidad y tiene que saber que las cosas no están saliendo bien. Entiendo el enojo y el malestar de la gente”, acepta su porción de culpa Grahl en este momento complicado de un Atlético que si hoy no vence a Sportivo Belgrano, en San Francisco, prácticamente, su condena será seguir en la B Nacional.

Y para que el enojo generalizado del hincha no repercuta en la cabeza de los jugadores, Francisco explica. “Yo trato de hacer oídos sordos. Si te ponés a ver lo que te escriben en las redes sociales y todas esa cosas, te duele y te hace mal. Por eso trato de aislarme y de concentrarme de la mejor manera para salir a la cancha”.

“Lo que nosotros vemos es que hace varios partidos decimos que jugamos una ‘final’ pero no podemos concretar nada. Tenemos que dejar de pensar en eso y salir a ganar. Como sea. Que el triunfo llegue de una pelota parada o jugando o metiendo, no importa. Hay que buscar la forma de ganar. Es necesario sumar de a tres”, dice como a quien le falta el aire que respira.

Que el peso de la conducción recaiga sobre él no es un problema. “La mochila la tenemos todos. Hay que tratar de liberarse de ella. Por ahí, cuando vas a jugar de visitante la cosa cambia. La gente, de local, a veces es impaciente, como en todo contexto”, agrega no sin antes pedir el triunfo por dos cuestiones: “Para seguir con chances en el torneo y para concretar el tan ansiado deshago. Si ganamos, a Santamarina tenemos que comerlo en nuestra cancha”.

Está claro que no habrá mañana para Atlético. Y quizás para muchos de los jugadores que hoy están en este grupo. Su salida será la puerta de los olvidados.

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