El síndrome de las tres “D”: deuda, dólar y déficit

El síndrome de las tres “D”: deuda, dólar y déficit

El jefe del Palacio de Hacienda aún debe resolver algunas materias pendientes de la gestión kirchnerista.

La presidenta Cristina Fernández depositó toda su confianza en el joven ministro de Economía, Axel Kicillof. reuters (archivo) La presidenta Cristina Fernández depositó toda su confianza en el joven ministro de Economía, Axel Kicillof. reuters (archivo)
23 Noviembre 2014
Llegó cuando el dólar oficial estaba en $ 6 (hoy cotiza a $ 8,50). En noviembre de 2010, el paralelo valía cerca de $ 10; en la actualidad subió a $ 13,50 en base a un férreo control oficial. Axel Kicillof asumió en el Ministerio de Economía con la idea de fortalecer esa figura en el gabinete. Y logró todo el apoyo presidencial. Cristina Fernández le dio casi todo el poder para que avanzara con sus políticas intervencionistas y de choque con los mercados.

En el último año, con Kicillof al frente del Palacio de Hacienda, el Gobierno nacional jugó a la oca: dio tres pasos fundamentales para seducir al capital foráneo (arreglo con Repsol por la expropiación de acciones de YPF, acuerdos con el Ciadi y hasta con el Club de París), pero a mediados de este año, las agencias de calificación de deuda soberana pusieron a la Argentina en “default selectivo” frente al sostenimiento de la falta de pago a los fondos buitre. Kicillof compró tiempo. Y espera que el arreglo con los holdouts se formule apenas el almanaque despida a este 2014, primero de caída de la actividad y luego de recesión.

El joven funcionario también intentó poner punto final al intervencionismo político en las estadísticas oficiales, cuando en enero pasado dio a conocer el nuevo Índice de Precios al Consumidor Nacional urbano (IPCNu). Con el paso del tiempo, la inflación oficial volvió a las andadas y los analistas consideraron que -otra vez- las estadísticas perdían credibilidad. Aún más, la falta de dólares minó la gestión económica que, rápidamente, apeló a la asistencia de China, único país que financia a la Argentina. Así, las reservas lograron recuperar aire y ubicarse por encima de los U$S 28.000 millones.

Sin embargo, la gestión de Kicillof padece el “síndrome de las tres D”: esto es deuda, dólar y déficit. Hasta tanto no arregle con los acreedores que no aceptaron el canje de 2005 y 2010, el Gobierno no podrá retornar a los mercados de crédito internacional; tampoco podrá acceder a los dólares que necesita la economía nacional para subsistir. El único camino que le queda al Ejecutivo es el financiamiento interno. Peligrosamente la administración de la presidenta Cristina Fernández ha incrementado el gasto público, en base a emisión monetaria que alimenta otro fantasma: la inflación.

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