Teorema boliviano

Teorema boliviano

La política ha quedado reducida al bolsillo. Este principio no es ningún descubrimiento, pero no se trata de encontrar a los inventores sino de poder entender la degradación que sufren la democracia y sus instituciones.

Evo Morales fue uno de los invitados principales del gobernador de Salta Juan Manuel Urtubey. El Gobierno nacional brilló por su ausencia como si el boliviano ya no fuera uno de los niños mimados de la administración K. Durante su estada en la tierra de don Martín Miguel de Güemes, el presidente de Bolivia auguró que será quien más tiempo se perpetúe en el poder de la región. Parece que la incapacidad de construir políticas en equipo y sin liderazgos perpetuos es un virus que se propaga en la región y que no crea el anticuerpo de las alternancias. Pero no vale detenerse en esta cuestión. Lo más llamativo es lo que vino después de aquella frase de Evo. Sostuvo que el secreto para mantener tanto tiempo el poder es haber hecho que la política sea un servicio y no un comercio.

¿Qué hubiera dicho el gobernador de Tucumán, si hubiera estado en escuchándolo? José Alperovich ha construido su poder comprando espacios, dirigentes y convenciéndolos con el dinero antes que con palabras, abrazos, actitudes, gestos o afectos. Desde que juró como primer mandatario su argumento más fuerte fueron los pesos. ¿Será por eso que Evo ha comenzado otro mandato más y Alperovich empieza a ver el final del camino? La pregunta es retórica.

La política ha quedado reducida al bolsillo. Este principio no es ningún descubrimiento ni tampoco tiene el copyright es de Alperovich. Pero no se trata de encontrar a los inventores sino de poder entender la degradación que sufre la democracia y sus instituciones.

El almanaque confirma que cada día que pasa están más cerca el 7, 8, y 9 de diciembre, fechas en las que ocurrió uno de los episodios más triste de la historia tucumana. Ciudadanos se armaban hasta los dientes para defenderse de sus propios vecinos y cuanto más se propagaba el miedo, menos confianza había en el prójimo. La policía y el gobierno, impotentes ante el pandemónium, discutían por dinero. Ahora, que se acerca el aniversario de aquellos hechos que dejaron un número impreciso de muertos, el Poder Ejecutivo vuelve a perder la brújula.

En los barrios más necesitados muchos habitantes preguntan a sus punteros “¿qué vamos a hacer para los saqueos?” Lo grave es que los punteros, esos “marketineros” modernos que promueven “los beneficios” de la política de barrio en barrio no tienen respuesta para ese planteo. Entonces, en una suerte de escapismo intuitivo trasladan la inquietud del pueblo a sus superiores. Finalmente, el verticalismo lleva la cuestión hasta la cúpula del poder. Y, allí está la respuesta mágica: dinero. Por eso, ahora, la pregunta ha mudado. Los punteros ahora escuchan: “¿Adónde hay que retirar el subsidio por los saqueos?”. La degradación es mayúscula cuando la única forma de ver la política es la comercial.

Miedo al mañana

Alperovich ha metido la mano en el bolsillo para que el “onomástico” de los saqueos lo perturbe lo menos posible. Un mensaje tristísimo, máxime cuando la Justicia se ha puesto los pantalones largos y enjuicia a los policías sediciosos. Su preocupación diaria pasa, principalmente, por ganar los comicios del año que viene. Al mandatario provincial le gusta mostrarse como alguien que sabe de política. Suele repetir que “Cristina va a esperar hasta último momento para definir su candidato a presidente”. “Si lo hace antes va a perder poder”, es el argumento que le sigue a la frase anterior. En realidad eso es lo que piensa y moviliza al gobernador. Por eso no termina de bendecir la fórmula Manzur-Jaldo. La deja supeditada a lo que digan las encuestas de marzo porque sabe que en el momento en el que la mencione habrá empezado a perder el poder que tanto esfuerzo -y dinero- le costó.

Alperovich ha empezado a tenerle miedo al futuro. El día en el que Alperovich diga quién será su sucesor, los proyectos, las ideas y los negocios dejarán de golpear la puerta de su casa, esa que los “sijosesistas” atraviesan desde las siete de la mañana para desayunar y disimular una reunión de gabinete que no existe. La confusión de lo privado con lo público ha sido otra de las deudas del alperovichismo.

Antón pirulero

El miedo y sus definiciones indefinidas genera confusión en la tropa que Alperovich necesita domeñar. Justamente, Guillermo Gassenbauer, su niño mimado y exégeta es uno de los dirigentes ultraoficialistas que pinta y promociona su candidatura a legislador, pero no hace pintadas con la fórmula que Alperovich reconoce en privado y no confirma. Gassenbauer hijo es un candidato sin fórmula como lo era Dante Loza, uno de los últimos legisladores que al claudicar hizo un acto en barrio El Bosque para Manzur-Jaldo. Algo parecido hizo el ex legislador José Alberto Cúneo Vergés quien organizó una “sangucheada” para la fórmula. Su ilusión es volver a jugar en primera y para ello se dedica a “rediar”, vocablo inventado por “sijosesistas” para denominar a los que tiran redes para conquistar a punteros sueltos de capital y del interior.

El mal del fin de ciclo es lo más parecido al juego de las sillas de los cumpleaños. Siempre alguno se queda sin lugar. A diferencia de los comicios anteriores al alperovichismo no le sobran lugares para ocupar. Por eso el intendente Daniel Toledo que se había acomodado en la lista de Antonio Ruiz Olivares ha empezado a evaluar la posibilidad de encontrar un lugar en la lista que conduce Sergio Mansilla y que llevaría el sello oficialista.

Esta versión causó desconcierto entre los peronistas de Yerba Buena. Los muchachos que hasta hacía horas habían estado trabajando para Ruiz Olivares ahora deberán cambiar el discurso. “Volvemos con José”, repiten. Toledo era el segundo en el acople del gallego monterizo. Las versiones se multiplicaban por horas en los bares de la avenida Aconquija. “El ruso me apretó”, dicen que habría balbuceado Toledo a sus acólitos. Todo se vuelve más confuso cuando hace días Sisto Terán y Toledo fueron los oradores en el acto de la Rural en el que Ruiz Olivares hizo gala de su poderío económico y lanzó su acople legislativo apoyando a la fórmula Manzur-Jaldo. Sisto había sido el encargado de llevar la tarjeta a Alperovich invitándolo al acto en la Rural y el gobernador mandó a Manzur y a Jaldo al acto.

Ruiz Olivares prefirió no hablar del alejamiento de Toledo, pero no deja de pensar en una posible traición, experiencia que ya vivió cuando Alperovich lo desplazó de su lugar en la lista de legisladores para que ingresara Jesús Salim, el elegido de La Campora.

En medio del partido, Sergio Mansilla, el arquero del sur de la provincia y senador nacional estira los brazos para agarrar el centro toledista e incluirlo en sus listas. Por otra parte, sabe que no volverá a los amplios pasillos de la Cámara Alta. La duda que tiene es si podría volver a la Legislatura que lo cobijó. Espera que la Justicia Electoral le diga si puede hacerlo. Mansilla había renunciado a la banca legislativa para asumir como senador y por lo tanto al no haber ejercido su rol de legislador podría intentar una re-reelección. En el alperovichismo el político sin cargo es más inútil que una burra echada.

Con pintura endeleble

José López sigue subido a su candidatura a gobernador. No la suelta por nada del mundo. Tanto es así que está organizando su gran lanzamiento en diciembre con el apoyo de la CGT. La postulación del secretario de Obras Públicas de la Nación molesta al alperovichismo aunque no lo diga. Por eso tal vez López no pudo leer su nombre en las pintadas que se habían hecho a lo largo de la ruta 38. Pero no sólo la pintura parece endeleble en el entorno de López, también sus promesas no aparecieron a su retorno del país amarillo. Antes de subirse al avión que lo trasladó a China, López había anunciado que cuando volviera anunciaría el financiamiento de los diques Potrero del Clavillo y de Potrero de las Tablas. Regresó de China y pareciera que se quedó sin voz.

A la hora señalada

La audiencia está prevista para el martes a las 10. A esa hora exactamente se verán otra vez las caras las autoridades de la Secretaría de Políticas Universitarias de la Nación con la rectora de la UNT, Alicia Bardón. Si al término del encuentro hay sonrisas, habrá plata para las ahogadas arcas de la universidad estatal tucumana, pero también habrá sillas vacías para La Cámpora. Hay quienes venían dando como un hecho las designaciones de Facundo Cabral y de Atilio Santillán, pero Bardón aún no firmó absolutamente nada.

Justamente el tema de las firmas es uno de los argumentos en los que se apoya la defensa de Jorge Rigourd, el financista que se convirtió en la última presa del fiscal Guillermo Herrera. Rigourd continúa en la cárcel y Herrera sigue escrudiñando los papeles de los ahorristas que le dejaron sus dineros para que se los cuide. Sin embargo algunos estarían flojos de papeles al no haber cumplido con las obligaciones tributarias provinciales que exige el sellado de estos acuerdos.

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